El partido de la ola
de Xi Jinping.
El radicalismo fue un partido de las ideas, de Yrigoyen y de Alfonsín, y esa característica (“que se rompa pero que no se doble”) fue muchas veces la causa de no poder terminar sus mandatos ni ser reelectos. A Cambiemos, con el aporte del radicalismo pero con mayoría de genes del PRO, se lo creía un partido de las ideas, las de derecha o centroderecha. Pero en el ejercicio del gobierno nacional se mostró como un partido del poder, que surfea la ola de las preferencias de la errática opinión pública, tratando de influirla pero nunca de contradecirla. Como decía Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si no le gustan… tengo otros”.
Macri exalta la determinación del policía bonaerense Chocobar de disparar por la espalda a un ladrón que huía y empodera la política de “mano dura” de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, un gesto asociado a la derecha, pero simultáneamente propone reivindicaciones de genero más osadas que la propia Cristina Kirchner, como la despenalización del aborto y la estricta igualación de salarios entre mujeres y hombres, políticas asociadas con la izquierda. ¿Qué es, entonces, Macri? ¿De derecha o de izquierda? Categorías que no alcanzan para definir a Cambiemos como tampoco sirvieron para catalogar al peronismo, que siendo un partido del poder pudo seguir lo que “la ola” pidiera, secuencialmente de derecha y de izquierda y simultánea y parcialmente de derecha y de izquierda en diferentes planos, eclecticismo que el peronismo comparte con Cambiemos. El Gobierno no designa al frente de la AFIP a una persona con probado conocimiento en administración pública porque los que tienen experiencia estarían connotados con gobiernos anteriores, pero nombra embajador en Perú a Jorge Yoma.
Tampoco la oposición (populismo versus republicanisperpetua
mo) permite otra forma de canon cuando se trata de partidos del poder, porque dependiendo de “la ola” pueden promover una democracia institucional u otra delegativa. Esa hibridez, que al ser ya digerida y entendida tranquilizaba al círculo rojo con el peronismo en el poder (“ponen el guiño a la izquierda pero doblan a la derecha”), genera desconcierto con Cambiemos, especialmente en el área económica. ¿Qué van a hacer con el dólar? ¿Retrasarlo o promover su aumento?
Hay mucha perplejidad con Macri. ¿Es una nueva derecha? ¿Una derecha moderada? ¿No está más a la derecha que, en promedio, el peronismo? ¿Es antipopulista o es populista con otras formas y en otros temas? Para sus peores críticos, Macri es pura levedad, inasible por ser líquido, inescrutable por su carencia de ideología. Para sus mejores panegiristas, eso mismo que se le critica sería la virtud y no el defecto