El caso Princeton
El archivo más completo de escritores latinoamericanos, que está en la Firestone Library de Princeton, comenzó a gestarse de un modo un tanto azaroso a mediados de la década del 70. José Donoso, que había estudiado allí, tenía una deuda con la universidad y decidió saldarla con la donación de algunos de sus manuscritos. A partir de entonces, a Peter T. Johnson, el bibliotecario especialista en América Latina, se le ocurrió la idea de comenzar a preservar los archivos de escritores latinoamericanos. Adquirió entonces el resto de los archivos de Donoso y, gracias a este escritor, con quien estableció una amistad, logró convencer a otros escritores latinoamericanos –Carlos Fuentes, Vargas Llosa y Cabrera Infante– de que depositaran sus archivos en Princeton.
Hoy, cuarenta años después, la universidad cuenta con casi noventa colecciones y quien está a cargo de ellas, y continúa el legado de Peter T. Johnson, es el bibliotecario Fernando Acosta-Rodríguez, para quien esos archivos, según le dijo a PERFIL, “representan una fuente única e insustituible no solo para el estudio de la obra y la biografía de los escritores que están representados en la colección, sino para el estudio de una historia cultural e intelectual muy rica y compleja que no se limita a las fronteras de los países latinoamericanos”.
—¿Cómo es el equipo que trabaja ahí?
—De todo lo que tiene que ver con el proceso de adquisición me ocupo yo en colaboración con el Curador de la División de Manuscritos. Una vez que un archivo llega a Princeton, hay una persona con preparación profesional que se ocupa del procesamiento, la organización, la descripción y la creación de guías para los usuarios, exclusivamente para las colecciones latinoamericanas. Personal adicional de esa sección puede dedicarse a estas colecciones cuando hace falta.
—Tengo entendido que la mayor parte de las adquisiciones son compras, no donaciones. ¿Cómo se financian?
—La mayor parte de las adquisiciones sí son compras. Algunas son donaciones. Las compras casi siempre se financian a través de fondos con los que la biblioteca cuenta como parte de su presupuesto anual de adquisiciones. Con frecuencia el Programa de Estudios Latinoamericanos también contribuye financieramente a la compra. Pero más importante que el presupuesto de adquisiciones es que Princeton tiene la solidez y la capacidad institucional para conservar estas colecciones a largo plazo a la vez que las puede poner a disposición de estudiantes e investigadores de una manera segura y responsable. —Además del tema económico, ¿por qué creés que muchos escritores o herederos eligen depositar sus archivos personales allí?
—Creo que muchos escritores latinoamericanos o sus herederos han decidido depositar sus archivos aquí en Princeton porque no creen que esas condiciones se encuentren en sus países de origen. Otro atractivo para los escritores es que aquí sus archivos se encuentran en la compañía de muchos otros y esto facilita que los investigadores puedan establecer conexiones y diálogos entre ellos.