Gobierno y opositores se despegan de los empresarios que caen presos
De lázaro al ex dueño de “lo Jack”, los vínculos con la política ya no determinan sus chances de salvarse. ejecutivos preocupados.
Empresarios vinculados al kirchnerismo, reyes de La Salada con agenda política amplia, un sindicalista devenido dueño de medios y personajes involucrados en turbias tramas aduaneras. Una de esas detenciones derivó en un miniescándalo dentro del Gobierno: la suspensión del jefe de la Aduana, Juan José Gómez Centurión.
La reciente encarcelación del ex presidente de la Unión Industrial Argentina, Juan Carlos Lascurain (posterior- mente liberado bajo fianza), suma una figura de peso al club de los empresarios detenidos en la era macrista.
Si bien Lascurain le dio un apoyo explícito al kirchnerismo, su trayectoria excede ese ciclo, y lo aleja de otros dos empresarios detenidos en los últimos dos años: Lázaro Báez y Cristóbal López, figuras con un ascenso directamente ligado a los años K.
Ese perfil más neutro generó cierta preocupación en el establishment de industriales y ejecutivos. Pero la lista de empresarios encarcelados bajo gestión cambiemista es amplia y diversa. Algunos casos incluso generaron tironeos mediáticos entre oficialismo y oposición, en una carrera por despegarse del procesado.
La detención de los llamados reyes de La Salada fue el mejor ejemplo de ese efecto mancha venenosa. En junio del año pasado, desde su mansión de Luján, Jorge Castillo se resistió a los tiros contra la Policía Bonaerense. Castillo y otras 22 personas están acusadas de integrar una banda que extorsionaba puesteros. Dos meses más tarde le tocó al otro rey, Enrique “Quique” Antequera, quien arrastra tanto una afinidad con el peronismo como una candidatura en 2009 por el espacio de Elisa Carrió.
Pero el detenido que más complicó la calma oficialista fue el ex dueño de Lo Jack, Oldemar Carlos “Cuqui” Barreiro Laborda, suerte de informante oscuro de Gómez Centurión en la Aduana. La difusión de unas escuchas comprometieron al macrista, al punto de volverlo el primer funcionario suspendido (luego reincorporado) por sospechas de corrupción.
En enero pasado fue el turno de Mariano Martínez Rojas, fugaz dueño del diario Tiempo Argentino, tras la venta por parte de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel. Si bien lo apresó el FBI en Miami, tenía dos órdenes de captura en la Justicia argentina. Según esa investigación, Martínez Rojas integraba un grupo orientado al lavado y el contrabando. Por esa misma trama antes había caído Sung Ku Hwang, alias Mr. Korea. La causa mantiene un prófugo ilustre: Claudio “El Mono” Minnicelli, cuñado del ex ministro de Planificación, Julio De Vido.
Sindicalista y empresario excéntrico, a Marcelo Balcedo el llamado de la Justicia le llegó en Uruguy. Se trata del secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (Soeme) y dueño del diario Hoy, de La Plata. Está preso por presunto desvío de fondos y lavado.