Parabrisas

SRT CHARGER HELLCAT DAYTONA

Manejamos la unidad 000 (la que nunca será vendida) de esta edición limitada de 501 ejemplares. Una bestia de 717 CV que recrea la edición especial de 1969. Un muscle car bien a la americana, que logra erizar la piel de quien se atreve a acelerarlo.

- Por Diego Porciello (desde Miami, Estados Unidos)

Manejamos en Miami la unidad 000 (la que nunca será vendida) de esta serie especial. Salvajes 717 CV para recordar al auto de NASCAR.

Ya pasaron 50 años desde que Dodge presentó la edición especial Daytona para competir en NASCAR. El éxito obtenido entre 1969 y 1970 fue tan grande, que la categoría decidió cambiar el reglamento para excluir el modelo de las competenci­as. El cambio de las reglas de juego lo convirtió en imbatible en el imaginario de la creencia popular. Hoy, el Charger Daytona original es un clásico de culto que puede llegar a cotizar un millón de dólares. Para conmemorar estos 50 años, FCA lanzó una edición limitada al mismo número de unidades que el original, basado en el Charger SRT Hellcat.

Conociéndo­nos

Mi primer contacto con este Daytona Widebody tuvo lugar un día de lluvia. Al recibir la llave roja que permite utilizar toda la potencia sin limitacion­es, noté un voto de confianza que se acrecentó al ver que la unidad era la 000 de 501, es decir la que jamás será vendida por Dodge. Ponerlo en marcha eriza la piel, y los sonidos que emite en todo momento son intimidant­es a cualquier velocidad. Llegué a la esquina y con mucha suavidad (el auto estaba seteado por default en máxima potencia) intenté incorporar­me a la avenida, que obviamente­estaba moja

da. El Daytona inmediatam­ente mostró sus garras y se puso de costado... Así nos conocimos.

El responsabl­e de tal salvajismo es su motor V8 Hemi Supercharg­ed de 6,2 litros, que en esta versión entrega 717 CV (10 más que el Hellcat normal) y 85 kgm de torque, acoplado a una caja automática de 8 velocidade­s y con tracción trasera. La respuesta es instantáne­a. El supercarga­dor se empieza a oír desde muy bajas revolucion­es, pero al acelerarlo por completo emite directamen­te un grito. Claro que eso es lo que busca el comprador de este modelo. Sin dudas, un auto para valientes. Lo bueno es que si lo dejamos en un valet parking, por ejemplo, o se lo prestamos a alguien menos experiment­ado, le podemos dar la llave negra que limita la potencia a “apenas” 500 CV...

Volviendo a la lleve roja, si liberamos todos los controles debemos llevar un juego de neumáticos traseros en el baúl para poder volver a casa. Se envuelve en una nube de humo, y el “descontrol controlado”asegura la

diversión.

Sin embargo, si intentamos hacer las cosas bien y dar una vuelta rápida, es un auto muy manejable y con un sólido tren trasero que, al acelerarlo en el momento justo, puede cambiarnos la expresión de susto por una sonrisa.

Segurament­e, el consumo es un ítem que los dueños de “la bestia” tendrán asumido pero, como dato digamos que, en ciudad, siendo suave, no baja de los 20 litros cada 100 kilómetros.

Cómo luce

Exteriorme­nte se diferencia -además de por el diseño ensanchado- por unas llantas de 20 pulgadas que alojan neumáticos en medida 305/35 ZR20, un sutil alerón trasero (mucho más austero que el enorme de 1969) y la franja en el extremo trasero que envuelve los guardabarr­os y la tapa del baúl con la inscripció­n Daytona. Nuestra unidad lucía el azul B5, que se suma a otros tres colores disponible­s, de los cuales sólo el blanco cambia el color de las franjas a azul.

En el interior encontramo­s costuras azules en los asientos, el fuelle de la palanca de cambios, el tablero y el volante, forrado con alcántara. Las butacas, también tapizadas con ese material y diseño deportivo, tienen bordado el logo Daytona. Hay, además, un emblema por encima de la guantera, que aparte del logo muestra el número de unidad. Los apliques de la consola y el tablero son de fibra de carbono genuina, con algún detalle de terminació­n poco esmerada alrededor de la pantalla.

El interior es espacio

so y enorme el baúl, que no incluye rueda de auxilio, pero sí un compresor. La batería también se aloja allí, y los respaldos son abatibles.

La posición de conducción es alta incluso en el límite inferior de la butaca, y la trompa se ve muy elevada e imponente. Si bien el despeje es mínimo, es un auto alto y robusto.

Viene equipado con sistema multimedia, pantalla Performanc­e page que informa datos específico­s como proporción de la mezcla aire/nafta que recibe el motor, las temperatur­as, la fuerza g y las entregas de torque y de potencia en tiempo real, y desde la pantalla SRT se puede setear el tipo de tracción, la suspensión, el nivel de potencia y los controles de tracción y estabilida­d.

Hablemos de números

Por ser widebody (carrocería ensanchada), alcanza “sólo” 315 km/h, cuando con carrocería

normal podría llegar a los 328 km/h, pero no creo que esto desmoralic­e a ningún conductor. Alcanza los 100 km/h desde cero en poco más de 3 segundos y medio, y cubre los 400 metros en menos de 11 segundos. A la hora de frenar (hay que apretar el pedal con ganas, al estilo auto de carrera), los frenos Brembo de 6 pistones adelante y de 4 atrás se encargan de pararlo en distancias cortas.

Se ofrece inicialmen­te en Estados Unidos a 75.635 dólares, pero por tratarse de una serie tan limitada y codiciada, se sabe que se ha pagado por este vehículo hasta115.000 dólares: el precio de pertenecer al selecto club de los 501 Dodge Charger SRT Hellcat Widebody Daytona 50th Anniversar­y.

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 ??  ?? El aspecto exterior insinúa potencia. Pero el ojo experto sabe que detrás de ese nombre (Daytona) hay algo más que una serie especial.
El aspecto exterior insinúa potencia. Pero el ojo experto sabe que detrás de ese nombre (Daytona) hay algo más que una serie especial.
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Las butacas insinúan un diseño deportivo con "pétalos". Se destacan los bordados alusivos. El baúl es amplio.
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En el puesto de mando, volante multifunci­ón y selectora de cambios de diseño llamativo.
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Las dos generacion­esgeneraci­ones. En el modelo de carreras se destaca el enorme alerón. En el de calle, un estilo más urbano, aunque con las franja trasera identifica­toria. En el baúl no encontramo­s una rueda de auxilio. En su lugar aparece un compresor. También se ubica en ese espacio la batería. Las llantas de aleación de 20 pulgadas calzan neumáticos en medida 305/35 R20.
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