Principiantes
Representan la más moderna tendencia en los sistemas de encendido electrónico. Se instalan directamente sobre la bujía.
Bobinas tipo lápiz
Gracias a estas perfeccionadas bobinas se obtienen altos rendimientos de la máquina y chispas seguras y potentes en las bujías bajo todas las condiciones de operación. Los ingenieros eléctricos y electrónicos de anteriores generaciones hicieron mucho para que la bobina de encendido llegara a tal grado de perfeccionamiento. Ellos sentaron las bases de un dispositivo altamente confiable y que generara altísimos voltajes, del orden de los 30 kV (30.000 Volts), y la suficiente energía como para producir potentes chispas entre los electrodos de las bujías, necesarias para que la combustión se desarrolle de la mejor manera posible. En términos simples, podemos decir que la bobina es un pequeño transformador eléctrico que eleva la corriente de baja tensión de la bobina (12 V) a la alta tensión necesaria para que la corriente salte el espacio de aire que separa a los electrodos de la bujía de ignición, creándose la chispa eléctrica que inflama la mezcla de aire y combustible en los cilindros del motor. Ahora bien, las necesidades de los motores en lo referente al sistema de encendido se han modificado mucho a través de las décadas, principalmente con el advenimiento del encendido transistorizado primero, con o sin platinos, el encendido puramente electrónico sin platinos pero con distribuidor, y finalmente el encendido electrónico “estático”, donde desaparece el distribuidor y todo es controlado desde la ECU (Unidad Electrónica de Control) del motor, con la imprescindible ayuda de una variedad de sensores y con el también vital trabajo de la bobina de encendido. Con relación a ésta última, se ha trabajado intensamente y virtualmente ha desaparecido, en los modernos automóviles, la clásica bobina con forma de pequeña botella, que “se las arreglaba” para generar la tensión para todos los cilindros del motor, salvo en casos aislados donde se utilizaba doble bobina de encendido, por ejemplo en motores deportivos y con más de seis cilindros. Ahora se utiliza una bobina por cilindro, que se denomina del “tipo lápiz” porque su forma es delgada y estilizada. La bobina de tipo lápiz contiene en su interior los arrollamientos primario y secundario, un núcleo laminado central hecho en hierro dulce, dos pequeños imanes permanentes que interactúan con el campo electromagnético de los arrollamientos, y diferentes elementos de sellado y aislamiento. Como era de esperarse, esta bobina no contiene aceite en su interior, sino aislantes sólidos especiales. En la parte superior del “lápiz” se encuentra la cápsula que contiene en su interior al módulo electrónico.