Una sociedad que busca alternativas
periódico de la representación mayoritaria desde unos a otros actores del sistema político.
Hoy estamos en un país donde un gobierno que se presentaba como la expresión de la totalidad ya ni siquiera logra representar a una mayoría. Y donde distintos actores sociales, políticos y económicos expresan su descontento a través de diversos instrumentos de la democracia como movilizaciones, paros y otras manifestaciones públicas. Todo ello va creando las condiciones para la construcción de una mayoría alternativa.
Uno de los pocos discursos que Cambiemos retiene y utiliza con eficacia es el de la falta de alternativa. De acuerdo con él, al Gobierno hay que apoyarlo no tanto porque su proyecto es bueno sino porque es el único disponible. De allí que no deba pensarse el proceso de unidad de la oposición en los dos tiempos con que se lo suele formular: primero ganar y luego definir un programa. Porque es necesario ofrecer a esta sociedad disconforme y ávida una propuesta que ponga en crisis la última retaguardia discursiva del oficialismo: la que señala que hay un único proyecto y es el de ellos.
A los dos tiempos hay que cambiarles el orden: primero es necesario formular un programa para luego tener más chances de ganar las elecciones. Es necesario convencer a la sociedad de que hay una alternativa. De que mientras el modelo de Cambiemos se estructura alrededor del mercado hay otro que lo hace regulándolo y poniéndole límites. La disyuntiva es simple: o es el mercado el que establece libremente cuánto valen las cosas y cómo se distribuyen los ingresos y la riqueza o es la ciudadanía representada por el Estado quien regula el mercado. O es el Estado quien establece qué productos no se importan porque se fabrican en la Argentina y cuáles no se exportan sin proveer primero al mercado interno a un precio distinto al de exportación, o se deja que el mercado haga lo que quiera. Alrededor de esta disyuntiva se estructuran dos modelos de país.
Es necesario seguir construyendo una propuesta capaz de enamorar a la ciudadanía.