No había un plan económico porque el plan político era ganar siempre las elecciones
con cifras positivas, como vino haciendo en tantos programas durante la campaña electoral 2017.
Pero no dilapidaron gran parte del capital político que construyeron al derrotar a Cristina por los errores cometidos en estos seis meses. Vale siempre recordar que nunca el capital es tan grande como se cree después de cualquier triunfo: en política, todos se ilusionan con la perennidad después de ganar dos elecciones seguidas. Además, podía ser previsible que muchos poderes que apoyaron a Macri, para que venciera a Cristina, cumplido ese trabajo pasaran a tener otras prioridades.
El error del cambio de metas de inflación en diciembre último es parte de una cadena de equívocos que arranca durante la campaña de 2015, cuando en múltiples apariciones en
los medios Macri repetía que bajar la inflación “es lo más fácil”, partiendo de los errores de sus dos principales economistas: Alfonso Prat-Gay y Federico Sturzenegger. El primero, al sostener que los precios de los alimentos al final del cepo ya habían asumido el valor del dólar blue, un 50% mayor que el dólar oficial. Y el segundo, sosteniendo que el aumento de tarifas no solo no era inflacionario sino que era desflacionario porque, al deber pagar más por los servicios públicos, la gente iba a tener que comprar menos otros productos, los que no iban a poder aumentar porque se quedarían sin consumidores.
Lavagna, con más experiencia en la economía real, explica exactamente lo opuesto: cierto grado de recesión no reduce el aumento de precios sino que es inflacionario para las pymes porque el dueño de una pequeña empresa o comercio, al reducírsele la cantidad de compradores, la única forma que tiene de sobrevivir es dividiendo el costo fijo entre menos unidades vendidas, o sea, aumentando más que la inflación hasta, claro, cerrar pero no sin pelearla.
Independientemente de la cuestión de fondo y a pesar de que las metas de inflación fueran incumplibles, fue un error
político anunciar su cambio en diciembre de 2017, como si se tratara de algo importante, cuando tampoco podían subir la meta a un valor verosímil porque ya habían votado el presupuesto y anunciado una pauta de paritarias del 15%. Quedó claro que el objetivo de esa puesta era otro: que los triunfadores en una interna