Causas de los humos Diesel
La causa de los humos de escape de los motores Diesel, puede radicar en la condición mecánica del motor, en el combustible o en el equipo de inyección. También la manera de conducir y las condiciones del tránsito tienen cierta importancia. En el tránsito urbano se acelera con frecuencia, lo que hace que se formen grandes cantidades de gases de escape por unidad de tiempo en relación a una conducción normal. Además, la densidad de tránsito es grande, lo que naturalmente aumenta el riesgo de polución y aire viciado. Los humos blancos o azules están formados por partículas de combustible o aceite sin quemar o quemadas insuficientemente debido a una temperatura de combustión baja. Los humos negros aparecen cuando la mezcla de aire y combustible es defectuosa. El contenido de carbonilla en los gases de escape aumenta entonces notablemente. Humos blancos (causas): - Baja presión de compresión - Baja temperatura de funcionamiento - Inyectores defectuosos - Demasiado avance de la inyección - Pérdidas de agua por el sistema de escape Humos negros (causas): - Inyección de combustible demasiado grande - Inyección de combustible retrasada - Filtro de aire sucio, insuficiente aportación de aire - Combustible de baja calidad - Post-inyección - Baja presión de carga, problemas con el turbocompresor - Gran contrapresión en el sistema de escape - Limitador de humo mal ajustado (motores turbo) Los motores turbo están diseñados para proporcionar menores valores de humo que los prescritos según disposiciones legales. Debido al bajo nivel de humos de los motores turbo puede ser tentador modificar la cantidad de combustible a inyectar, aumentándola, en todo caso a los valores de humo legales, y de esta manera obtener más potencia. No es, sin embargo correcto aumentar la cantidad de combustible teniendo como única base de juicio la cantidad de humos, ya que esto puede acortar notablemente la longevidad del motor. La vida útil de un motor con un aumento no permitido de la cantidad inyectada no puede garantizarse nunca, ya que con aumentos moderados se obtiene un notable incremento del régimen de la turbina, de la temperatura de los gases de escape y de la presión de combustión.