La desaparición de Yamila Cuello continuará en la Justicia Federal
La Cámara revirtió decisión del juez Bustos Fierro que había declarado la incompetencia por hacer primar la hipótesis de un homicidio intrafamiliar, a casi ocho años del hecho.
La Cámara Federal de Apelaciones dispuso esta semana que la desaparición de Yamila Cuello, ocurrida el domingo 25 de octubre de 2009, continúe investigándose con la presunción de que la joven fue víctima de una red de trata. De este modo, revocó una resolución de febrero último del juez federal Ricardo Bustos Fierro, que a pedido del fiscal Enrique Senestrari había declarado la incompetencia del fuero y la remisión de la causa a la Justicia provincial.
Aquella decisión hacía foco en el tiempo transcurrido, en la cantidad de prueba producida durante casi ocho años de la que no surgieron indicios sobre la existencia, en este caso, de una organización dedicada a explotar sexualmente a mujeres. La presencia como querellante de Nicolás Cuello, padre de la joven, patrocinado por la defensora oficial Mercedes Crespi, planteó en un cierto momento de la pesquisa la posibilidad de que Yamila podría haber sido asesinada por un familiar de su círculo más cercano. Encontraron hechos previos de violencia de esa persona hacia la joven y se comprobó que el mismo hombre tiene actualmente causas por violencia familiar, una a juicio y otra en instrucción.
A la resolución del juez Bustos Fierro se opuso Soledad Cuello, hermana de Yamila y también querellante, asistida por el abogado Carlos Orzaocoa. A la postre, la oposición a que la causa fuera girada a los tribunales ordinarios fue la que primó.
Hipótesis. En su resolución, los camaristas Luis Rueda, Abel Sánchez Torres y Liliana Navarro analizaron las dos hipótesis que habían quedado en pie: la desaparición de Yamila Cuello habría obedecido a que fue víctima de violencia familiar por parte de un tío o bien víctima de delitos de trata de personas, en los cuales estarían involucrados su pareja, Néstor Antonio Simone, y una hermana del padre.
Advirtieron que “no puede descartarse” la posibilidad de que Cuello fue víctima de trata, que la tarea no se agotó en esa línea investigativa e hicieron presente un detalle fundamental: “La trata de personas con fines de explotación sexual constituye un supuesto de criminalidad organizada y, como tal, global, transnacional, complejo y grave, lo que dificulta su persecución”. Por ello, consideraron que corresponde a la Justicia federal continuar indagando sobre el paradero de Yamila y el esclarecimiento de los hechos.
El razonamiento es el siguiente. Con la sola sospecha de que una persona pueda haber sido víctima de un delito de este tipo, la Justicia federal no puede declinar su tarea sin antes haber tomado todas las medidas necesarias. Y aplicado ese concepto al caso concreto, los camaristas destacaron que los testimonios de familiares y amigos de Yamila apuntaron en esa dirección.
Contexto. En el expediente hay relatos que describen el contexto social y familiar en el que vivía la joven.
Tenía próximas a dos personas: una tía que la había inducido al mundo de la prostitución y la pareja de la joven, un jugador empedernido quien, según los relatos, llegó a pagar las deudas por apuestas perdidas con favores sexuales de la joven. En un tramo de la resolución, el tribunal afirmó que remitir la causa al fuero ordinario “a estas alturas del proceso implicaría echar por la borda la larga labor de investigación que se ha venido llevando a cabo desde hace más de siete años”.
Con todos estos argumentos la Cámara sostuvo que a Yamila hay que seguir buscándola como presunta víctima de trata, aun con las dificultades que presenta investigar este tipo de delitos.n