La familia real quedó dividida entre Trump y el lujo de Wimbledon
El centro de atención estaba en el césped de la cancha ante la extensa semifinal que en la que el serbio Novak Djokovic venció al español Rafael Nadal. Y como sucede en cada uno de los duelos definitorios de este tradicional Grand Slam, la platea se colma de figuras aristocráticas, millonarios de alto y bajo perfil, y personajes reconocibles por todo el mundo. Con la excepción de Jelena Djokovic, quien fuera del circuito del tenis podría pasar desaperbicida pero ayer durante los últimos games que jugó su marido su efusividad no pasó desaperbicida en la platea.
Por su parte, la familia real quedó dividida entre la visita de Donald Trump y Wimbledon. La encargada de recibir al presidente de Estados Unidos fue la reina Isabel II. Mientras tanto, Kate Middleton y Meghan Merkle se mostraron por primera vez solas en dos de los partidos disputados durante la jornada.
“Soy muy popular en el Reino Unido”, manifestó durante su llegada el mandatario. Sin embargo, eso no pareció verse en las calles de Londres. Alrededor de 250 mil personas se manifestaron en las calles y se opusieron a su visita. El clima de malestar se sintió en el Castillo de Windsor: la reina se mostró incómoda. De hecho, tuvo que corregir en varias oportunidades a Trump porque no respetaba el protocolo y se paraba por delante de ella.
Al mismo tiempo, las duquesas de Cambridge y Sussex se presentaban en el estadio de tenis para presenciar la semifinal entre Nadal y Djokovic. A las dos se las pudo ver tranquilas y relajadas. Si bien era la primera vez que asistían a un evento solas, lo llevaron con naturalidad y dejaron una buena imagen para el público presente. Una vez finalizado el partido, se quedaron a la final femenina que enfrentó a Serena Williams y Angelique Kerber, quien se impuso.
En las distintas tribunas también pudo verse a Emma Watson, la editora de
Anna Wintour, el piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton y las ex tenistas Martina Navratilova y Billie Jean King.