“Si se aprueba, algunos médicos ya se han planteado renunciar”
El arzobispo de San Juan, monseñor Jorge Lozano, compartió esta semana acciones contra el aborto con los médicos de su distrito al realizar un abrazo simbólico al Hospital Rawson, el principal de la provincia. En San Juan, todos los diputados nacionales votaron contra el proyecto que legaliza la interrupción del embarazo y los tres senadores también anticiparon su negativa. Sin embargo, Lozano multiplica actividades para articular acciones con otros credos y profesionales. Ante una eventual aprobación, avisa que “nadie puede obedecer algo contra su conciencia”.
—¿Está coordinando acciones con médicos y abogados?
—Varios profesionales de la salud manifestaron en distintos encuentros, o en la calle incluso, su preocupación. Los invité a hablar y me plantearon que querían hacer un acto público, surgió la idea de un abrazo simbólico al principal hospital provincial, el Hospital Rawson. Yo hablé con representantes de otros cultos y realizamos una invitación a la ciudadanía a participar. Por otro lado, en la Universidad Católica de Cuyo hay un grupo de profesionales que está estudiando cuestiones legales, para ver qué tipo de medidas se pueden usar en caso de que prospere el proyecto.
—¿Cómo se preparan para una eventual legalización?
—Están haciendo todo lo posible para que el proyecto no se apruebe o que no se apruebe tal cual está. Pero, si se aprueba, algunos médicos provinciales me han planteado, por ejemplo, renunciar a sus cargos. Porque aún cuando exista en el proyecto un listado de objetores de conciencia, si en el momento en que ese profesio- nal está a cargo de un servicio, no hay otro médico disponible, él estaría obligado a hacerlo. Es un disparate. Algunas clínicas privadas, no confesionales, también me han planteado que sus directores y la mayoría de sus médicos se oponen, pero no se contempla la objeción de conciencia institucional. Se está pensando cómo articular estas situaciones
—¿La desobediencia civil es una alternativa?
—Yo no lo he pensado desde ese punto de vista, pero sí que nadie puede ser obligado a obedecer algo que va en contra de su propia conciencia y en contra de principios morales objetivos. Este ha sido, justamente, el fundamento para derogar la ley de obediencia debida: uno no podía excusarse de haber recibido la orden de un personal jerárquico superior para cometer algo que iba en contra de principios objetivos.
—¿Cómo se coordinan las acciones con otros obispos?
—No hay una coordinación formal, como si fuera una pirámide.
“Francisco ha dado su parecer,
pero no hubo ninguna indicación
o instrucción”
Cada obispo ve cuál es su realidad. Sí tenemos una estructura de encuentros fraternos, donde se trata el tema, pero no hay una estrategia común. El lunes pasado, por ejemplo, tuvimos una reunión de los obispos de Mendoza, San Luis y San Juan por las fiestas patronales de San Juan Bautista; aprovechamos la ocasión para realizar un comunicado conjunto. A nivel de la Conferencia Episcopal hay una comisión permanente, de Familia, que se ha encargado de ir contactando en Buenos Aires con los responsables de diversas áreas en la cámara.
—¿Cuál es el rol de Francisco? ¿Envió instrucciones a los obispos?
—No hubo ninguna indicación o instrucción. Ni siquiera un concepto. El es respetuoso de la autonomía de cada Iglesia, de cada diócesis. El mismo ha dado su parecer, hace diez días, pero no fue dirigido a la Argentina, sino en un foro de familias donde ha sido claro y contundente en contra del aborto. A título personal, puedo decir que supongo que habrá tenido en cuenta el debate que se está dando acá. Pero el foro internacional tiene una agenda fijada hace tiempo, no se organizó para dar respuesta a un problema local.