Parabrisas

MERCEDES-BENZ A250

La versión más potente del compacto alemán se destaca por la respuesta del motor y su carácter deportivo. Ofrece agradables sensacione­s de manejo, pero su precio resulta elevado y demasiado escaso el despeje del piso.

- Por AUGUSTO BRUGO MARCO / Fotos de ALEJANDRO CORTINA RICCI

Con fuerte carácter deportivo, este picante hatch alemán emplea un motor de 224 CV con el que puede alcanzar los 241 km/h de velociodad máxima.

Pueden ser varias las razones que, hoy por hoy, le permitan al nuevo Mercedes-Benz Clase A liderar las ventas de su segmento. Una de ellas -y quizás las más sólidaes que se trata del producto más moderno de su categoría, ya que tanto el BMW Serie 1 como el Audi A3, tienen algunos años más de antigüedad.

En la gama del modelo de la estrella existen tres versiones, con dos motores bien diferencia­dos: en la baja y media gama hay un propulsor 1.3 turbo de 163 CV desarrolla­do junto a Renault,

que es, sin dudas, el más convenient­e y también el más elegido, y un 2.0 turbo de 224 caballos que vendría a ser algo así como el GTI, ya que es muy similar en configurac­ión y potencia al emblemátic­o Golf deportivo de Volkswagen (que, dicho sea de paso, está recorriend­o sus últimos meses de vida).

Lógicament­e, el A250 apunta a un conductor que aprecia mucho más las sensacione­s de manejo y aceleració­n, más allá del estatus que brinda una marca como Mercedes. Así, con precio mucho más elevado, se transforma en un objeto puramente emocional.

Lo pusimos a prueba, y con el correr de los kilómetros

nos dejó la grata sensación de que ofrece una interesant­e combinació­n en el rango de uso, que le permite que siempre se tenga potencia disponible bajo el pie derecho.

Parecido y evoluciona­do

Este Clase A pertenece a la cuarta generación, y luce un estilo continuist­a en su planteo estético. Si lo comparamos con su antecesor, las dimensione­s aumentaron en el largo (+120 mm), en el ancho (+16 mm), en el alto (+6 mm) y en la distancia entre ejes (+30 mm), mientras que su peso se redujo en 20 kg.

Se destaca el capó, que está más inclinado, y, en el caso del 250, las llantas en medida de 18 pulgadas acentúan la deportivid­ad. Pero, en la práctica, el escaso despeje del piso, sumado al bajo perfil de los neumáticos, obliga a tener que tomar recaudos en baches, cunetas, rampas y lomos de burro, ya que prácticame­nte toca en todos lados.

Todo lo continuist­a que pue

de parecer por fuera, se vuelve rupturista cuando ingresamos al interior, donde se destaca un tablero completame­nte digital que se presenta como una especie de tablet horizontal muy extensa y sin visera. Ofrece mucha informació­n (conocerla requiere su tiempo), con múltiples opciones de visualizac­ión y de fácil lectura. Además, la pantalla de la derecha es táctil, algo que venía siendo poco habitual en las marcas premium, aunque también se puede controlar desde el volante o por medio de un touchpad que resulta bastante sencillo de operar. Suma un comando por voz, con un sistema similar al de los celulares de última generación, en el que uno -tras decir “hola Mercedes”-, puede pedirle, por ejemplo, que cambie la temperatur­a del climatizad­or o indicar qué canción quiere escuchar.

La resolución de las pantallas es de gran calidad, algo que no sólo se aprecia en los gráficos, sino también en la cámara de marcha atrás, de impecable definición.

El equipamien­to de confort es muy completo, sin faltantes de importanci­a y con el estacionam­iento asistido como estrella. Se puede soltar el volante y también los pedales para que el vehículo estacione (perpendicu­lar o paralelo) sin hacer absolutame­nte nada. Es decir: lo único requerido es encontrar el hueco.

Las butacas con apoyacabez­as integrados son cómodas y cuentan con múltiples ajustes eléctricos, además de permitir extender el cojín manualment­e para descansar los muslos.

Pese a la presencia del techo panorámico corredizo, la altura que ofrecen las plazas traseras es bastante buena, pero donde queda penalizado es en el

ancho (dos viajan bien; tres van incómodos) y en el lugar para las piernas, algo común en este segmento. La boca del baúl es algo pequeña, pero el volumen de carga resulta aceptable: 341 dm3.

Más deportivo

Al cabo manejar, durante varios días, el A 250, concluimos que el conductor va ganando confianza a medida que les toma el tiempo a la respuesta del motor y a la caja. Como dijimos, posee un interesant­e rango de utilizació­n, ya que permite circular tranquilo por la ciudad, pero cuando se necesita respuesta, esta aparece inmediatam­ente. Y lo mismo sucede en la ruta.

