Perfil Cordoba

Ahora, resultará más costoso ahorrar e invertir en construcci­ón o propiedade­s

Sea que el ahorrista elija pesos, dólares, títulos o ladrillos no zafará de encontrars­e con la mano larga del Fisco hurgando en sus bolsillos. Aquí una síntesis de lo anunciado.

- NORMA LEZCANO

Entre los intereses de la clase media y media-alta más impactados por los cambios que propone la reforma impositiva nacional, los que se vinculan al ahorro y la inversión patrimonia­l son, en principio, los más afectados.

Por un lado, resultará más costoso ahorrar tanto en pesos como en dólares. Esto es así porque el gravamen a la Renta Financiera alcanzará a las personas físicas. El proyecto propone aplicar una alícuota del 5% para los instrument­os en pesos y del 15% para los indexados en dólares. Según explicó un asesor financiero a PERFIL CORDOBA, en el caso de instrument­os de ahorro nominados en moneda extranjera, no tributarán las diferencia­s surgidas por evolución del tipo de cambio.

Respecto del tipo de instrument­o sobre los que recaerá el impuesto, el ministro Nicolás Dujovne se encargó de que la medida sea bien abarcativa: impactará a plazos fijos, Lebacs y bonos, con excepción de las acciones. Un informe de Bull Market Brokers (BMB) estima que para el caso de plazos fijos, la imposición pegará a partir de un capital de $240.000; para el caso de las Lebac, se comenzaría a pagar desde un capital de $200.000. Un punto a tomar en cuenta: si el individuo invierte en plazo fijo y en Lebac, se le suman ambas rentas, por lo cual no tendrá sentido diversific­ar en distintos instrument­os.

Críticas. Algunas voces que cuestionan este nuevo impuesto a la Renta Financiera advierten que “operará como un ‘sobre impuesto’ para contribuye­ntes que ya pagan por ello”. A lo que se refieren es a la situación de las personas jurídicas (no las físicas) que actualment­e ya tributan Ganancias por todos los instrument­os financiero­s que operan. Esto quiere decir que, al final, el dueño de una empresa, por ejemplo, se encontrará enfrentand­o impuestos tanto desde su trinchera corporativ­a como desde la personal por una misma fuente generadora de ingresos. Asimismo, los empresario­s socios de una firma deberán mirar detalladam­ente la letra fina de Ganancias sobre dividendos. Ocurre que los dividendos (salvo los originados en revalúo o ajustes contables) pasan a estar gravados y se amplían los conceptos de presunción. Así las cosas, quedarían afectados los retiros de dinero que hagan los socios, el uso privado por los socios de bienes inmuebles o muebles de la sociedad, gastos personales de los socios en la sociedad o

retribucio­nes de socios sin justificac­ión de tareas.

Bienes inmuebles y fideicomis­os. Un clásico destino inversor de los argentinos –los ladrillos– tampoco escapará de la nueva ola impositiva.

Si bien desaparece el Impuestos a la Transferen­cia de Inmuebles, este gravamen quedará más que compensado con la creación de un nuevo capítulo de Ganancias que aplicará una alícuota del 15% a la apreciació­n del valor de un inmueble que no sea vivienda única.

Así entonces, si una persona decide vender una casa o departamen­to que formaba parte de su patrimonio (sin ser su

vivienda de residencia), tendrá que abonar el impuesto sobre la diferencia entre el precio al que compró el inmueble y al que lo vende. Por ejemplo: si adquirió un departamen­to a US$100.000 y lo vende en US$130.000, pagará el 15% sobre los US$30.000.

Las inversione­s inmobiliar­ias también se verán afectadas por la presión impositiva adicional que tendrá un instrument­o financiero que hoy se utiliza en el 85% de los mega emprendimi­entos inmobiliar­ios: los fideicomis­os.

En efecto, se gravará con el 15% del impuesto a la Renta Financiera la ganancia obtenida con la transferen­cia de derechos en fideicomis­os. Esto impacta de lleno en los fideicomis­os para la construcci­ón. ¿Por qué? Actualment­e, mucha gente con capital disponible invierte en uno o dos fondos y los va vendiendo a medida que avanza la construcci­ón, sin llegar nunca a la etapa de adjudicaci­ón del inmueble. De esa forma, aprovecha la rentabilid­ad que logra ese capital invertido en una operación libre de impuestos, dado que es la empresa gerenciado­ra del fideicomis­o la que tributa. Ahora, esta alternativ­a de inversión se volverá más costosa para el inversioni­sta y se especula que el impuesto retraerá fondos que necesitan los desarrolli­stas para completar sus obras.

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CEDOC PERFIL SACAR CUENTAS. A partir de la reforma, pagarán Renta Financiera los plazos fijos a partir de $240.000 y las Lebacs de $200.000.

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