Parabrisas

TOYOTA HILUX

Un viaje a Córdoba con la renovada pick-up, que ahora agrega asistencia­s al manejo y entrega 204 CV, entre otras novedades.

- Texto y fotos: CHRISTIAN HEIN

El viaje a la región de cordobesa de Calamuchit­a, donde haríamos base con la nueva Hilux, fue un trámite para este vehículo que está preparado para recorrer distancias infinitame­nte superiores. No obstante, en el ida y vuelta de los 750 kilómetros de ruta que separan a Buenos Aires con el atractivo lugar, pudimos sacar nuevas conclusion­es.

En este caso, disfrutamo­s a full del excelente sonido del nuevo equipo de audio JBL (que equipan las versiones SRX como la que probamos), y que coincide con una mejora notable en la insonoriza­ción del habitáculo y con el también nuevo sistema multimedia que, además de ser más completo, es más rápido e intuitivo.

También notamos una mejora en el comportami­ento dinámico y, aunque en asfalto no tuvimos (ni quisimos) la oportunida­d de probarlo, sabemos que ha mejorado el sistema de control de estabilida­d.

La mayor parte del trayecto de ida la realizamos por autopista, donde nos propusimos mantener una velocidad constante de 120 km/h para corroborar en cierta manera los valores obtenidos para dicha velocidad en el test realizado en la edición anterior (N°507, de enero 2021). La cifra total a lo largo de unos 280 kilómetros (que incluyeron un peaje y un viento en general leve que nos pegaba lateralmen­te desde el sur), resultó en

un promedio de 10,8 km/l, es decir que rindió apenas cuatro décimas menos que en la prueba realizada un mes antes en condicione­s casi ideales.

Otra de las grandes cuestiones de este tipo de vehículos a la hora de viajar, es que no hay que pensar mucho al decidir qué llevar y qué no. Por eso, en la caja cada uno de los cinco tripulante­s “tiramos” todo lo necesario para los casi diez días de estadía y sobró lugar para dos mountain-bikes de ruedas de 29 pulgadas, que amarramos firmemente a los ganchos ubicados en la parte superior de los cuatro extremos del espacio de carga. De esta forma, con varios de los tripulante­s pasaditos en peso, de alguna manera conseguimo­s probarla bastante pesada, aunque con la valija de cada uno, más la reserva de comida y bebidas ocupamos todo

en volumen n de la caja, a, nos faltaron n varios kilos os para llegar ar a los 1.000 00 de capacidad ad máxima sugegerido­s por el fabricante.

Ayudas oportunas

Es sabido que el tramo de la autovía 9 que une Rosario con la capital cordobesa es casi una recta interminab­le que, por monótona, muchas veces ha provocado accidentes debido a que los conductore­s se quedan dormidos. Si bien nosotros estamos muy prevenidos para que estas cosas no nos sucedan, contar con los asistentes al manejo nos brindó una seguridad extra. Principalm­ente en el mencionado trayecto, pusimos a prueba el control de velocidad crucero adaptativo y el asistente de mantenimie­nto de carril. Evaluando el comportami­ento de ambos sistemas llegamos a la conclusión de que gracias, a sus efectivida­des, ayudan a evitar incidentes, en muchos casos con consecuenc­ias fatales.

Lista para el castigo

Ya instalados en “nuestra” casa ubicada en las inmediacio­nes del enorme Embalse de Río Tercero, decidimos trazar varios recorridos que sirvieran para exigir al máximo esta versión de la Hilux.

Así, por tratarse de

una zona montañosa, surgieron circuitos que incluyen caminos muy desmejorad­os y partes de ripio sinuosas, que ponen a prueba la robustez y la estabilida­d del vehículo, al mismo tiempo que exigen casi al máximo los actuales 204 caballos y los elevados 51 kgm de torque del conocido (pero evoluciona­do), motor 2.8 turbodiése­l.

Con el condimento de las lluvias torrencial­es de los días previos, el desafío en varios casos consistió en meternos por caminos casi intransita­bles para llegar a los lugares más apartados. Así, con la opción 4x4 activada, tuvimos que atravesar ‒aplicando y gestionand­o manualment­e las primeras de las seis marchas de la caja automática-secuencial‒, buena parte de la potencia por grandes huellas inundadas. Esto implicó, además, una gran exigencia del chasis, que tuvo que soportar continuos saltos provocados por las ondulacion­es, y acentuados en gran parte por la dureza de las suspension­es, que fue la clave para evitar golpes de las partes más expuestas de la carrocería.

En este sentido, bienvenido­s fueron también los 29º de án

gulo de ataque, los 26º de salida y los 22,7 centímetro­s de despeje del suelo. En toda esa zona los vados son otros de los obstáculos que surgen con la lluvia. A pesar de que todos estaban bastante crecidos, los 70 centímetro­s de capacidad de v vadeo de la Hilux sirvieron para sortearlos sin inconvenie­ntes, en tanto lidiábamos en simultáneo con algunas enormes piedras del fondo, que normalment­e suelen verse debido a la transparen­cia del agua, pero que con los arroyos revueltos habían desapareci­eron de nuestra vista. Teniendo en cuenta dichos obstáculos, en varios casos nos aseguramos de conectar la reductora y el bloqueo mecánico del diferencia­l trasero.

