Bodegueros indignados con los nuevos impuestos al vino
La propuesta del Gobierno nacional de implementar un nuevo tributo a los vinos y espumantes bajo el argumento de ser perjudicial para la salud, generó un fuerte malestar en los productores vitivinícolas cordobeses que argumentaron que la industria no puede absorver más ningún tipo de costo porque los márgenes están al límite. Nicolas Jascalevich, titular de bodegas San Javier, ubicada en el valle de Traslasierra, fue muy duro respecto a la medida impulsada por la Nación. “Sería un golpe durísimo para la industria que esto prospere. El aumento va a ir directo al consumidor porque la rentabilidad está en uno de sus mínimos históricos. Las bodegas ya absorvieron la inflación y no hay más margen. Es una situación muy complicada” aseguró. “Me da bronca que desde Buenos Aires se tomen decisiones sin tener la más mínima idea de lo que afectan a 1.500 kilómetros de allí. Hay miles de puestos de trabajo en juego”, agregó molesto el productor.
Franco Tomaselli, creador de la bodega boutique Viarago, ubicada en la localidad de Las Rosas, se mostró dolido por el argumento con que el gobierno busca gravar a la industria vitivinícola. “En la provincia de Córdoba se trabaja mucho a pulmón, nuestra producción no alcanza las 10 mil botellas y los márgenes son muy chicos como para sumar estos costos. Sin embargo no logro entender cómo luego de nombrar como ‘Bebida Nacional’ al vino, se argumente este impuesto por el hecho de que es una sustancia nociva para la salud. A mí me duele más eso que el aumento de un 10 o un 17 por ciento. Preferiría aumentar el sueldo de mis empleados y no que nos agreguen este impuesto”.