DESPUES DE LA COPA
EN RUSIA COMIENZA LA ABSTINENCIA MUNDIALISTA, CON ESTADIOS CARISIMOS QUE PRACTICAMENTE NO SE USARAN, CRITICAS A LA SELECCION Y UNA VUELTA A LA REALIDAD.
La FIFA y los funcionarios rusos querían celebrar el mejor Mundial de la historia. Deportivamente, Rusia llegó muy lejos. Por primera vez desde 1970 logró alcanzar los cuartos de final. Hasta ahí llegó, pero ya la emoción recorrió todo el país. La alegría por el torneo era algo recatada entre los rusos en los días previos al Mundial. De la noche a la mañana el escepticismo con respecto a la propia selección se volvió admiración, manifestada en los gritos de “Rossiya, Rossiya”, las fiestas en las calles y las caravanas de coches.
Así, el Mundial logró ocultar algunos aspectos oscuros. El cineasta ucraniano Oleg Senzov está preso desde 2014 por supuestos planes terroristas y desde hace semanas está en huelga de hambre para reclamar la liberación de los prisioneros ucranianos. En la prensa de Moscú apenas se habló del tema.
A la sombra del Mundial, el gobierno anunció un drástico aumento en la edad de jubilación. Hubo protestas fuera de los estadios, pero el debate se perdió en el patriotismo mundialista apolítico. El en- fado podría descargarse más adelante. Según las encuestas, los valores de popularidad de Putin cayeron.
¿Qué quedará después de la final de hoy? Estadios caros, de los cuales la mayoría seguramente no se llenarán en los partidos de la liga rusa; infraestructura que mejorará la calidad de vida en algunas ciudades y una selección que disfrutará un poco del éxito antes de que los críticos vuelvan al ataque.
El experto Andrei Kolesnikov, del Centro Carnegie de Moscú, cree que el Mundial no tendrá un efecto político a largo plazo. “Esto es solo fútbol. No aporta pensamiento democrático”, dijo. “Este es el país que inventó el pueblo Potemkin”, señaló, en referencia a la historia según la cual en Rusia se escondían casas en ruinas detrás de hermosas fachadas ante la mirada de los soberanos. Aun cuando los extranjeros hayan tenido una impresión positiva, los rusos no serán más libres por el Mundial, ni la Policía más amable, opinó. Al final, todos volverán a su realidad, “en medio de otro mandato de Putin”.
En el escenario internacional, según los expertos, serán las mismas disputas las que marcarán la tensa relación con Occidente: la anexión de Crimea, el conflicto en Ucrania, la injerencia en las elecciones de Estados Unidos. Esa realidad alcanzará a Putin más rápido de lo que él desea. Mañana se reunirá con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Helsinki. “Como herramienta para modificar la opinión de Occidente, el Mundial no era lo más apropiado ya desde un principio”, aseguró Kolesnikov.
EN EL AMBITO INTERNACIONAL SEGUIRAN LAS MISMAS DISPUTAS CON OCCIDENTE