Parabrisas

LA MÁS ESPERADA DEL ROMBO

Recorrimos más de mil kilómetros por los Alpes franceses con unidades fabricadas en España. Primeras impresione­s de la inédita pick-up, de una tonelada de carga, que pronto tendrá pasaporte argentino.

- Texto y fotos: Alejandro Cortina Ricci (desde Grenoble, Francia)

Afines de 2018, en ocasión del Salón del Automóvil de París, aprovecham­os nuestra estadía en Francia para tomar contacto con la flamante Alaskan. Lo hicimos con unidades producidas en Barcelona, las cuales, según los directivos de la marca, son en un 95 por ciento idénticas al modelo que se fabricará en la Argentina. A continuaci­ón, nuestras impresione­s luego recorrer cerca de 1.100 kilómetros, entre París y Grenoble, y caminos de montaña.

Con sello propio

Transforma­r algo “ajeno” en propio se ha vuelto moneda corriente en la globalizad­a industria automotriz, pero no siempre los frutos obtenidos resultan atractivos. Tamaño desafío tuvo el equipo de diseño de Renault (liderado por Laurens Van den Acker) para convertir la coraza de esta pickup sin salirse de los parámetros de la matricería de la Nissan Frontier, base del proyecto.

La Alaskan respeta el ADN de los últimos modelos de la marca francesa, donde el protagonis­mo se lo lleva la enorme parrilla cromada -que luce el rombo en grandes dimensione­s-, escoltada por modernos grupos ópticos, cuya principal caracterís­tica es la firma lumínica de led tipo “boomerang” (en forma de C). En este sentido, hay que reconocer que el modelo definitivo respetó en gran medida el diseño que mostraba el concept develado en el Salón de Frankfurt en 2015.

Lateralmen­te es prácticame­nte idéntica a su hermana. Sólo las llantas determinan de qué modelo se trata: en este

caso, con seis rayos y un aspecto más agresivo.

Atrás, el tratamient­o estilístic­o sólo se enfocó en adaptar las ópticas y el portón trasero, éste último con dos marcadas molduras (una arriba y otra abajo), que recorren la superficie de un extremo a otro para imprimirle un toque distintivo.

Para nuestra “desilusión”, puertas adentro hubo poco esmero en la propuesta visual. No porque el panel de a bordo no sea atractivo, sino porque, a excepción del rombo inserto sobre el centro del volante y los apliques plásticos que lo rodean, no hay ninguna diferencia con la pick-up de Nissan.

Habitabili­dad y calidad

Tal como ocurre con la Frontier, la percepción general es de robustez: todo parece estar pensado para durar muchos años. Si bien no hay materiales blandos o revestimie­ntos de cuero sobre la plancha central, las terminacio­nes son prolijas, y la textura agradable al tacto. La posición de manejo es cómoda, aunque lo sería aún más si el volante se pudiera manipular en profundida­d. Las butacas delanteras (calefactab­les) son mullidas y ofrecen una excelente sujeción lateral: la del conductor dispone de regulación eléctrica en altura y ajuste lumbar.

El espacio en las plazas traseras ostenta ser uno de los más amplios de su clase. Sin embargo, los asientos son un tanto bajos y no evitan que las rodillas queden por sobre la línea de la cintura al apoyar los pies en el piso. En este sector, los pasajeros cuentan con tres apoyacabez­as y cinturones de seguridad de tres puntos, salidas de aire acondicion­ado y manijas de sujeción en los parantes, pero no disponen de tomas USB o de 12 V.

Tanto Frontier como Alaskan (al menos la europea) son las únicas camionetas del segmento que ofrecen techo corredizo eléctrico. No es un elemento que marque grandes diferencia­s en

este tipo de vehículos, pero no deja de ser un diferencia­l.

Si bien faltan algunos meses para que Renault dé a conocer cómo estará compuesta la gama y qué dotación ofrecerá cada versión, sabemos que las más equipadas contarán con climatizad­or bizona, tapizado de cuero, pantalla táctil de ocho pulgadas con navegador satelital, conexión Android Auto y Apple CarPlay, además de la moderna cámara de visión 360º que también equipaba la Mercedes-Benz Clase X que manejamos en Chile en 2017.

Ésta última no sólo es muy útil para las maniobras de estacionam­iento, sino también para la práctica off-road: dispone de una función que a baja velocidad activa una cámara frontal, y otra ubicada sobre el lateral derecho para monitorear lo que sucede en el terreno próximo.

¿Cómo se comporta?

Manejar una pick-up en los países más civilizado­s del Viejo Continente puede resultar una experienci­a extraña. No es habitual el uso de este tipo de vehículos en esa parte

del mundo, y mucho menos frecuente cruzarse con un convoy de pick-ups con el logo de ¡Renault! en la trompa.

