Parte del conflicto empresarios-Gobierno tomó cuerpo por la importación de latas de tomate, que afectó a Arcor. Preocupación por la rentabilidad y mea culpa privado.
La macroeconomía, con una inflación todavía lejos de ser controlada, la competitividad afectada y el déficit fiscal en aumento, no aporta calma a los ánimos. Pero parte del enfrentamiento entre el Gobierno nacional y los empresarios también se explica por batallas puntuales que encontraron a fuertes grupos en la vereda opuesta a la administración Macri.
Al mismo tiempo, la gestión de esos conflictos empezó a tensar la cuerda entre bloques de empresarios que tenían una actitud más corporativa y de defensa sectorial y en bloque.
Arcor y “la guerra por el tomate”: Esta semana ganó espacio lo que algunos referentes de la industria local bautizaron como “La guerra por las latas de tomate”. Ejecutivos de la multinacional cordobesa Arcor se trenzaron con funcionarios de Industria por problemas con estos artículos. “Es un típico caso de productos regionales afectados por la importación. A instancias del Gobierno, se importaron desde Italia nueve millones de latas de tomate a un valor irrisorio, algo así como a $4 o $5, una competencia desleal en un mercado de 60 millones de latas al año”, le explica a PERFIL CORDOBA un empresario local con línea directa a los líderes de la Unión Industrial Argentina. Quien suma, además, un posible actor en la guerra: “El Gobierno mete la cola y dice que el problema lo genera Techint, que Arcor le reclame a Techint que ponga el precio de la lata más barato así se logran mejores precios. Pero ese no es el punto, porque Techint ya puso una línea nueva que bajó mucho los precios de la hojalata. El punto es que del total del precio de un producto como la lata de tomate, el 40% son impuestos y el 30% logística. Ahí hay que trabajar”.
En este contexto, mañana Adrián Kaufmann, uno de los directores de Arcor y vicepresidente de la UIA, se sumaría al cónclave que convocó Presidencia con empresarios para limar asperezas.
Francisco Vaccaro, presidente del Foro Productivo Zona Norte: “Los empresarios tienen que tomar más representatividad y empezar a trabajar y dejar de pedir subsidios. A la carne porcina el Estado le sacó 10,5 puntos de IVA, pero el precio no bajó. Al pollo igual y tampoco bajó. A los autos medianos se le sacaron 10 puntos de impuestos internos y siguen aumentando. Los empresarios tenemos que invertir. No nos podemos juntar con los funcionarios solo para pedir, algunas veces hay que llevar propuestas. Los textiles se quejan de que están afuera de la cancha, pero tenemos la ropa más cara del mundo, ¿hasta cuándo? La inflación no se baja con un decreto, hay que laburar. El Gobierno tiene su culpa, pero nosotros también”.
Gerardo Seidel, presidente de la Unión industrial de Córdoba: “Hoy la rentabilidad está por el suelo”.
“Al Gobierno le seguimos pidiendo que se trabaje para bajar costos. Se ha hecho mucho, con la Ley Pyme, con los bitrenes, con la reforma tributaria, pero falta. Todavía estamos en un contexto inflacionario y de suba de servicios que es complicado, sobre todo para las pymes. El otro tema es el financiamiento. Sacaron la línea de inversión productiva y se acabaron las tasas de 17%. Las líneas UVA están en 30%, no hay nada mejor por el momento. La rentabilidad está por el suelo, muy débil, porque no podemos trasladar el costo al precio final. Tuvimos aumentos de costos del 20% el año pasado y trasladamos el 14% al precio de los productos, como mucho. Si subimos más, el cliente no compra o perdemos con competencia de afuera”.