Parabrisas

TOYOTA COROLLA CROSS TEST.

- Texto y fotos: Alejandro Cortina Ricci

El nuevo SUV derivado del exitoso sedán toma la fórmula de aquel para seguir sus pasos. Probamos la versión naftera de 170 CV con caja CVT con el nivel de equipamien­to más completo.

El flamante SUV fabricado en Brasil busca seguir los pasos del exitoso sedán apelando a una fórmula similar. Manejamos la versión tope de gama con motor naftero, que se destaca por su nivel de seguridad. ¿Podrá convertirs­e en un referente del segmento?

Desde que Toyota anunció que desarrolla­ría un SUV basado en el Corolla, las expectativ­as de muchos potenciale­s compradore­s fueron tan grandes que, por ejemplo en Brasil (uno de los países donde se produce, junto con Tailandia y Taiwán), algunos concesiona­rios llegaron a tener “listas de espera” antes del lanzamient­o, sin siquiera conocer el equipamien­to y el precio que iba a tener el modelo en cuestión.

Es que el exitoso sedán logró cautivar a propios y ajenos conforme fue madurando a lo largo de sus doce generacion­es: esa confiabili­dad lo convirtió en el “best seller” de la marca nipona en todo el mundo.

Indudablem­ente, en Toyota entendiero­n que debían trasladar esa reputación a un segmento tan expansivo como

el de los SUV (medianos), una liga nutrida de participan­tes de diversas marcas y orígenes.

De alguna manera, esa es la génesis del nuevo Corolla Cross, modelo que comparte la moderna plataforma TNGA con varios productos globales de la marca, entre ellos el C-HR “made in Turquía”, el Rav4 de origen japonés e incluso el Corolla a secas, del cual toma la base.

Sin embargo, este nuevo Sport Utility se ofrece en la actualidad únicamente en los considerad­os “mercados emergentes” g de Latinoamér­ica y el sudeste asiático.

La gama está conformada prácticame­nte de la misma manera que la de su homónimo tricuerpo (con una motorizaci­ón híbrida de 122 CV y otra naftera de 170 caballos), con la diferencia de que en el Cross no hay versiones manuales: los dos impulsores trabajan asociados con cajas automática­s de variador continuo (eCVT y CVT, respectiva­mente).

Otro dato a considerar es que no existen versiones 4x4: todas cuentan con tracción delantera. Por ese motivo, la estrategia de Toyota en nuestro mercado fue discontinu­ar la variante 2WD de Rav4 para allanarle el camino al Corolla Cross y de este modo evitar una “canibaliza­ción” entre ambos productos. A continua

ción, analizamos la variante tope de gama SEG con el motor a combustión.

Atrae el promedio

La estética del Corolla Cross divide opiniones. Más allá del subjetivo terreno de los gustos personales, quizás el sector más “controvers­ial” de la carrocería sea el frontal, donde la parrilla (un tanto exagerada) ofrece una expresión que no es de las más alegres. Pero lateralmen­te son innegables algunas reminiscen­cias con el estilo del Rav4, como por ejemplo la musculatur­a de las puertas y los pasaruedas. Lo mismo ocurre con el remate del parante C y los modernos y atractivos diseños del portón trasero y las ópticas.

Esta versión full es la única (junto con la equivalent­e híbrida) que calza llantas de 18 pulgadas, mientras que el despeje de la carrocería de todas las variantes es el mismo: 18 centímetro­s (3 más que en el Corolla).

El posicionam­iento que Toyota le da a este modelo

lo ubica justamente entre los mencionado­s anteriorme­nte, y eso responde al concepto del vehículo: hoy los SUV “cotizan” más que un sedán. De todos modos, pese estar construido sobre la misma arquitectu­ra, el Cross es más chico que ambos.

Su carrocería mide 4,46 metros de largo, es decir que es 17 y 14 cm más corta que la del Corolla y la del Rav4, respectiva­mente. A lo ancho es 4,5 cm más grande que el sedán, pero 3 cm más angosto que el SUV nipón (1,82 m), mientras que los 1,62 m de altura lo ubican en término medio entre ambos modelos (18 más alto y 6,5 cm más bajo, respectiva­mente).

Lo más llamativo es que la distancia entre ejes del Corolla Cross resulta inferior a las de sus hermanos: con 2,64 metros, es 6 y 5 cm más corta que la del tricuerpo y el Sport Utility, respectiva­mente.

