Triple crimen en la Villa 31: ya pasaron cien días y los cuerpos siguen en la morgue
Las tres víctimas aparecieron calcinadas en el “paredón de la muerte” de la manzana 103. sus familiares los reclaman, pero la Justicia todavía no tiene los resultados de los aDn.
PERFIL una fuente que trabaja en el caso.
Dudas y miedos. La investigación, en la actualidad a cargo del fiscal Jorge Di Lello y el juez Ariel Lijo, atraviesa un terreno pantanoso. Los testigos y anónimos que se presentaron en la causa, en un primer momento en manos del fiscal Martín Mainardi y del juez Manuel Gorostiaga, no ratificaron sus declaraciones.
Por esa misma razón, el juez de instrucción liberó al único detenido, un hombre conocido como “Remi”, que posee antecedentes por encubrimiento agravado y portación ilegal de arma, antes de entregar el expediente al fuero federal. Gorostiaga rechazó su competencia el 16 de abril pasado, al considerar que el triple crimen había sido ejecutado por miembros de la banda de César Morán de la Cruz, conocido como “el Loco César”, el capo narco más sanguinario de la 31, en la actualidad recluido en el penal de Rawson.
Los detectives no consiguen que allegados de las víctimas den su testimonio para intentar reconstruir la trama que desencadenó sus homicidios. En Comodoro Py sospechan que tienen una poderosa razón para no hacerlo: miedo.
PERFIL pudo saber que la madre de Cachete pidió ayuda al consulado para que la Justicia acelere los tiempos con los análisis genéticos y que el padre de Pachau Quille regresó a Perú con sus nietos, sin poder retirar el cuerpo de su hijo. Pese a que están interesados en los avances de la investigación, no tienen fondos suficientes para pagar un abogado que haga el seguimiento de la causa.
Mensaje narco. Indio, Chemi y Reni, al mando de Piña o Piñata –otro de los alias de “el Contador”, temido lugarteniente del Loco César, que habría logrado escabullirse de la policía disfrazado de linyera tras el triple asesinato–, habrían sido los responsables de los cruentos crímenes ordenados, con esas características, por el jerarca narco desde prisión. El mensaje de fuego enviado por el Loco retumbó en los pasillos de Retiro y se escuchó con fuerza en los despachos de los encargados de desplazar al narcotráfico de las villas de la Ciudad de Buenos Aires: aún tiene el control. El narco decide quién vive y quién muere en su territorio.