PORSCHE CAYENNE COUPE
Con una silueta más estilizada, la variante fastback del conocido SUV conjuga las virtudes de un familiar con una impronta deportiva, tanto en comportamiento como en imagen.
Manejamos en Brasil la nueva variante del que fuera el primer SUV de la marca de Stuttgart. La clave de este modelo radica en la particular silueta con pronunciada caída del sector posterior.
Años atrás, los puristas de la marca no imaginaban que los tradicionales modelos deportivos de Porsche compartirían cartera con siluetas SUV y diferentes motores de los nafteros, como los Diesel, híbridos y... ¡eléctricos!
Pero todo esto fue llegando, podemos decir, casi vertiginosamente a partir del Cayenne, allá por el año 2002. Este modelo fue precursor de la casa de Stuttgart, no sólo por ser su primer Sport Utility, sino porque fue incorporando variantes gasoleras e híbridas. Todo esto tratando de no perder el sello deportivo que por décadas caracterizó a la marca. Y a pesar de cierta resistencia inicial, el modelo fue transformándose en un éxito, al punto de ser actualmente uno de los pilares económicos de Porsche.
Ahora al Cayenne le toca el turno de volver a los orígenes, convirtiéndose en coupé, o mejor dicho en fastback (porque no deja de tener cuatro puertas laterales), sin abandonar la tendencia mundial hacia los SUV, tal como lo proponen modelos de marcas súper deportivas o de lujo,
como Lamborghini (con el Urus), Ferrari (con el Purosangue que saldrá en 2022) o Bentley (con el Bentayga).
De esta manera, el Cayenne Coupé se diferencia del estándar por una mayor inclinación del parabrisas y marcada caída de la parte posterior del techo, además de ser 20 milímetros más bajo y 13 más largo. El ancho es el mismo, salvo en la variante Turbo, que creció en esa dimensión, casi imperceptiblemente, 6 milímetros. Disponible con cuatro o cinco asientos, la nueva forma de esta variante de la tercera generación de Cayenne está a punto para competir en nuestro mercado con el BMW X6 y el Mercedes-Benz GLE Coupé. Con este fin, la marca trae desde Eslovaquia cuatro variantes: Coupé (motor naftero V6 turbo 3.0 de 340 CV y 45,9 kgm), S Coupé (naftero, V6 biturbo 2.9 de 441 CV y 56,1 kgm), Turbo Coupé V8 (naftero V8 biturbo 4.0 de 550 CV y 78,6 kgm) y Turbo S E-Hybrid Coupé (con el mismo impulsor V8 del Turbo, más un motor eléctrico con baterías de litio de 136 CV y 40,8 kgm, que alcanza los 680 CV). Este último es el vehículo híbrido más potente y con mejores prestaciones de los ofrecidos en la Argentina.
En acción
Para manejar por los caminos de los hermosos paisajes montañosos de los alrededores de la localidad de Gramado, por supuesto que el más deseado fue el poderoso híbrido. Afortunadamente nos dimos el lujo de hacerlo, disfrutándolo en la medida que nos permitía el sinuoso trazado. El hecho que alcance sin limitaciones los 295 km/h y que acelere de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos brinda una clara idea de lo que se puede hacer con este vehículo, que también brinda un excelente comportamiento dinámico, acompañado de un elevadísimo equipamiento de seguridad.
Pero para ser más realistas con el mercado argentino, nuestra mayor concentración estuvo puesta en la versión de entrada que, salvo por el tema del consumo y la diferencia de potencia, para este tipo de caminos no tiene mucho que envidiarle al tope de gama.
El Cayenne Coupé de 340 CV
acelera de 0 a 100 km/h en 6 segundos y alcanza los 243 km/h. Entre sus características principales cuenta con transmisión automática con convertidor de par de ocho velocidades y tracción integral permanente. Equipa de serie llantas de 20 pulgadas y el despeje del suelo es de unos apropiados 21 centímetros. Además, dispone de suspensión con amortiguadores de dureza regulable, la cual en la mayor parte del recorrido por asfalto seteamos en el modo más deportivo posible, comprobando de esta manera el plus de dinamismo que le otorga Porsche a sus vehículos, más allá de la altura o de sus características más familiares. A todo esto se le agrega la precisa dirección de asistencia variable y el paquete Sport Chrono, que suma un cronómetro analógico y digital, el botón Sport Plus y el indicador de aceleración longitudinal y transversal, entre otras cosas. Estos elementos, que vienen de serie, agregaron otra cuota de deportividad al entretenido y
divertido recorrido junto a colegas de toda la región.
