Semana decisiva para el acero y el aluminio
El próximo viernes empezarán a regir los aranceles de 25% y 10% que la Casa Blanca fijó para las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos.
El gobierno argentino mantuvo negociaciones la semana pasada con distintos representantes de la administración estadounidense, a fin de conseguir que la Argentina sea excluida de la llamada “acción 232”, una norma establecida en 1962 para imponer restricciones al comercio en caso de riesgo de seguridad nacional. Sus objetivos originales hablan de cuestiones tan fuera de época como “prevenir la penetración del comunismo” en EE.UU. Se usó dos veces, según recuerda un informe de la Cámara de Comercio Argentino Estadounidense (Amcham): una sobre el petróleo iraní durante la presidencia de Carter, y otra sobre el petróleo libanés, en la era Reagan.
Ahora la Argentina y los países que quieran ser excluidos de la restricción deben negociar con la autoridad comercial, las USTR, que será la encargada de evaluar los requisitos mencionados y recomendar o no la exclusión en cada caso. Al margen, los gobiernos afectados pueden entablar negociaciones con el Congreso, los Estados y también, claro está, la Organización Mundial de Comercio. La Argentina exporta unos US$ 200 millones de acero y unos US$ 500 millones de aluminio. Se ven afectados dos gigantes: Techint y Aluar, que también hacen fuerza por zafar.