Xi Jiping fue reelecto e impulsó a un aliado incondicional como vice
El “presidente eterno” estará acompañado por el ex zar de la corrupción Wang Qishan, experto en comercio internacional.
Xi Jinping fue reelegido sin sorpresas ayer como presidente de China en una votación unánime, en la que los delegados nombraron a Wang Qishan como su vicepresidente, dándole un aliado fuerte para consolidar su poder y manejar las amenazas comerciales de Estados Unidos.
Menos de una semana después de haber conseguido una reforma constitucional que le permitirá presentarse indefinidamente en el cargo, Xi, de 64 años, fue reelegido para un segundo mandato de cinco años por los cerca de 3 mil diputados presentes en la sesión plenaria anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP).
Dado que la reelección de Xi se daba por descontada, la expectativa era sobre si Wang Qishan, ex zar anticorrupción, iba a convertirse en su mano derecha.
Poder. Durante su asamblea anual, la Asamblea Nacional Popular (ANP) expandió de manera considerable las ya amplias prerrogativas de Xi, aboliendo el límite de dos mandatos presidenciales y grabando además su nombre en la Constitución.
Reelecto, Xi concentra de este modo la “trinidad” del poder en China, al estar a cargo de la presidencia de la República, la presidencia de la Comisión Militar, que garantiza el control de las fuerzas armadas, y la secretaría general del Partido Comunista.
Al ascender a Wang, gana un aliado formidable para cimentar su autoridad, en un momento en que se apresta para convertirse en el líder chino con más poder desde Mao (1949-1976) y se perfila a gobernar de por vida.
Wang, de 69 años, se retiró del consejo directivo del Partido Comunista en octu- bre, siguiendo una norma informal sobre la jubilación de sus miembros. Sin embargo, ha mantenido un alto perfil, patente cuando se sentó en la misma mesa que los siete miembros del comité de máximos dirigentes del Partido Comunista durante las sesiones públicas de la Asamblea Nacional Popular.
Wang estuvo al frente de la cruzada contra la corrupción de Xi, al encabezar la Comisión Central de Inspección Disciplinaria, que castigó a 1,5 millones de funcionarios en los últimos cinco años, desde cuadros de bajo rango a líderes regionales y generales.
Es un dirigente muy temido y reconocido por su capacidad de solucionar problemas, que exhibió en los Juegos Olímpicos de 2008.
Conocido internacionalmente por su labor como representante comercial de China, los analistas creen que ayudará a Xi a manejar las relaciones con Estados Unidos, cada vez más tensas por la amenaza de una guerra comercial.
El flamante vicepresidente se destacó en la organización de los JJ.oo. de 2008