Uno de los detalles que más nos llamó la atención fue el alerón móvil (que forma parte del denominado Porsche Active Aerodynamic), que se desplaza 13,5 centímetros hacia atrás desde los 90 km/h para aumentar la presión del aire en el eje posterior.
Durante el trayecto no dejamos de admirar también la solidez de la carrocería y el eficaz funcionamiento del sistema de tracción, que administra la potencia en la rueda y el momento justos. Pero cuando más notamos su accionar fue en un tramo azotado por una fuerte lluvia, fenómeno climático que nos impidió disfrutar del todo el paisaje selvático, aunque casi pasó inadvertido desde el punto de vista de la conducción.
En algún momento tuvimos la oportunidad de salirnos del camino y comprobar que, si bien no es un 4x4 puro (el perfil de los neumáticos y otras cuestiones así lo establecen), se desenvuelve con cierta facilidad ante obstáculos menores, dando la pauta, además, de que se trata de un vehículo muy confortable en caminos desparejos.
Casi un living
El gran comportamiento dinámico viene acompañado por un destacable confort interior, sobre todo para las plazas delanteras, cuya habitabilidad es idéntica a la del Cayenne, que ya elogiamos en su oportunidad. También es muy apropiada la posición de manejo gracias a las innumerables regulaciones y la infinidad de comandos que se encuentran -en su mayor parte- en una ubicación lógica. Como es de esperarse, atrás la cosa cambia: para compensar la caída del techo, los cojines (normalmente son dos asientos individuales, pero se puede optar por uno enterizo de tres plazas sin cargo) están tres centímetros más bajos, resultando algo justo para los que superan el metro
ochenta y cinco de altura. Dichas butacas también cuentan con la posibilidad de reclinarse.
Su condición de familiar se acrecienta con el baúl de generosos 625 litros.
Dentro del interminable listado de equipamiento de serie resaltamos el sistema de ayuda al estacionamiento delantero y trasero con cámara de marcha atrás, el techo panorámico, la enorme pantalla de 12,3 pulgadas y todo lo que puede esperarse de un vehículo de altísima gama.
La gran contra en este sentido es la adopción de las ruedas run flat en lugar de las de auxilio homogéneas.
Al compás del cambio
La gama Cayenne Coupé arranca en los 170.000 dólares, pasa por el S Coupé, que cuesta 220.000 de la misma moneda, y el Turbo Coupé, que vale 325.000 dólares, y termina en el Turbo S E-Hybrid
Coupé, de unos elevados 375.000 dólares, a pesar de que por su condición de “ecológico” tributa el 5% de impuesto aduanero, en lugar del 35% habitual. Sus rivales directos no proponen variante híbrida en este tipo de siluetas, por lo que para competir con el modelo, BMW cuenta con el 3.0 xDrive35i Pure Extravagance (306 CV), que cuesta 134.900 dólares, y el 4.4 xDrive50i M Package (450 CV), por el que hay que pagar 169.900 de la moneda estadounidense. En el caso de Mercedes, en el listado figuran el GLE 400 Coupé 4Matic Sport (333 CV), a 150.000 dólares, y el GLE Coupé 63 S AMG 4Matic (585 CV), cuyo valor es de 237.500 dólares.
De esta manera, sabiendo que los valores son un poco más altos que los de la competencia, el gran argumento del Cayenne Coupé se basa en su mayor deportividad y en la exclusividad que propone la marca. Una vez tomada la decisión, el resto es disfrutar de sus bondades, tal como lo hicimos nosotros en un lugar casi tan asombroso como el producto de la legendaria compañía alemana.