TODO TIENE UN FINAL
LA SELECCION SE QUEDO SIN MUNDIAL Y SIN “CLUB DE AMIGOS”. CON MASCHERANO AFUERA, EL FUTURO DE MESSI Y COMPAÑIA ES UNA INCOGNITA. SE VIENE UN RECAMBIO INEVITABLE.
“Es hora de decir adiós, a partir de ahora seré un hincha más. Se terminó toda esta historia. Lo dimos
todo hasta el final.”
Mascherano
“El sistema te va dejando de lado y hoy me toca a mí. Lo digo orgulloso de haber compartido todo lo que viví desde 2011.”
Biglia
Todo tiene un principio y un final. La derrota ante Francia en Kazán y la consiguiente eliminación en octavos de Rusia 2018 marcó el final de la Generación M: la de Javier Mascherano, el “capitán sin cinta”, y la de Lionel Messi, el “capitán futbolístico”, líderes de una Selección que ha vivido de frustración en frustración, incluso en torneos de andar meritorio, como el Mundial 2014 y las Copas América de 2015 y 2016.
“Se terminó la historia, después de 19 años puedo decir que paso para el otro lado”, ratificó Mascherano su decisión de cerrar una larga etapa con la albiceleste. Otros podrían seguir los pasos de su líder en los días y meses por venir. De hecho, Lucas Biglia, otro de los “históricos” ya se definió en igual sentido tras la caída en Kazán.
La incógnita pasa ahora por saber qué harán el resto de los integrantes de la denominada “mesa chica”, que tenía a Mascherano como voz cantante, con Messi como primera guitarra. Ellos se sentaban en las dos cabeceras y a sus costados varios compañeros de aventuras futbolísticas: Sergio Agüero, Gonzalo Higuain, Angel Di María, Biglia, Ever Banega y, con menor frecuencia, Sergio Romero y Marcos Rojo.
El pronunciamiento de Agüero, de que mientras el técnico lo siga citando él dará el presente, otorga una pista: quizás no haya una renuncia en masa de la vieja guardia, aunque como en el caso del seleccionador Jorge Sampaoli, quizás haya que esperar que pase la marea antes de sacar conclusiones definitivas.
Una renovación imprescindible.
Existe una nueva generación de futbolistas que no estuvieron en Rusia y que vienen pidiendo pista, entre ellos Lautaro Martínez, Mauro Icardi, Darío Benedetto, Lucas Alario, quizás hasta el mismo Sebastián Driussi. Con la Copa América Brasil 2019 en el horizonte cercano, cada uno puede agregar a piacere apellidos que piden oportunidades.
Y los últimos párrafos quedan para el 10, quien en Barcelona hace méritos para que lo consideren el mejor del mundo, pero con la camiseta de Argentina es un mortal que desconcierta. Messi, más allá de unos pocos chispazos, volvió a quedar en deuda.
Solo ante Nigeria, golazo incluido, se mostró al estilo azulgrana. Con Croacia se fue del partido antes de que iniciara, frente a Francia cayó en las redes de sus marcadores y otra vez careció de rebeldía. Un puñado de jugadas no lo salvan de la crítica. En cuatro mundiales disputados, nunca marcó un gol en duelos de eliminación directa.
Como Messi hizo silencio en Kazán, la pregunta sobre si seguirá o no en una Selección que lo trauma y sobre la cual proyecta su sombra en sus malas jornadas queda abierta, sin una respuesta certera. Renunció una vez y regresó. Desde entonces hasta hoy pasaron dos años y sobre su espalda pesa una nueva frustración. Durante el Mundial de Qatar, Leo cumplirá 35 años.