El auto más caro del mundo
Fue una de las grandes novedades del Salón de Ginebra. Además de un diseño estridente y una motorización superpotente, pasará a la historia como el auto más caro del mundo.
Cuánto pagarías por un auto? Esta pregunta, que parece inoportuna ante la actual situación de inestabilidad económica de la Argentina, es apenas una manera de presentar un modelo que no tiene precio para el común de los mortales: es tan caro que es imposible pensar en comprarlo.
Efectivamente, el Bugatti La Voiture Noire fue presentado en el Salón de Ginebra como el auto más caro del mundo: el primero de los compradores (cuya identidad no fue revelada) de este producto exclusivísimo, pagó por él diecinueve millones de dólares. Y si bien es cierto que
otros autos han sido vendidos por un precio mayor al de La Voiture Noire ‒como antiguos Bugatti y Ferrari en subastas‒, esta es la mayor cantidad de dinero que se ha pagado en la historia por un vehículo nuevo.
Pero, ¿por qué es tan caro este modelo? La respuesta se construye con varios elementos: la producción reducida a una pequeña cantidad de unidades, el componente tecnológico y la carga emotiva.
Serán sólo cuarenta las unidades que la marca francesa fabricará de este modelo, las cuales prometen un nivel de respuesta sobresaliente. Decimos “prometen” porque, por ahora, no existe una unidad del Bugatti La Voitire Noire que pueda demostrarlo, ya que la que se expuso en la exposición suiza era una maqueta. Los responsables de la compañía aseguran que el auto real podría tardar más de dos años en ser entregado a su comprador.
De más está decir que, por tratarse de un Bugatti, estará construido con las tecnologías y los materiales más avanzados, y que utilizará un motor muy, pero muy potente. Se habla de un W 16 (similar al del Chiron) de 1.500 CV de potencia y 163 kgm de par, armas con las que
superaría los 400 km/h de velocidad máxima.
Por lo visto, los compradores de este “auto negro” (tal la traducción de su nombre al castellano) van a pagar una fortuna por un modelo que, por ahora, no existe, y que no tendrán en su poder hasta dentro de por lo menos dos años. Siendo así, ¿qué impulsa a alguien a comprarlo, aunque se trate de un multimillonario que pueda darse todos los caprichos que quiera? Para algunos, la respuesta está en la historia.
Achim Anscheidt, a cargo del diseño de Bugatti desde 2004, manifestó que en este auto intentó capturar el espíritu de Jean Bugatti (primogénito de Ettore Bugatti, fundador de la empresa) y su Type57SC Atlantic Coupé personal, una de las cuatro fabricadas y que, según se dice, desapareció en la Segunda Guerra Mundial. Este nuevo Bugatti es similar a aquel auto, extremadamente bajo, con prominente parrilla y ventanillas de forma redondeada. Y porque evoca el pasado, pero no es retro ‒como se ha encargado de asegurar Anscheidt‒, la historia es uno de sus atractivos más destacados. Después de todo, el tiempo es dinero.