Evitar una estanflación es la meta en el ‘semestre del hielo’
Mientras el Gobierno analiza usar reservas del Central para evitar que el dólar pase de los $30, lo cierto es que en la economía real hay sectores para los cuales un dólar competitivo debería tener un precio superior a ese. En efecto, durante el Forum Pyme, organizado por el MPM, el economista Gastón Utrera, de Economic Trends, reveló un estudio realizado a principios de junio en el segmento de industriales metalúrgicos que muestra que entre el tipo de cambio de mercado del momento ($24,95) y el que los empresarios consideran competitivo ($31,28) hay una brecha del 25%. “Hay una explicación para esto”, dice Utrera. “Cuando uno analiza el tipo de cambio real hoy y compara peso contra dólar en EE.UU. e inflación de ambas economías, ese tipo de cambio está en un nivel equivalente a algunos meses de 2010 y si la comparación se hace con Brasil, es similar a un tipo de cambio real del 2014”.
El punto es: aparentemente, el importante esfuerzo que el BCRA haría invirtiendo reservas para contener el dólar no ayudaría eficientemente a todo el arco productivo en tanto no se consigan resultados concretos sobre la inflación: Según la consultora Economía & Regiones (E&R), los promedios móviles de la inflación general de los últimos tres meses se ubicó en 32,3% y de la núcleo en 33,9%.
Pero, a esta altura de la crisis ¿cómo se consigue anclar los precios? ¿Con tasa, con contracción monetaria, vendiendo reservas? Los ensayos del Gobierno se fueron sucediendo y ahora las herramientas disponibles comienzan a mostrar desgaste en sus efectos. “Se voló el ancla nominal y no pueden seguir con el sistema de metas de inflación, pero tampoco les arregla el problema el control de agregado monetario porque está cayendo la cantidad de dinero (en circulación), entonces la única forma que queda de recuperar el ancla nominal es vender reservas”, explicó en Forum Pyme, el economista Javier Milei, uno de los pocos economistas que en su momento propuso ir a una política de contracción monetaria.
“Una política monetaria contractiva muy agresiva sentaría las bases para un mejor 2019”, dice el último informe de E&R, que dirige Diego Giacomini. “Pero no sería gratis, implicaría menor nivel de actividad en el corto plazo”, advierte.
En síntesis, el Gobierno de Mauricio Macri enfrenta en este segundo semestre el inicio de la recesión. Según la consultora OJF, del economista Orlando Ferreres, la economía cayó en mayo 2,8%, marcando dos trimestres seguidos de contracción de la actividad; y este escenario no es el más grave. Lo que realmente preocupa es entrar en una profunda estanflación: recesión más inflación, porque ello congela directamente la capacidad de reacción del aparato productivo. Ese escenario, está claro, no ayuda a ganar elecciones.
Así las cosas, el Gobierno ¿está confundido en sus decisiones; está haciendo lo que puede o hace lo que puede después de haber perdido un tiempo valioso? Ningún economista se atreve hoy a definir cuál es el siguiente nivel de la crisis y si lo hay, qué alcances tendría.