Jorge Omar Del Rio
Las modificaciones en el reglamento no se ven reflejadas, por ahora, en un mejor espectáculo, y Mercedes sigue dominando la escena. ¿Podrá cambiar la situación en las próximas carreras?
Comenzó un nuevo Campeonato Mundial de Fórmula 1, que, al igual que la temporada anterior, con veintiún GG.PP, será muy extenso. Tanto, que el último de ellos será en Abu Dhabi… ¡el 1 de diciembre! No recordamos si alguna otra vez el campeonato finalizó en el último mes del año. Al mismo tiempo, se habla de programar más fechas para las próximas temporadas.
A esta altura, parecería que las posibilidades serían comenzar a tener más carreras separadas solamente por una semana, o directamente acortar el tradicional espacio de tres meses entre un campeonato y otro; meses que siempre fueron utilizados para dar vacaciones a los equipos y completar la construcción de los autos nuevos para cada torneo. Tal vez la empresa actualmente dueña de los derechos está ansiosa de conseguir más ingresos, y esté pensando si no será posible, para lograrlo, replicar el concepto del NASCAR.
La idea puede parecer tentadora, pero iría en contra de todo lo que actualmente se está deliberando con respecto a la eterna y preocupante disminución de los costos.
Reglamento en marcha
Más allá de las primeras consideraciones, puede resultar interesante analizar lo que mostró la primera competencia de la temporada. Nuevamente había grandes expectativas de ver carreras con mayor paridad y lucha por los diferentes lugares. Por lo menos, eso es lo que se anunciaba como principal objetivo para las diferentes modificaciones que se produjeron en el reglamento desde el año pasado.
Los autos aparecieron con modificaciones en las trompas, spoilers y alerones traseros, que, teóricamente, fueron establecidos para que sea más sencillo circular detrás de otro vehículo y concretar los sobrepasos.
También hubo pequeños cambios en la cantidad de combustible permitido y las nuevas reglas respecto al peso de los pilotos, a los que se sumó el que es, tal vez, el más importante: la decisión del fabricante de neumáticos de proveer sólo tres variantes para cada competencia, a diferencia de las cinco o siete de años anteriores. Todo hecho con el objetivo de emparejar posibilidades en cada detalle, y especialmente permitir que los equipos de menores recursos puedan conseguir rendimientos competitivos.
Además, las pruebas de pretemporada habían mostrado a un equipo Mercedes que completó mucho kilometraje, pero sin resultados destacados, por lo que parecía que esta vez tendría que esforzarse para llegar al rendimiento de las Ferrari y otros equipos que sí lograban buenos resultados.
Primer test
La actividad comenzó en Australia y,
salvo en la primera práctica, donde los tiempos parecían ser parejos, todo el resto resultó un apabullante dominio de Mercedes por muy amplio margen sobre el resto. El mismo Lewis Hamilton expresaba después de la clasificación que no podía imaginar -y que no lo ponía muy contento-, el hecho de que las Ferrari y el resto estuvieran tan lejos.
Es que nos habíamos acostumbrado a que las clasificaciones se definieran por centésimas, y en esa oportunidad los Mercedes le sacaron casi 7/10 a la Ferrari de Sebastian Vettel, y cerca de un segundo al Red Bull de Max Verstappen.
Para colmo, el domingo mostró que esa diferencia no era casual, y ambos Mercedes dominaron la carrera a voluntad, especialmente Valtteri Bottas, que les sacó más de veinte segundos a su compañero de equipo y al tercero, Verstappen, y casi un minuto a Vettel y a su nuevo compañero, Charles Leclerc.
Incluso cuando varios se lanzaron a buscar el punto del récord de vuelta (una interesante medida recién implementada), se comprobó que los Mercedes aún tenían resto, ya que nuevamente les sacaron un segundo y más a todos los que tenían cubiertas similares. Sólo Verstappen estuvo un poco más cerca (terminó a un segundo y medio de Hamilton), pero gracias a su estrategia de carrera, que en el final de la competencia le permitió usar las gomas más blandas.
Diferencia abismal
En cuanto al resultado de la carrera, el resto de participantes estuvo en similar condición, ya que después del séptimo, todos estuvieron a más de una vuelta por detrás en el clasificador final.
En fin, ojalá que esto sólo haya sido un paso en falso de la competencia, como tal vez lo expresó el mismo Vettel en carrera, por radio, cuando le preguntó a su ingeniero si le podía decir ¡por qué iban tan despacio!
La próxima cita es en Bahrein (se corría al cierre de esta edición), un circuito bien diferente porque tiene muchas zonas sinuosas y asfalto de mucha adherencia y alta degradación: una oportunidad para todos de poder acercar sus performances.
Con respecto a lo que pudo verse en los demás equipos y pilotos, hay
algunos temas interesantes para destacar, como la excelente performance de Verstappen con el Red Bull Honda.
Por un lado, es evidente que los japoneses han dado un gran paso adelante en cuanto a performance y durabilidad. Todos sus motores llegaron al final de la competencia y mostraron un buen nivel de paridad con los rivales en pista. Y sirvió también para volver a resaltar la capacidad del equipo Red Bull, que siempre consigue, por lejos, el mejor resultado de la motorización que utiliza.
Se pueden recordar sus reclamos contra Renault por la falta de competitividad en los primeros años de este reglamento, pero, aun así, en base al funcionamiento de su auto y excelentes estrategias, consiguieron incluso ganar varias carreras. Fueron los únicos que lo consiguieron, fuera de Mercedes y Ferrari. Y mucho más se destacaban en la comparación con el rendimiento del propio equipo oficial de la marca, y luego cuando McLaren consiguió su acuerdo con Renault. Teniendo en cuenta sus antecedentes, parecía que los de la marca inglesa serían serios contendientes, pero estuvieron muy lejos de lograrlo.
Y ahora, en su primera carrera con motores Honda, los de la bebida energizante consiguieron excelentes tiempos de clasificación y un ritmo de marcha en carrera que sólo pudo ser superado por los Mercedes.
En el extremo opuesto de las expectativas estuvo el decepcionante y sorprendente funcionamiento de los Williams, que en todo momento se ubicaron en los últimos lugares de la grilla y con una llamativa diferencia en los tiempos. El problema parece mayor, porque no sería sólo un posible déficit presupuestario, sino también fruto de importantes problemas técnicos en el diseño y la construcción del auto. Sería bueno que pudieran revertirlo pronto, porque por su historia en la categoría, cuesta aceptar esta realidad.
Gratas apariciones
En cuanto a los nuevos pilotos, fue muy bueno, como se esperaba, el rendimiento de Leclerc en Ferrari, sobre todo considerando que irá sumando experiencia y buenos resultados rápidamente.
También se mostró muy consistente Lando Norris en el McLaren, quien, ante la
complicada actuación que tuvo Carlos Sainz, pudo llevar a la marca a posiciones interesantes, que hace rato no conseguían.
George Rusell se vio atrapado por los problemas del Williams, pero siempre circuló más rápido y por delante del polaco Robert Kubica, que necesita levantar mucho su nivel para responder a las expectativas de su regreso tras ocho años y cuatro meses.
Confiemos, entonces, en que las próximas carreras nos presenten un panorama más atractivo, para disfrutar de una buena temporada.