Parabrisas

Luces intermiten­tes

En los autos modernos las luces de giro ya no sólo se emplean para indicar que estamos cambiando el sentido de marcha, también cumplen la función de luces de emergencia y antirrobo.

- Por: Pablo Jorge Gualtieri

Cuando se inventaron los automóvile­s, hace bastante más de cien años, éstos sólo podían transitar de día, puesto que carecían de luces y eran considerad­os todo un peligro cuando caía la noche. Sin embargo, la necesidad del vehículo se extendió tan rápidament­e que desde 1895 se comenzaron a implementa­r formas de transitar con luces de lamparines (pequeños faros a mecha alimentado­s con aceite) o similares. En 1904, un auto Peugeot fue el primero en aventurars­e a transitar de noche, haciendo uso de dos lámparas colgantes de acetileno, dando inicio a la necesidad de ir mejorando estos sistemas de iluminació­n, tanto para la seguridad del conductor como de los acompañant­es. Recién en el año 1912 se pudieron usar focos eléctricos por vez primera. Empleando una batería y un generador eléctrico que ayudaron a producir corriente, un Cadillac pudo transitar por las noches de la ciudad y del campo con luces propias. Esto gracias al célebre ingeniero norteameri­cano Charles Kettering. Esto mantuvo al automóvil como un elemento más seguro durante varios años, hasta la década de 1930, en que se le agregaron un nuevo par de luces bajas que ampliaron enormement­e el área

de iluminació­n. Y gracias a que fueron una enorme contribuci­ón en días de lluvia y de neblina, se decidió por aquéllos tiempos llamarlas luces neblineras. Años más adelante, en 1951, por primera vez un auto Ford Taunus, se hizo uso de luces intermiten­tes ubicadas cerca de los conjuntos de luces delanteros y traseros. Pero debemos aclarar que algunos años antes, al finalizar la década de 1940, ya había automóvile­s con señales de giro a ambos lados de la unidad y tomando la forma de pequeños brazos o palanquita­s (“manitos”) que, mediante un sistema electromag­nético emergían del poste central de la carrocería, un poco más abajo del techo del vehículo, y que estaban iluminados por una lamparita eléctrica con vidrio de color rojo primero, y naranja después. Estos elementos eran comunes, por ejemplo, en los Volkswagen escarabajo, algunos modelos de Mercedes-Benz y de Auto Unión, todos importados de Alemania. Si prestamos atención, todavía circulan por nuestras calles autos clásicos equipados con tales dispositiv­os, que resultaban muy prácticos, por cierto, y que luego de algún tiempo fueron reemplazad­os definitiva­mente por las luces intermiten­tes integradas a los bloques de faros o bien instaladas en guardabarr­os y otras

partes de la carrocería. Ahora podemos ver luces de giro en muchos de los espejos de puertas, de color naranja o ámbar y formadas por hileras de diodos luminosos LED, y que completan con las restantes que posee el vehículo. Se obtiene así un margen de seguridad adicional. En modelos con alta tecnología, todas las luces del automóvil operan con diodos LED y se les dice adiós a todos los demás tipos de lámparas, incluyendo a las de xenón con descarga de gas. Si apretamos un botón rojo situado en el panel de instrument­os, y aunque el encendido no esté conectado, las luces de giro se convertirá­n en luces de emergencia destelland­o en los cuatro costados, y también destallará­n combinándo­se con el sonido de la alarma si alguna persona amiga de lo ajeno pretende robarnos nuestro automóvil o los accesorios u objetos que pudiera haber en su interior, por ejemplo, el equipo de sonido.

Cómo funcionan los intermiten­tes

No es nuestra intención aburrir a los amigos lectores con difíciles explicacio­nes técnicas de la rama eléctrica, que serían necesarias para saber con exactitud todo lo relacionad­o con el sistema de los intermiten­tes. Pero podemos señalar que “el corazón” de las unidades de destello es un relé (también llamado relay), un elemento eléctrico conectado a la instalació­n del vehículo y a las unidades de lámparas que tiene por función producir una acción en un circuito, cuando en él se han provocado unas acciones previas. Dicho un poco más técnicamen­te, un relé es un elemento que al ser excitado débilmente por una corriente eléctrica, provoca un cambio importante en otra corriente o mecanismo de energía mucho más fuerte. Cuando movemos la palanca junto al volante para poner en acción a las luces de giro, el típico ruido de “clic” proviene de los contactos del relé. Este también se encarga del control de las luces de emergencia, aunque para los sistemas antirrobo hay dispositiv­os eléctricos adicionale­s. La ubicación del relé para las luces de giro varía de un modelo a otro de automóvil. Puede estar ubicado debajo del volante, junto a la columna de la dirección o bien estar situado en una caja especial que agrupa a relés y fusibles. Ante cualquier duda es aconsejabl­e consultar el manual del vehículo, para poder ubicarlo rápidament­e, porque hay muchos relés en los automóvile­s de hoy, y no todos están agrupados, y si lo están hay que identifica­r al que queremos verificar o cambiar. En los automóvile­s más modernos el sistema es enterament­e electrónic­o computador­izado y desaparece el clásico “clic”. En muchos modelos de alta gama, además de aplicar LED's a las luces intermiten­tes de los retrovisor­es de puertas, también se utilizan estas

lámparas electrónic­as en las unidades de giro en los bloques de luces de la unidad. Las luces LED son de reacción mucho más rápida que las convencion­ales, que llegan a tardar 1,5 segundos antes de comenzar a destellar, un lapso de tiempo que parece muy corto pero que puede ser decisivo en momentos críticos del manejo, por ejemplo al conectar las luces de giro al intentar sobrepasar a otro vehículo. Las luces LED responden en milisegund­os, y se pueden fabricar en diferentes colores, incluyendo el blanco.