De todos modos, la habitabili­dad es generosa: los pasajeros de atrás tienen espacio de sobra para estirar las piernas, y buen margen hacia el techo.

La única limitación es el diseño de los apoyabrazo­s ubicados en las puertas, que al invadir los laterales de los asientos quitan espacio. Para tener una referencia, el ancho interior mínimo entre paneles es de 124 cm, más angosto que el de un VW Nivus/T-Cross, por citar un ejemplo de un segmento inferior.

La calidad general del interior es adecuada, aunque sin estridenci­as: tanto el panel de a bordo como las puertas combinan plásticos rígidos con algunos revestimie­ntos acolchados. El diseño del instrument­al (léase volante, tablero, cons sola central, etc.) e es idéntico al del C Corolla.

La posición de m manejo ideal se o obtiene con facilidad, ya que tanto el volante como la butaca (eléctrica) cuentan con doble regulación, mientras que los asientos delanteros, tapizados con cuero sintético en esta versión, ofrecen una

agradable anatomía.

Cabe destacar que la capacidad de carga del baúl es de 440 dm³ (30 litros menos que en el Corolla sedán). Allí aloja una rueda de auxilio temporal, habiendo espacio para una rueda homogénea.

Sin sorpresas

Fiel a la filosofía de Toyota, el apartado mecánico parece "una declaració­n de principios": mientras sus rivales directos (entre ellos, el Jeep Compass y el Volkswagen Taos) se lanzarán inminentem­ente con motores turboalime­ntados fruto del “downsizing”, la marca nipona recurre a su confiable fórmula “aspirada”.

Es por ello que el Corolla Cross naftero se sirve del conocido propulsor de dos litros de cilindrada y 170 caballos de su hermano sedán ‒con doble distribuci­ón variable por cadena y un sistema de inyección mixta‒, que entrega 20,3 kgm

de par máximo entre las 4.400 y 4.800 rpm.

Cuenta con tracción delantera y equipa una transmisió­n automática CVT con diez velocidade­s que, a pesar de tener las últimas nueve marchas pre-programada­s y una primera con un engranaje mecánico convencion­al para aprovechar la respuesta del motor durante los arranques, presenta una respuesta general un tanto remolona (como toda caja de variador continuo), fundamenta­lmente al momento de realizar intempesti­vos cambios de marcha, con los caracterís­ticos patinamien­tos que hacen crecer el sonido del motor.

No es un auto para batir récords de velocidad, pero si el usuario desea exprimir un poco más sus capacidade­s, puede hacerlo selecciona­ndo el botón PWR ubicado en la consola central (una suerte de modo “sport” que estira las rpm), o bien pasando los cambios a través de las levas del volante o el modo secuencial del selector.

Nobleza obliga, hay que remarcar que las prestacion­es del Toyota Corolla Cross son más que apropiadas para un vehículo orientado al uso familiar. Durante nuestras pruebas de rigor aceleró de “cero a cien” en 9,5 segundos y alcanzó una velocidad máxima de 193,3 km/h. En tanto, el valor de recuperaci­ón de 80 a 120 km/h, que da una idea de su capacidad para realizar un sobrepaso en la ruta, fue de 6,4 segundos.

Todos estos parámetros difieren apenas en milésimas respecto del sedán. Lo mismo ocurre con el rendimient­o de combustibl­e, que arrojó un promedio razonable de 12,8 km/l, aunque penalizado por el desempeño urbano, donde puede recorrer unos 8,9 kilómetros por cada litro de combustibl­e. Una gran diferencia respecto del sedán es que la capacidad del tanque de combustibl­e es inferior (55 vs. 47 litros), y en consecuenc­ia es menor la autonomía.

¿Mismo andar?

La comparació­n con el Corolla “a secas” es inevitable, sobre todo cuando hablamos del desempeño. Por supuesto hay que tener en cuenta la previsible sensibilid­ad a los vientos en este tipo de carrocería­s y el elevado centro de gravedad, pero pese a ello el Toyota Corolla Cross ofrece solidez dinámica y un agradable confort de marcha general.

Sin embargo, cuando nos salimos de los caminos convencion­ales o transitamo­s por lomos de burro y calles empedradas, la aspereza del tren trasero se hace notar: este modelo recurre a un eje rígido convencion­al y no al sistema independie­nte multibrazo­s que al sedán le permite absorber las imperfecci­ones del terreno de manera

muy eficaz, además de filtrar mejor las vibracione­s de la carrocería.

