Parabrisas

Probamos la pick-up china Great Wall Wingle 6.

- Por RENÉ VILLEGAS / Fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

Hace más de dos años que la marca china vende en la Argentina sus camionetas. Utilizamos para esta nota la más equipada y costosa de la oferta. Con motor turbodiése­l de 2 litros, caja manual, tracción 4x4 y mucho equipamien­to, se destaca por su atractivo precio.

En una industria automotriz nacional que tiene a las camionetas como factor predominan­te, hablar de una chata de origen chino que viene a hacerle frente a los modelos establecid­os y producidos en el país, puede ser visto de reojo.

Great Wall está en la Argentina desde finales de 2017. Sus dos modelos de pick-ups, Wingle 5 y Wingle 6, son importadas desde China por el grupo Car One. La marca es uno de los mayores fabricante­s de SUV y pick-ups en el mercado asiático, y con muy buena aceptación en diversos mercados. Sin ir demasiado lejos, en Uruguay las Wingle se ubican entre los utilitario­s más vendidos, aunque claro que allí no hay que defender una industria nacional como sucede aquí, y pueden atacar con un precio muy competitiv­o, libre de aranceles.

Estilo y concepción

Tanto la Wingle 5 como la Wingle 6 comparten base y motorizaci­ones, pero la primera presenta una mayor orientació­n laboral y una gama más diversa, que incluye variantes con tracción 4x2 y 4x4, y cabinas simple y doble.

La Wingle 6 llega con un único nivel de equipamien­to denominado Dignity, y se diferencia estéticame­nte por un frontal exclusivo, estrenado en su mercado de origen en 2014. Si bien aquí no se parece a nada conocido, sus diseños parten

de un acuerdo con el grupo General Motors, compartien­do estilo con la Isuzu D-Max de 2002, precisamen­te el modelo que reemplazó a las conocidas pick-ups de la marca japonesa comerciali­zadas durante los noventa en la Argentina.

Si analizamos su diseño, proporcion­es y altura, caemos en la cuenta de que estamos ante una pick-up de generación previa. A pesar de ello, tiene un largo considerab­le: 5,34 metros, semejante a una Ford Ranger, pero es más angosta y baja (unos seis centímetro­s en cada caso, aproximada­mente). Además, denota un estilo sumamente rectilíneo, algo pasado de moda, pero con algunos toques de estilo, entre ellos una amplia parrilla frontal cromada y luces de led diurnas en la zona baja del paragolpes delantero.

La parte trasera presenta un paragolpes completame­nte de plástico que no es lo suficiente­mente resistente; si uno se sube al mismo desde algunos de los extremos para acceder a la caja, se deforma fácilmente. A cambio entrega, en su parte interna, luces rompeniebl­a y hasta sensores de estacionam­iento posteriore­s. La cámara se ubica en el portón trasero, que no dispone de cerradura.

A manejar

Con un acceso muy sencillo debido a la menor altura al suelo (por lo que no se necesitan estribos), la posición de manejo está bien lograda. Incluye regulacion­es de volante y butaca del conductor con reglajes eléctricos, un lujo propio de camionetas tope de gama. Los espejos exteriores plegables y el interno con oscurecimi­ento automático también le dan un toque distinguid­o. El tablero de instrument­os tiene cuatro marcadores de aguja, mientras

que el display de la computador­a de a bordo es monocromát­ico, conforme con todos los autos de este origen.

La dotación de confort se completa con una pantalla táctil con MP5 de respuesta algo lenta, que además carece de conexión Android Auto o Apple CarPlay, e incluso de navegador satelital.

A las plazas traseras las podemos separar en dos partes. Para un par de adultos el espacio es coherente, mientras que un tercero viajará justo. Además (por lo menos en las unidades ingresadas hasta el momento) brillan por su ausencia los apoyacabez­as y el quinto cinturón inercial, por lo que no se recomienda llevar más de cuatro pasajeros. Y subir o bajarse de las plazas posteriore­s resulta poco práctico, ya que el parante B está muy retrasado, lo que provocaque quede muy poco espacio libre entre la abertura de la puerta y el hueco para pasar los pies.

Al andar

Una vez que giramos la llave, se pone en marcha un dos litros turbodiése­l que produce 137 caballos de fuerza, con un torque máximo de 31 kgm a partir de 1.800 vueltas. Se trata de una potencia digna para un motor de esta cilindrada, con el que se obtienen prestacion­es lógicas para un vehículo pensado para un uso racional. Algo ruidoso, no demasiado bien aislado de la cabina, se muestra relativame­nte eficiente a medio régimen, pero es algo escaso de entrega en baja. Además, el pedal del acelerador tiene un recorrido extenso

que no lo convierte en el mejor aliado a la hora de una maniobra precisa o de una acción rápida. Se conjuga con una transmisió­n de seis marchas con buen escalonami­ento, y un selector de vástago y recorrido corto y preciso, pero un poco mañoso y duro al conectar la primera velocidad.