Por asfalto, pero de montaña

Uno de los recorridos por la zona del dique Cerro Pelado, cercano a la histórica y pintoresca localidad de Amboy, puso a prueba nuevamente las caracterís­ticas del chasis en caminos sinuosos, en muchos casos en bajadas con curvas pronunciad­as que aparecen inmediatam­ente luego de largas y veloces rectas. Allí es donde la Hilux volvió a

mostrar una apropiada firmeza y, en este caso exigiéndol­a a fondo, una apropiada respuesta del ESP y de los frenos que, más allá de la enorme fuerza que le aplicábamo­s, también respondier­on de manera eficiente y sin manifestar fatiga alguna a las reiteradas aplicacion­es. A pesar de estar asfaltado, la mayor parte de ese camino no se encuentra en el mejor estado, situación que evidenció mejoras respecto de la Hilux antecesora en las vibracione­s de surcos y pequeños pozos.

También lo hizo cuando al apartarnos del mismo en Villa Amancay poniendo dirección a La Cruz, apareciero­n los frecuentes serruchos acrecentad­os por la lluvia. Pero transitand­o lomos de burro, cunetas

o pozos más profundos, las suspension­es todavía se siguen mostrando algo duras, especialme­nte en el eje trasero. Además de ser una caracterís­tica del vehículo, esto lo notamos más, porque para asegurarno­s de minimizar una rotura producto de piedras filosas, llevamos la presión de los neumáticos a unas elevadas 42 libras.

En este sentido, bienvenida es la medida 265/60 en llantas de 18 pulgadas para un justo equilibrio de desplazami­ento en todos los tipos de suelos que abordamos.

Hubo que volver...

Finalizada­s las exigencias en la montaña combinadas con un poco de esparcimie­nto en una zona que brinda muchas posibilida­des al turista, la vuelta a casa la realizamos por la Ruta Nacional 8. A pesar de su importanci­a por las grandes localidade­s que une y su elevado tránsito, sigue siendo en su mayor parte de una sola mano para la ida y para la vuelta. Más allá del contratiem­po de atravesar casi por completo ciudades como Venado Tuerto o Pergamino, el camino elegido sirvió una vez más para evaluar la respuesta del motor, al que se le aumentó la potencia, principalm­ente gracias a un turbo más grande. Y fue en trayectos congestion­ados de camiones donde al pisar a fondo el acelerador la Hilux respondió con creces al momento de realizar las maniobras de sobrepaso.

Esta, y las innumerabl­es virtudes de “nuestro” confiable vehículo, fueron las claves para realizar una salida tan exigente como entretenid­a y volver a la rutina tan descansado­s como si no nos hubiésemos movido de Buenos Aires.

Lo mismo sucedió con la Hilux, que luego de un buen lavado, volvió a su dueño (Toyota Argentina) como recién salida de la línea de montaje de Zárate.

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 ??  ?? En Villa Amancay se encuentra un viejo mapa que muestra muchos de los caminos por los que circulamos. Partiendo con el tanque de 80 litros lleno y viajando a 120 km/h, tendríamos autonomía suficiente para volver sin repostar.
En Villa Amancay se encuentra un viejo mapa que muestra muchos de los caminos por los que circulamos. Partiendo con el tanque de 80 litros lleno y viajando a 120 km/h, tendríamos autonomía suficiente para volver sin repostar.
 ??  ?? Casi abandonada en un lejano paraje, esta antigua chata nos da idea de cómo evoluciona­ron estos vehículos. Muchos caminos sinuosos y con subidas y bajadas pronunciad­as pasra poner a prueba los frenos y el ESP, entre otros.
Casi abandonada en un lejano paraje, esta antigua chata nos da idea de cómo evoluciona­ron estos vehículos. Muchos caminos sinuosos y con subidas y bajadas pronunciad­as pasra poner a prueba los frenos y el ESP, entre otros.
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 ??  ?? Descanso a orillas del lago. En la parte trasera de la nueva Hilux se destaca el renovado diseño de los faros, que ahora son led.
Descanso a orillas del lago. En la parte trasera de la nueva Hilux se destaca el renovado diseño de los faros, que ahora son led.
 ??  ?? Los sistemas para el off-road fueron indispensa­bles en muchos casos. Neumáticos con 42 libras para evitar roturas.
Los sistemas para el off-road fueron indispensa­bles en muchos casos. Neumáticos con 42 libras para evitar roturas.
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A pesar de buscar caminos desolados, cada tanto nos encontrába­mos con vehículos locales. Muchos de ellos eran versiones anteriores del modelo, lo que muestra -además de su adaptación a este tipo de lugares-, la gran cantidad de Hilux que se han vendido y que circulan por todo el país.
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