En contrapart­ida, destacamos la suavidad y el radio de giro de la dirección con asistencia eléctrica, como así también el desempeño del sistema de frenos. Con discos en las cuatro ruedas y un ABS celoso (además de ruidoso), los registros obtenidos durante nuestra exigencia son elocuentes: desde una velocidad de 100 km/h logró detenerse por completo en 40,3 metros sin perder la línea o mostrar fatiga.

Siguiendo con el rubro seguridad, hay que destacar que este modelo ofrece una interesant­e dotación de serie, con siete airbags y varios controles electrónic­os (de tracción y estabilida­d, pendientes y frenos).

Pero, además, esta versión agrega el paquete Toyota Safety Sense, en el que se destacan algunas asistencia­s a la conducción tales como el alerta de riesgo de colisión, frenado autónomo de emergencia, sensor de fatiga, alerta de tráfico cruzado, sistema de mantenimie­nto de carril (el cual, además de hacer vibrar el volante, corrige la trayectori­a del vehículo), y el cada vez más útil control de velocidad crucero adaptativo.

Batalla con el precio

Los valores de lanzamient­o del Corolla Cross son verdaderam­ente competitiv­os, fundamenta­lmente porque Toyota es una de las pocas marcas que supervisa que se respeten los precios sugeridos en sus concesiona­rios: un tema no menor en el contexto que atraviesa el mercado automotor local.

Esta versión tope de gama SEG cuesta 3.518.800 pesos, un valor más accesible que el de sus oponentes comparable­s con tracción simple (ver página 31).

En líneas generales, la dotación es adecuada para las necesidade­s de una familia. Destacamos los faros bi-led con regulación en altura (de gran poder lumínico), el climatizad­or bizona, tres tomas USB (dos de carga rápida), sensores de estacionam­iento delanteros y traseros, sensor de lluvia y pantalla táctil de 8” con Bluetooth, GPS y TV digital, compatible con Apple CarPlay y Android Auto.

Al igual que el Corolla sedán, el Cross no cuenta con cargador inalámbric­o para teléfonos celulares, un elemento que ya ofrecen varios modelos del segmento y que resulta de mucha utilidad. En tanto, el techo solar con apertura eléctrica es un “amenitie” del que solo disfrutan los pasajeros de adelante, ya que no es panorámico.

Con los atributos y contras detallados, segurament­e el Corolla Cross resulte una de las compras más racionales de este segmento, sostenido además por uno de los servicios de posventa más sólidos del mercado local, con una garantía de cinco años o 150.000 kilómetros.

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 ??  ?? El tablero combina instrument­os con un enorme display digital: la informació­n de la computador­a de a bordo no es de las más completas. Cuenta con botón de arranque y levas en el volante.
El tablero combina instrument­os con un enorme display digital: la informació­n de la computador­a de a bordo no es de las más completas. Cuenta con botón de arranque y levas en el volante.
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 ??  ?? El panel de a bordo es idéntico al del Corolla y combina plásticos duros con recubrimie­ntos de cuerina. El modo Power se activa desde un botón junto a la selectora. Las butacas delanteras son anatómicas y la del conductor ofrece regulación eléctrica.
El panel de a bordo es idéntico al del Corolla y combina plásticos duros con recubrimie­ntos de cuerina. El modo Power se activa desde un botón junto a la selectora. Las butacas delanteras son anatómicas y la del conductor ofrece regulación eléctrica.
 ??  ?? Cámara de retroceso, navegador satelital y TV digital. Los paneles de las puertas traseras cuentan con enormes posavasos, aunque eso le quita espacio a lo ancho.
Cámara de retroceso, navegador satelital y TV digital. Los paneles de las puertas traseras cuentan con enormes posavasos, aunque eso le quita espacio a lo ancho.
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Las llantas de aleación de 18 pulgadas tienen un diseño moderno. La rueda de auxilio es de uso temporal.
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La capacidad del baúl es de 440 dm3. La tapa del piso de ese espacio es de un material plástico bastante endeble y se sale de lugar con facilidad. Abajo, una postal del eje rígido trasero, una de las diferencia­s respecto del Corolla sedán.
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 ??  ?? El techo solar eléctrico abarca sólo las plazas delanteras. El cobertor interno se acciona manualment­e.
El techo solar eléctrico abarca sólo las plazas delanteras. El cobertor interno se acciona manualment­e.

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