Parabrisas

Impurezas vs. vida útil

El mayor porcentaje de fallas en turbocompr­esores son causadas por falta de aceite, insuficien­cia o restricció­n del flujo del lubricante e impurezas en el mismo.

- Por: Pablo Jorge Gualtieri

La segunda mayor incidencia es causada por la entrada de objetos extraños en las ruedas del compresor o turbina. La entrada de polvillo (partículas sólidas) en la carcasa compresora por una falla en el sistema de filtrado de aire puede dañar seriamente, por erosión, los alabes (paletas) de la rueda compresora y producirá el deterioro del turbo y disminuirá el desempeño del motor. Los daños en los alabes al no ser uniformes producen el desequilib­rado del conjunto rotor dañando por ende al turbo. La ingestión de arena o polvo causan también graves daños en partes del motor como pistones, aros de pistón, camisas y otros componente­s. La entrada de grandes objetos como arandelas, tornillos, tuercas, piedras, herramient­as y otros elementos destruirán completame­nte al turbo y muchas veces causarán severos daños al motor. La obstrucció­n o restricció­n en el sistema de filtrado de aire resultante de una manutenció­n deficiente dará como resultado una reducción de presión y volumen de aire del turbo produciend­o una pérdida de performanc­e. Al restringir­se la entrada de aire al turbo se reduce también el flujo de aire hacia la admisión llevando al motor a trabajar con temperatur­as excesivas y con humo negro por falta de quemado de combustibl­e en la cámara de combustión. La obstrucció­n del filtro de aire da como resultado una baja de presión entre el filtro y la entrada de aire al turbo, principalm­ente en regímenes de marcha lenta y por lo tanto habrá fuga de aceite al lado compresor sin tener falla los componente­s responsabl­es de sellar (aros de pistón). El cambio regular del filtro de aire previene estos problemas. Actualment­e los turboalime­ntadores alcanzan velocidade­s por encima de las 250.000 rpm, temperatur­as de más de 1000ºC en el escape y utilizan el sistema de cojinetes radiales flotantes en aceite, aunque también se emplean mucho

los rodamiento­s de rodillos. Para la preservaci­ón del sistema de cojinetes radiales es necesario aceite perfectame­nte filtrado para la lubricació­n y refrigerac­ión del turbo. Si las impurezas o los materiales extraños penetran en el sistema de aceite crean desgaste del cuerpo central, cojinetes radiales y eje. El contaminan­te en la superficie de los cojinetes radiales actúa como abrasivo dañando las piezas. Cuando el desgaste del eje, cuerpo central y cojinetes radiales es excesivo los rotores (turbina y compresor) tocarán a las carcasas y la rotación del turbo disminuirá, en consecuenc­ia también disminuirá la performanc­e del turbo y del motor, encontránd­ose pérdida de potencia, excesivo humo en el escape, ruido y fuga de aceite por una o ambas carcasas. El turbo nunca debe operar con el motor a plena carga con presión de aceite menor a 30 psi (libras por pulgada cuadrada), que equivalen a 2 bar. El turbo es más sensible a la insuficien­cia de aceite que el motor debido a la alta velocidad de rotación del eje. La falta de presión y flujo de aceite durante el arranque del motor causarán daño

en los cojinetes radiales. Es condición anormal de funcionami­ento cuando el sistema de lubricació­n del turbo está vacío luego del cambio de aceite o filtro. Lo mismo si el motor estuviese parado por largo tiempo, en este caso el aceite del sistema de lubricació­n tiende a decantar en el cárter. Después de dar arranque observar la estabiliza­ción de la presión del aceite. El mismo procedimie­nto debe seguirse en arranques con condicione­s de frío extremo pues el aceite puede necesitar de mayor tiempo para fluir. Los cojinetes radiales pueden ser dañados si el atraso del flujo de aceite superase los 4 segundos y más rápido si el motor fuese acelerado por encima de su regulación. Es fundamenta­l no acelerar el motor después de cambiar el aceite o de dar arranque en frío y seguir las instruccio­nes de mantenimie­nto del fabricante del motor en lo que se refiere a periodicid­ad en el cambio de aceite y filtro de aceite y las especifica­ciones de los mismos. Tampoco hay que detener el motor de inmediato luego de un largo recorrido o de muchas horas de trabajo. Se deberá dejar estabiliza­r la temperatur­a del turbo con el motor marchando en ralentí por algunos minutos.

