FORD MONDEO SEL
Con un leve cambio estético, el elegante producto del óvalo se destaca por los niveles de confort y calidad, y por la respuesta del conjunto motor/caja. Además, está bien equipado.
La actualización del sedán del óvalo presenta retoques en estética que no alteran su calidad general. Motor de excelente respuesta, y la mejor relación precio/producto del segmento.
La actualidad económica genera malestares de todo tipo, y uno de los sectores que sufre las nefastas consecuencias de la política monetaria elegida por el Gobierno nacional es el de la industria automotriz. Caen las ventas, la industria se retrae y aparecen las suspensiones de personal en las terminales. Pero, como si fuera poco, hay algo nuevo: algunas marcas no tienen precios para
sus modelos. O, para hablar con propiedad, no los comunican. El argumento esgrimido es que, dada la necesidad de vender que experimentan las concesionarias, los precios sugeridos por las terminales no representan la realidad del mercado, ya que las agencias realizan descuentos o bonificaciones especiales. Alguien se preguntará: ¿Antes no había descuentos y bonificaciones? Claro que sí, pero también
las reglas de juego del mercado eran otras, y la economía un poco más predecible.
Ahora bien, veamos el costado positivo: alguien aprovechará esos descuentos y bonificaciones para comprar un auto por un valor menor al precio sugerido; será cuestión de saber negociar.
Si el modelo en cuestión es el “nuevo” Ford Mondeo, habrá que pensar en unos 1.314.000 pesos, según el valor suministrado por una agencia oficial de la marca. Claro que en este precio no se consignan beneficios. Podemos pensar lo mismo de sus eventuales rivales, tales los casos del Honda Accord EXL (con motor de 250 CV, a 62.900 dólares) y el Volkswagen Passat Highline (220 CV y 51.101 dólares) que, como vemos, son mucho más caros, aunque disponen de una dotación de equipamiento que, en algunos casos, mejora la propuesta de esta versión SEL del Mondeo. No obstante, la diferencia de dinero es tan amplia (valen, prácticamente, ¡un millón de pesos más que el Mondeo!, al cambio del cierre de esta edición) y en ningún caso se justifica. Sí es para destacar que la oferta del modelo de Ford en nuestro país está conformada solo por dos versiones (la otra es la Titanium), ambas con el mismo motor de 240 CV ya que la variante 2.5 de 170 CV, que podría ser aún más accesible, hace mucho que no se vende.
Algunos retoques
La actualización del Mondeo llegó al país a fines del año pasado con unidades provenientes de México.
Los cambios no son muchos, pero sí interesantes, si tomamos como referencia la versión Titanium. Pero, puesto que aquí analizamos la SEL, esos ajustes no son tan determinantes, ya que los más importantes aparecen en la incorporación de nuevas tecnologías, las cuales no están disponibles en esta versión.
Desde el punto de vista estético, cambian en esta actualizada variante el paragolpes delantero, sector en el que también son nuevos la parrilla y el diseño de los faros antiniebla y las molduras que los contienen. Las ópticas traseras y las llantas (de 18 pulgadas) también fueron renovadas.
Así, el Mondeo mantiene las líneas elegantes que le confieren una personalidad atractiva, con una carrocería de 4,84 m de longitud que, por el despeje acotado y la trompa alargada, obliga a tener cuidado al enfrentar lomos de burro o pendientes.
Curiosamente, en la unidad de pruebas detectamos algunos detalles de terminación. Por ejemplo, diferencias en la luz que deja el cierre del portón del baúl. Esta particularidad (apenas una anécdota) no se condice con la calidad general de la que hace gala el producto. Efectivamente, el interior de esta versión SEL, aunque carece de las bondades que, en términos de confort, ofrecen los tapizados y el
volante de cuero (exclusivos del Titanium, junto con las luces de ambiente) muestra una decoración agradable y está muy bien terminado.
Las butacas delanteras son amplias, cuentan con ajustes eléctricos y son calefactables (ventiladas y con más ajustes en el Titanium). Gracias a la columna de dirección con doble reglaje, la posición de manejo se logra con facilidad. Desde esa ubicación, el conductor tiene todo bajo control a partir de un tablero que combina un velocímetro central con dos pantallas LCD de 4,2 pulgadas a los costados, panel configurable que suministra un gran cúmulo de información.
Las plazas traseras son cómodas, pero quien ocupe la posición central tendrá que lidiar con la molestia que representa el túnel de la transmisión. Además, la caída del techo puede molestar a quienes miden más de 1,80 m de estatura.
El baúl es generoso y dispone de apertura remota desde la llave. Puede cargar hasta 514 litros, por lo que es uno de los más amplios de la categoría. Si fuera necesario más espacio, los respaldos traseros se pueden abatir 60/40.
Soy SEL
Esta es la variante menos equipada de la gama Mondeo, pero eso no significa que esté desprovista. En la lista de equipamiento (ver página 48) encontramos elementos tales como acceso sin llave y con sistema de código en el parante B del conductor, climatizador bizona con salidas traseras, sistema de in fo entre ni miento Sync3, navegador y mirror screen, techo solar y las ya mencionadas butacas eléctricas. La rueda de repuesto es del tipo temporal, solución poco adecuada para nuestro mercado.
También la dotación es amplia en seguridad, aunque aquí es donde más se advierten las diferencias con la versión más
equipada. El SEL dispone de ocho airbags, controles de tracción, estabilidad y de torque en curvas, faros full led adaptativos con conexión automática de luces altas, retrovisor central fotocromático, anclajes Isofix, cinco apoyacabezas, cinco cinturones inerciales y, por supuesto, ABS con EBD y EBA, pero no cuenta con los diferenciales que ofrece el Titanium (airbag de cinturones traseros, alerta de cambio de carril, sensor de ángulo ciego, detector de fatiga, asistente pre-colisión y control de velocidad crucero adaptativo), que son parte de esta actualización.
Sin cambios mecánicos
El equipo propulsor se mantiene sin alteraciones. Conserva el eficiente motor Ecoboost 2.0 alimentado por inyección directa y turbo que entrega 240 CV de potencia y 34,7 kgm de par, y que trabaja asociado con una caja automática de seis relaciones que lleva el poder hasta las ruedas delanteras. La caja se opera desde un comando radial (como algunos Jaguar) y dispone de posición S y levas en el volante. El sistema responde de manera contundente, acompañando la siempre efectiva respuesta del motor. Gracias a ese desempeño, logramos prestaciones muy interesantes: aceleró de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos y alcanzó una velocidad máxima de 226,7 km/h. Asimismo, fueron muy buenas las recuperaciones, con 5 segundos para pasar de 80 a 120 km/h.
El consumo también reveló una buena marca para un producto de su potencia y peso (240 CV y 1.689 kg, respectivamente) con un rendimiento promedio de 12,2 km/l.
Suspensiones, dirección y frenos no fueron modificados, motivo por el cual no muestran cambios en su respuesta: los tres sistemas se comportan de manera muy eficaz, con confort de marcha y aplomo en la ruta, capacidad de maniobra y el tacto justo en el volante, y destacada respuesta en la pista con distancias de frenado muy buenas: para detenerse por completo desde 120 km/h recorrió 56 metros.