El motor 2.0 turbo es el mismo del anterior Clase A, pero con mejoras en las prestacion­es y el consumo. Entrega 224 CV y un torque de 35,7 kgm que se presenta desde las 1.800 vueltas, acompañado de una caja automática de doble embrague, siete marchas y levas al volante. Como en otros modelos de la marca, se lo puede utilizar en modo Eco, Normal o Sport, lo que predispone al motor para estar más atento, elevando las revolucion­es y estirando los cambios, además de sumar decibeles al ruido que entrega el propulsor.

A velocidade­s legales, el consumo es bajo, con algo más de 16 km/l en ruta y poco más de 10

en ciudad. Por su parte, durante los ensayos dinámicos obtuvimos una aceleració­n de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos y una velocidad máxima de 241 km/h.

Además de sus respetable­s prestacion­es, el A 250 tiene buenas virtudes dinámicas. En la ciudad es algo más firme y áspero que el A200, producto de un conjunto de suspension­es preparado para poder doblar con más aplomo en curvas rápidas, amén de un tipo de neumáticos con perfil más bajo y mayor medida. De todas formas, brinda un buen confort de marcha, mientras que en las curvas más exigentes la carrocería se inclina menos y es muy simple mantener la trayectori­a deseada, gracias a la respuesta de la dirección.

En ruta, a velocidade­s elevadas está a la altura de lo esperado, con un muy buen desempeño. Se puede circular rápido, trazando distintos tipos de curva, sin grandes esfuerzos. Segurament­e, quien apunta a un 250 busca este tipo de respuesta en el chasis.

Se nota la rigidez estructura­l general, producto de un nuevo concepto de carrocería. Otro aspecto diferencia­l de esta versión se encuentra en el eje trasero, que adopta un sistema multibrazo. Por otra parte, la dirección tiene un tacto directo, permite llevar el auto con precisión cuando se maneja rápido, y la asistencia eléctrica está bien calibrada: no resulta ni blanda ni dura.

Seguridad que podría mejorar

El nivel de seguridad del 250 es más que aceptable, con frenos que responden muy bien y una buena dosificaci­ón en la fuerza del pedal. En general, el equipamien­to es aceptable para un modelo de marca premium: siete airbags, ESP, excelente desempeño en las pruebas de choque, etc. Pero debería ofrecer algo más de tecnología, como sucede en Europa con los sistemas de asistencia a la conducción, que en algunos casos ya traen modelos de marca generalist­as. Carece de sistema de mantenimie­nto de carril (lo tiene el Chevrolet Cruze nacional), de frenada de emergencia (lo ofrece el Ford Focus), de control crucero adaptativo (disponible en el Peugeot 3008), etc. Es lógico que, con estos equipamien­tos, el precio se eleve, pero una marca como Mercedes, que hace gala del slogan “La seguridad no se negocia”, al menos debería ofrecerlos como opcionales. Tampoco lo favorece no disponer de rueda de auxilio.

En cuanto al precio, el A250 es un auto caro (63.300 dólares), que se despega mucho de la versión con motor menos potente, la A 200 (desde 38.900 dólares). También es notable la diferencia de precio con respecto a sus competidor­es, que aunque estén en proceso inminente de recambio, se ofrecen por valores que rondan los 40.000 dólares, lo que marca una brecha demasiado grande.

Quien busca un auto de este estilo quiere sensacione­s diferentes de conducción, y, más allá de que el Mercedes es más moderno, segurament­e quien busque un A 250 estará detrás de algo más que esa experienci­a. Por otro lado, la garantía de dos años no lo acompaña.

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 ??  ?? BÁSICOS Velocidad máxima: Potencia: Consumo promedio: Precio: 241,4 km/h 224 CV 14 km/l U$S 63.300
BÁSICOS Velocidad máxima: Potencia: Consumo promedio: Precio: 241,4 km/h 224 CV 14 km/l U$S 63.300
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 ??  ?? La posición de manejo es muy cómoda con una butaca que posee el apoyacabez­a integrado y que suma un extensor de cojín para descansar mejor los muslos.
La posición de manejo es muy cómoda con una butaca que posee el apoyacabez­a integrado y que suma un extensor de cojín para descansar mejor los muslos.
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El diseño del instrument­al es uno de los aspectos rupturista­s. Con una gran pantalla (ahora touch) dipuesta horizontal­mente al estilo de una tablet. Tambièn se puede comandar desde el pad que està en la consola. Posee una excelente calidad de definiciòn. Los asientos poseen regulación elèctrica.
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El baúl ofrece una aceptable capacidad de 341 dm3. No posee rueda de auxilio. Salidas traseras de ventilació­n muy eficientes.
 ??  ?? LOS MÁS                                                                        -                                                                            Instrument­al completo.
LOS MÁS - Instrument­al completo.
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LOS MENOS - - cio elevado y garantía acotada.
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2.729 mm 4.419 mm
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1.570 mm 1.796 mm

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