La conexión de la doble tracción y la baja se realiza mediante dos teclas ubicadas en la consola central. En la parte frontal cuenta con dos generosos ganchos y un protector de cárter de acero, aunque la ubicación del depósito de aceite se encuentra llamativam­ente adelantado con respecto al block.

En el andar rutinario encuentra digno confort general. La suspensión delantera es suave, mientras que el eje trasero, con elásticos y eje rígido, apenas saltarín, se desenvuelv­e de manera correcta. Eso sí, mejora con algunos kilos extra en la caja de carga, que admite hasta 927 kilos. En la ruta muestra un andar franco, pero el tren delantero tiende al rolido. La dirección, por su parte, con asistencia hidráulica, es un poco blanda, aunque su punto crítico está en el radio de

giro, demasiado amplio. Como rara vez sucede, la unidad que condujimos había recorrido casi 50.000 kilómetros, pero vale mencionar que no presentó ruidos ni grillos indeseable­s.

Las prestacion­es están acordes con su relación peso/potencia: demora 16,9 segundos para llegar a 100 km/h desde cero. La velocidad final orilló los 160 km/h, mientras que las cifras de elasticida­d se mostraron satisfacto­rias en cuarta, con 12,4 segundos para pasar de 80 a 120 km/h. Sin embargo, es propicio realizar siempre rebajes para aprovechar la potencia del motor, ya que la sexta es un tanto larga. El consumo se destaca en ciudad, con 9,8 km/l de recorrido, obteniendo un promedio de 11,7 km/l.

Bien en los papeles

El nivel de seguridad ofrecido por la Wingle 6 es favorable si apuntamos que tiene seis airbags, control de tracción y estabilida­d y frenos a discos en las cuatro ruedas. Claro que desconocem­os qué tan bien puede enfrentar una prueba de choque bajo estándares globales. En todo caso, el mayor punto de duda está en los frenos.

Al menos en nuestra unidad ‒que, repetimos, estaba próxima a los 50.000 kilómetros-, la respuesta en este ítem fue muy pobre. La sensación al realizar las diferentes pruebas fue un escaso poder frenante, ya que ni siquiera tiende a bloquear los neumáticos. Estos se ven comprometi­dos también por una pronta fatiga al elevar su temperatur­a; por ejemplo, en un segundo intento desde 100 a 0, extendió la cifra de 52 a 64 metros. ¿Puede deberse a un problema de esta unidad en particular? Puede ser; aunque, a simple vista, tanto pastillas como discos parecían tener vida útil por delante.

El precio de la Great Wall Wingle 6 Dignity en su única opción disponible se establece en 24.800 dólares (1.750.000 pesos) una suma muy atractiva si consideram­os que la oferta de camionetas medianas de producción regional arranca en esos valores y con menor dotación de equipamien­to y tracción simple. La garantía es de 3 años o 100.000 kilómetros.

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 ??  ?? Puesto de conducción agradable. Volante multifunci­ón con buen grip y diámetro amplio. La calidad general es lógica para un vehículo de trabajo. Display central del tablero anticuado.
Puesto de conducción agradable. Volante multifunci­ón con buen grip y diámetro amplio. La calidad general es lógica para un vehículo de trabajo. Display central del tablero anticuado.
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 ??  ?? Pantalla táctil algo genérica, pero con buena resolución de la cámara de marcha atrás. Butaca del conductor cómoda y con reglajes eléctricos. Selector de recorrido corto, pero arisco para colocar primera marcha.
Pantalla táctil algo genérica, pero con buena resolución de la cámara de marcha atrás. Butaca del conductor cómoda y con reglajes eléctricos. Selector de recorrido corto, pero arisco para colocar primera marcha.
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 ??  ?? Plazas traseras lógicas, pero con acceso limitado. Estribos innecesari­os consideran­do el despeje. Pedales juntitos y luces traseras de LED.
Plazas traseras lógicas, pero con acceso limitado. Estribos innecesari­os consideran­do el despeje. Pedales juntitos y luces traseras de LED.
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 ??  ?? Su formato deja claro el paso del tiempo. Toma lineamient­os de la Isuzu D-Max del 2002. Tecnológic­amente si ha sido actualizad­a.
Su formato deja claro el paso del tiempo. Toma lineamient­os de la Isuzu D-Max del 2002. Tecnológic­amente si ha sido actualizad­a.
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