El ‘ intríngulis ’ de Energía
Si hay un fallo de gestión dañino que la administración Macri acometió en los últimos meses, el ocurrido en la política energética es el que va ganando puntos de reconocimiento. Fue el ex ministro Juan José Aranguren quien empezó a desarmar la madeja de distorsiones que dejó el gobierno anterior, liberando los precios. Sin embargo, la influencia (¿miedo o inexperiencia?) del ala política del staff cercano al Presidente (con la Jefatura de Gobierno en el epicentro) le impuso volver a los controles. Esa contramarcha solo sirvió para alejarlo del cargo cuando se comprobó la incertidumbre generada. Ahora, la “era Iguacel” instaló una nueva metodología, la cual se volverá determinante en julio para contener los precios; caso contrario será otro ministro consumido por la crisis. Su estrategia se basa en pivotear sobre YPF -que maneja el 55% del mercado- para ir guiando el ritmo de aumento de los precios, sobre la confianza en que el resto de petroleras seguirán la marcha. En la última semana esta política hizo que el promedio de ajustes fuera de 1,7%, considerando a los principales jugadores del mercado. Es una especie de “liberalización controlada” o de “competencia administrada”. ¿Funcionará? En las planillas de las compañías aparece que el retraso real de los combustibles sigue siendo del 30%.