Nuestra hoja de ruta estuvo signada mayormente por asfalto, sobre el agradable trazado que propone la Autoroute du Soleil, y en menor media por el ripio de los pintoresco­s caminos de los Alpes franceses.

Durante el derrotero fuimos variando el manejo entre dos unidades: una con caja manual de seis marchas y otra con transmisió­n automática de siete velocidade­s, ambas con tracción 4x4 y equipadas con el conocido motor Diesel 2.3 biturbo de 190 CV de potencia.

Este propulsor, fabricado en Europa, se destaca por la noble entrega de sus 45 kgm de torque desde las 1.750 rpm, aunque la mejor respuesta se advierte de la zona media del tacómetro en adelante: para ello es necesario acompañar enérgicame­nte con el pie en el acelerador.

En líneas generales, la caja automática proporcion­a un andar agradable, aunque en ocasiones suele demorarse para engranar la marcha ascendente, fundamenta­lmente cuando se transita a baja velocidad. El comando secuencial se opera a través del selector, ya que, desafortun­adamente, no dispone de levas en el volante.

En el caso de la caja manual, el recorrido de la selectora es suave, pero para evitar tironeos desagradab­les hay que presionar a tope el pedal izquierdo, cuyo recorrido es además un tanto largo.

La aislación acústica del habitáculo nos sorprendió gratamente, al igual que el confort de marcha. En esto último cumple un rol fundamenta­l el esquema de suspension­es: al del eje trasero -si bien la alianza Renault-Nissan lo denomina Multilink-, técnicamen­te no es independie­nte. Se trata de un eje rígido que, en vez de estar unido al paquete de elásticos, tiene múltiples puntos de anclaje al chasis, y usa espirales.

En la práctica transmite un andar placentero, inclusive en terrenos irregulare­s, aunque sin llegar al nivel de confort de una Volkswagen Amarok, toda una referencia en este aspecto.

Por su parte, la dirección (con asistencia hidráulica) ofrece

equilibrio justo entre suavidad y firmeza para maniobrar en ruta, pero la notamos un tanto pesada de operar a baja velocidad.

Durante el viaje, en ningún momento fue necesario poner a prueba las aptitudes off-road extremas de este vehículo, que cuenta con la posibilida­d de conectar el conocido sistema de tracción 4x4 con sello nipón, a través de un sistema electrónic­o muy sencillo de operar, y con caja reductora (alta y baja).

Si bien la Alaskan española contaba con bloqueo de diferencia­l trasero, ninguna versión de las Frontier fabricadas en la Argentina lo tiene. ¿Será una sorpresa del rombo?

En el rubro seguridad, el modelo de Renault equipará, presumible­mente, la misma dotación disponible en su par de Nissan: seis airbags (frontales, laterales y de cortina), control de tracción y estabilida­d, frenos ABS con EBD y BA, control de descenso y anclajes para sillas infantiles. Un combo adecuado, pero que no llegaría a equiparar al de los referentes del segmento, que ya ofrecen asistencia­s a la conducción como mantenimie­nto de carril, detector de colisión frontal, frenado autónomo de emergencia y control de velocidad crucero adaptativo. Pero, para tener certezas, habrá que esperar a su lanzamient­o.

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 ??  ?? De frente no quedan dudas: es ciento por ciento Renault. La carrocería ofrece buenos ángulos para el off-road: 30,6º frontal, 23,5º ventral y 27,7 º de salida. Por su parte, la capacidad de vadeo es de 70 centímetro­s.
De frente no quedan dudas: es ciento por ciento Renault. La carrocería ofrece buenos ángulos para el off-road: 30,6º frontal, 23,5º ventral y 27,7 º de salida. Por su parte, la capacidad de vadeo es de 70 centímetro­s.
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 ??  ?? El interior es idéntico al de Frontier. Butacas cómodas y calefactab­les. Selectora con modo secuencial. A diferencia de la Alaskan nacional, que cuenta con filtro de partículas (FAP) , la europea dispone de un depósito para la urea (AdBlue). Esta última equipa bloqueo de diferecial.
El interior es idéntico al de Frontier. Butacas cómodas y calefactab­les. Selectora con modo secuencial. A diferencia de la Alaskan nacional, que cuenta con filtro de partículas (FAP) , la europea dispone de un depósito para la urea (AdBlue). Esta última equipa bloqueo de diferecial.
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El diseño de las llantas y los apliques cromados sobre los pasaruedas delanteros ayudan a diferencia­rla lateralmen­te de una Frontier. La barra de San Antonio que ofrezca el modelo fabricado en la Argentina puede distar de la versión europea.
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 ??  ?? La habitabili­dad trasera de Alaskan y Frontier es una de las mejores del segmento. Además, son los únicos modelos en ofrecer techo solar eléctrico.
La habitabili­dad trasera de Alaskan y Frontier es una de las mejores del segmento. Además, son los únicos modelos en ofrecer techo solar eléctrico.
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