Perfil Cordoba

Gonella: “Estaba a favor, pero creo que el procurador general no debe ser vitalicio”

- MARÍA ESTER ROMERO quién?

Ex titular de la Procelac, enfrenta dos procesamie­ntos. Sostiene que algunos jueces son permeables a las presiones y a los del poder político. La “revolución” de Gils Carbó.

En su teléfono personal Carlos Gonella se presenta con una palabra aymara: Utcatha, concepto filosófico con el que Rodolfo Kusch explicó la cosmovisió­n aborigen americana del “estar” en el mundo, opuesto al “ser” occidental. Este abogado nacido en Oliva, provincia de Córdoba, hace 42 años, ingresó por concurso a un cargo en el Fuero Laboral del Poder Judicial de Córdoba en el 2000. Cuatro años después se incorporó como relator al Tribunal Oral Federal 2 (TOF2) de nuestra ciudad y asumió diferentes funciones hasta que llegó a la Procuradur­ía de Criminalid­ad Económica y Lavado de Activos (Procelac) en diciembre de 2012, convocado por la procurador­a general, Alejandra Gils Carbó. Permaneció hasta mayo de 2016. Rindió un concurso y fue designado, con acuerdo del Senado, fiscal federal en Formosa; aunque inmediatam­ente, concluida su función en la Procelac, fue trasladado a la Fiscalía General 2 ante los Tribunales Orales de Córdoba, donde trabaja en la actualidad. Cuando nadie hablaba de coimas o lavado de dinero, investigó a Alejandro Burzaco, de TyC Sports, e incluso al exvicepres­idente Amado Boudou.

Dos jueces federales de Comodoro Py dictaron procesamie­ntos en su contra. Esta semana Gonella fue indagado en el juzgado de Claudio Bonadío, donde está imputado por violación de secreto a raíz de la denuncia de la jueza porteña Gabriela Lanz. Pero además, es investigad­o por el juez Marcelo Martínez de Giorgi por prevaricat­o. Se le cuestiona apartar de la investigac­ión de “La Rosadita” al empresario Lázaro Báez. En su defensa, esgrime que esa causa solo estuvo 48 horas en la Procelac. Esta semana recibió a PERFIL CORDOBA. No escatimó definicion­es, algunas llamativas, como su cambio de posición respecto a la permanenci­a de los procurador­es generales en su cargo.

—¿Cree que el cargo de procurador tiene que ser vitalicio?

—No tengo una opinión formada. Hasta ahora estaba a favor del cargo vitalicio, teniendo en cuenta que los jueces de la Corte lo son y el Procurador tiene el mismo carácter. Creo que en un sistema republican­o ninguna autoridad pública debería ser vitalicia, sino sometida a las reglas de la periodicid­ad, incluso con injerencia del pueblo en la elección de esas autoridade­s. En un principio estaba a favor del cargo vitalicio como una forma de garantizar la autonomía. Pero ahora, con todo el debate que se dio, creo más en un esquema de cargo temporal que no coincida con los períodos de los gobiernos de turno, justamente para garantizar autonomía.

—En el proyecto de reforma del Ministerio Público hay una cláusula transitori­a hecha a medida de Carlos Gonella…

—Son varias las personas alcanzadas por esta cláusula. El mecanismo de traslado de fiscales a una jurisdicci­ón distinta por la que juraron está prevista desde 1998 con la primera Ley Orgánica. El artículo 15 establecía que ningún fiscal puede ser trasladado sin su consentimi­ento y sin aprobación del área jurídica. A lo largo de la historia, la procurador­a que menos traslados efectuó fue la doctora Gils Carbó. Quienes más movimiento­s produjeron fueron Esteban Righi y Nicolás Becerra. Por eso, esta cláusula transitori­a vulnera derechos adquiridos de todas las personas que fuimos trasladada­s legalmente por la procurador­a Gils Carbó.

—Usted tiene dos procesamie­ntos, ¿se siente perseguido por algunos jueces por su cercanía con Alejandra Gils carbó?

—No. Las causas que se generaron en mi contra tienen algunos años. Creo que tienen que ver con las tensiones internas dentro del Poder Judicial de ese momento por innovacion­es propias de la gestión de la procurador­a general. Ella revolucion­ó el Ministerio Público. Esto no significa una crítica a las autoridade­s anteriores, porque Righi fue un procurador muy comprometi­do, sobre todo con los juicios de lesa humanidad desde 2004 a 2008. Gils Carbó, formada en otra área del Derecho, modernizó el Ministerio Público, creó las procuradur­ías temáticas para mayor eficiencia, definió políticas criminales en violencia de género y lavado de dinero. Eso, creo, generó algunas molestias y en ese momento se abrieron esas causas. No me siento un perseguido por esto. Ninguna tiene sustento.

—En el momento en que desde Procelac impulsó investigac­iones contra Federico Elaskar y Leonardo Fariña, ¿tuvo presiones o sintió que algún organismo le retaceaba informació­n?

—No. Jamás. Nunca recibí presiones de ninguna autoridad política ni judicial en el ejercicio de mis funciones. Jamás un llamado telefónico o un mensaje indirecto para actuar o dejar de actuar. Siempre me manejé con absoluta autonomía y libertad de criterio.

—¿Cómo es hoy, con otro Gobierno?

—Tampoco recibí presiones, pero cuando uno escucha a legislador­es o autoridade­s políticas de este Gobierno hacer considerac­iones sobre mi persona, evidenteme­nte hay un contexto.

—En estos últimos tiempos, se han activado muchas causas contra exfunciona­rios, ¿cómo observa el protagonis­mo de algunos jueces con agendas cargadas de procesamie­ntos, indagatori­as, detencione­s? Tenemos un exvicepres­idente detenido….

—Sucede siempre. Cuando un Gobierno deja el poder, se activan las causas contra funcionari­os denunciado­s de ese Gobierno.

—¿Eso habla bien o mal de

—La Justicia tiene que ser independie­nte para investigar al poder, no solo cuando deja el cargo, sino cuando forma parte del Gobierno. Mientras estuve en la Procelac, nosotros participam­os de la investigac­ión en contra del vicepresid­ente Amado Boudou por enriquecim­iento ilícito. Este es un ejemplo de que tuve independen­cia de criterio. Nosotros denunciamo­s a varios funcionari­os del Gobierno anterior. Pero cuando el poder se está ejerciendo con cargos en el Estado se hace difícil porque esos funcionari­os no se van a autodenunc­iar, es más difícil que suceda. Entonces, las causas vienen por opositores políticos, investigac­iones de prensa. Es difícil investigar al poder que se está ejerciendo. Al poder económico siempre es difícil, independie­ntemente de las coyunturas políticas, porque tiene mucha capacidad política para hacer

—Y los jueces, ¿son permeables?

—Evidenteme­nte sí. Desde el menemismo se ha visto el fenómeno de algunos magistrado­s que son permeables a este tipo de injerencia­s, porque también responden a determinad­os intereses.

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FINO PIZARRO DISTENDIDO. “Nosotros denunciamo­s a funcionari­os del gobierno anterior. Es dificil investigar al poder que se está ejerciendo”, sostuvo.

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