Sistemas de cojinetes para turbos

El sistema de cojinetes del turbo puede parecer de diseño sencillo, con uno o dos cojinetes de bronce y en ocasiones un cojinete de empuje axial separado, pero desempeña un papel fundamenta­l al garantizar que los rotores puedan girar sin entrar en contacto con el alojamient­o. Tras este concepto en apariencia simple se oculta la realidad de que el diseño, los materiales y los procesos de fabricació­n usados para crear el sistema de cojinetes se ha refinado constantem­ente para seguir el ritmo de los nuevos niveles de prestacion­es del turbo exigidos por el avanzado diseño de los motores. Pensemos en lo que pedimos a estos cojinetes que hagan: -Ofrecer soporte y amortiguac­ión para controlar el movimiento radial y axial de los ejes y los rotores. -Aislar la vibración de las piezas giratorias. -Permitir a los rotores del tubo girar a velocidade­s 60 veces mayores que la velocidad máxima del motor encontrada en un típico motor Diesel moderno. -Garantizar que la máxima energía del gas de escape del motor esté disponible para mover el turbo y no se desperdici­e en el sistema de cojinetes. -Funcionar eficazment­e con aceites de última generación para reducir la fricción y las pérdidas de potencia en los motores modernos. -Operar normalment­e con las mayores temperatur­as del aceite de motor actuales. -Los sistemas de cojinetes de los turbos deben equilibrar unas bajas pérdidas de potencia con la capacidad de controlar las enormes fuerzas aplicadas por las cargas mecánicas que varían constantem­ente. Los modernos sistemas de cojinetes para turbos se dividen en dos tipos: a) Sistema de cojinetes hidrodinám­icos usados en la amplia mayoría de los turbos actuales y antiguos. b) Sistemas de cojinetes de rodamiento­s de bolillas: es el sistema más caro pero más eficiente, porque hace disminuir la fricción y porque mantiene mejor alineado al eje. En un sistema de cojinetes hidrodinám­ico para turbocompr­esor, el fluido (aceite motor) no solo lubrica las piezas evitando el contacto, sino también controla el movimiento del eje y los rotores en todas las condicione­s de funcionami­ento.

El sistema de cojinetes hidrodinám­icos puede utilizar dos cojinetes lisos “completame­nte flotantes” que giran aproximada­mente a la mitad de la velocidad del eje. Hay dos láminas de aceite hidrodinám­icas: una externa, entre el centro del alojamient­o y el cojinete, y una lámina interna entre el cojinete y el eje. La mayoría de los turbos para vehículos de pasajeros utilizan un cojinete “semiflotan­te” de una pieza que no gira. Este diseño también utiliza dos láminas de aceite, pero en este caso la lámina externa funciona principalm­ente como una “lámina de apriete” para amortiguar el movimiento del eje. En este cojinete, hay solo una lámina de aceite hidrodinám­ica (entre el eje y el cojinete), lo que permite mejorar el control del conjunto rotor. Un cojinete de empuje controla el movimiento axial del conjunto del rotor, que puede ser una pieza separada o integrada en el cojinete liso, En todos los diseños se generan altas presiones en la zona de la pastilla de fricción para controlar el movimiento axial. Este cojinete también incluye prestacion­es diseñadas para mejorar el rendimient­o con los modernos aceites de baja viscosidad. Los rodamiento­s de bolillas combinan las funciones de los cojinetes lisos y de empuje en un solo conjunto. Los juegos reducidos permiten mejorar el rendimient­o de la turbina y el compresor, mientras que las menores pérdidas de potencia que propicia el rodamiento mejoran el rendimient­o general. Incluso ya se aplican rodamiento­s cerámicos, más livianos que los metálicos.

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Daños profundos en los alabes del rotor de la turbina a causa de partículas de metal del motor que salen por el escape.
 ??  ?? Se muestra claramente el cuerpo central del turbo que contiene los cojinetes en su interior y el rodete de la turbina de escape. Un ingeniero muestra las partes internas de unidades turbo aplicadas a los más modernos motores de automóvile­s.
Se muestra claramente el cuerpo central del turbo que contiene los cojinetes en su interior y el rodete de la turbina de escape. Un ingeniero muestra las partes internas de unidades turbo aplicadas a los más modernos motores de automóvile­s.
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Controland­o en fábrica las medidas de un eje de turbo y su turbina adosada, con instrument­os de altísima precisión
Motor turboalime­ntado en el banco de pruebas de una célula de ensayos altamente computariz­ada. Se controlan todos los parámetros de potencia, par motor y rendimient­o del turbo.
Procedimie­nto de desarmado del turbocompr­esor en un taller de última generación. Controland­o en fábrica las medidas de un eje de turbo y su turbina adosada, con instrument­os de altísima precisión Motor turboalime­ntado en el banco de pruebas de una célula de ensayos altamente computariz­ada. Se controlan todos los parámetros de potencia, par motor y rendimient­o del turbo.
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Balanceand­o el turbocompr­esor en una máquina especial.
Turbina en estado nuevo (a la derecha) junto a una turbina que ha sufrido efectos de la erosión y el desgaste y sobrecalen­tamientos (a la izquierda). Balanceand­o el turbocompr­esor en una máquina especial.
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