Es un derecho de nacimiento
nes que entraron en crisis a comienzos de este nuevo siglo: en primer lugar, el funcionamiento del sistema mediático en la región ha sido invariablemente gestionado desde una lógica puramente comercial; en segundo lugar, existe un alto nivel de concentración de la propiedad del sistema de medios, liderado por unos pocos grupos económicos ligados a los gobiernos de turno como México (Televisa), Brasil (Globo), Argentina (Clarín), Colombia (Caracol-El Tiempo), Chile (Mercurio) y Venezuela (Cisneros); en tercer lugar, es poca o casi nula la existencia de una audiencia significativa para los escasísimos servicios de medios públicos no gubernamentales; y por último, la producción de contenidos mediáticos es realizada en las grandes urbes desde una perspectiva autorreferencial colocando a las provincias de cada país como repetidoras/consumidoras de los mismos.
En Argentina, es evidente cómo fue cambiando el ecosistema de medios privados en los últimos tres años, potenciándose la concentración del sector en pocas manos -particularmente en la expansión del Grupo Clarín a las telecomunicaciones mediante la fusión Cablevisión-Telecom, que los llevó a monopolizar el 80% del mercado. En otros países “convergentes” como Reino Unido o EEUU la legislación prohíbe que un grupo económico supere el 40 % del negocio.
La política del actual gobierno nacional primero vació los medios públicos de audiencias como consecuencia de degradar los contenidos, y ahora los vació de periodistas en una ola de despedidos sin precedentes.
En Córdoba, la situación no es menos difícil para la prensa y los periodistas. La precarización del ya escaso sector de medios privados, sumado al cambio en las rutinas productivas por el advenimiento de la comunicación digital y multiplataforma, expulsó del quehacer noticioso a decenas de periodistas con nutrida trayectoria, por ejemplo en La Voz del Interior. Algunos colegas se lanzaron a gestionar sus propios medios digitales o se embarcaron en propuestas independientes o cooperativas como La Nueva Mañana; otros apelaron a la prensa institucional de empresas, organismos públicos o del tercer sector.
Córdoba sufre la concentración en dos grandes monopolios: Cadena 3 y Grupo Clarín que abarcan casi la totalidad de la oferta de medios y plataformas de comunicación. Y existen solo dos medios públicos: Radio Nacional Córdoba y Los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba (Canal 10, Canal U, Radio Universidad y FM 102.3). Radio Nacional está sujeta a las políticas comunicacionales implementadas desde el centralismo porteño. En este marco, los SRT tienen el desafío y la posibilidad de consolidarse como un espacio comunicacional público, crítico y plural.