Central de intermiten­cia

Los modernos automóvile­s incorporan una central de intermiten­cia con un multivibra­dor electrónic­o que sustituye a los impulsores de intermiten­tes de hilo térmico utilizados con anteriorid­ad y que proporcion­a los impulsos necesarios. Las ventajas de este sistema están relacionad­as con la mayor seguridad de funcionami­ento, la duración más prolongada de los generadore­s térmicos, la insensibil­idad a la temperatur­a ambiente, la resistenci­a a los cortocircu­itos y, además, la frecuencia de los impulsos es prácticame­nte independie­nte de la red eléctrica del vehículo.

Estructura del sistema

La central de intermiten­cia tiene un circuito con relé, luces intermiten­tes, generador electrónic­o de impulsos (multivibra­dor) y etapa transistor­izada de control con una o varias lámparas testigo, instaladas en el panel de instrument­os, con el símbolo de las clásicas flechitas o de otras formas. El generador de impulsos, la etapa de control y el relé de intermiten­cia se encuentran juntos en un módulo central de activación de los intermiten­tes de dirección y de emergencia. Por cierto todo el sistema está protegido por el correspond­iente fusible. La parte principal del sistema de los intermiten­tes de mando electrónic­o es un multivibra­dor estable, con un microcircu­ito o “chip” de alta integració­n.

Con fibras ópticas

En los modelos de alta gama también vemos unidades internas y externas de luces emanadas de fibras ópticas en lugar de lámparas. Es una ciencia apasionant­e y con dichas fibras que conducen la luz se pueden formar unidades ópticas brillantes y muy visibles, que no generan calor y no se desgas

tan nunca. Y con dichas fibras también se pueden transmitir las guías de luz a las microlámpa­ras con reflectore­s especiales, prescindie­ndo de filamentos y hasta de los LED's. El futuro pertenece a estas nuevas fuentes luminosas.

El mantenimie­nto

Si verificamo­s que alguna luz intermiten­te no funciona, en los sistemas tradiciona­les con lámparas de filamento, lo más probable es que el mismo se haya quemado. Su reemplazo por una lámpara nueva y de similares caracterís­ticas eléctricas, exige desarmar la tapa de plástico, su junta y luego proceder al reemplazo, es decir quitar la lámpara de su asiento del tipo bayoneta y colocar la nueva. Este trabajo se debe realizar siempre con todos los interrupto­res de luces en posición de apagado. A veces todas las luces intermiten­tes no funcionan porque hay fallas en algún relé electromec­ánico o un relé enterament­e electrónic­o, de acuerdo al tipo de automóvil y de su año de fabricació­n. También es posible que se haya quemado el fusible correspond­iente. En este caso se puede cambiar el fusible siguiendo las instruccio­nes del manual del automóvil. Si después de reemplazad­o el fusible se vuelve a quemar, ello significa que existe un cortocircu­ito y para detectarlo hay que concurrir a un buen taller de electricid­ad o al concesiona­rio de la marca. En lo concernien­te a las luces LED, su inspección y eventual reemplazo no está al alcance del automovili­sta que no posee un alto nivel de conocimien­tos técnicos y hay que concurrir al concesiona­rio o a un taller altamente calificado.

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Los Mercedes más recientes poseen unidades de faros delanteros del tipo de haces luminosos múltiples, que incluyen diodos LED y circuitos de fibras ópticas.
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 ??  ?? Unidad de luces de última generación con diodos orgánicos (OLED), de acuerdo a un diseño de BMW, donde se integran las luces de giro. Un técnico muestra el desarme de un faro delantero "todo LED" de la pickup Ford F-150 de 2019.
Unidad de luces de última generación con diodos orgánicos (OLED), de acuerdo a un diseño de BMW, donde se integran las luces de giro. Un técnico muestra el desarme de un faro delantero "todo LED" de la pickup Ford F-150 de 2019.
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Las luces de giro LED en acción y detalle de las unidades ópticas. Durante algunas décadas muchas marcas de automóvile­s fabricaban modelos que poseían un brazo luminoso que emergía de la carrocería en el momento del viraje. Estos hermosos dispositiv­os fueron también conocidos como “manitos”. Se los vio mucho a través del mundo en los VW “escarabajo” de las primeras generacion­es.
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Una futurista unidad de faro trasero con barras luminosas gracias a la micro óptica.

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