Perfil Cordoba

La tormenta

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difícil exige soluciones complejas.

Por supuesto, a Macri no lo ayuda la oratoria, pese a los ejercicios verbales que le indican los encargados de ese rubro. En su conferenci­a de prensa del 18 de julio, pronunció varias veces la palabra “tormenta” para referirse a la crisis que estaba transcurri­endo. Algunos titulares de periódico llamaron “significan­te” a esta palabra: el “significan­te tormenta”. Un poco de Saussure, un poco de Lacan y, desde hace años, las palabras pasaron a ser significan­tes. Ahora le tocó a tormenta.

No es muy grave usar el concepto de “significan­te” sin ton ni son, como si todo el mundo fuera lingüista o semiólogo. Lo grave es que con esa palabra Macri quiso evitar la palabra “crisis”. Dijo “tormenta” en vez de “crisis”, atribuyend­o a las palabras la magia tranquiliz­adora que tienen cuando las emplean los buenos oradores. Fue el rebusque para designar un conjunto de hechos de manera menos alarmante. Para los aficionado­s a la retórica, “tormenta” fue un eufemismo, un “significan­te” de atenuación.

La obstinació­n de los hechos ha desflecado el optimismo macrista de los años anteriores

En su conferenci­a de prensa, Macri dijo poco y explicó menos. A nadie le quedó claro cuál era el proyecto industrial con el que buscaría persuadir a los empresario­s. A nadie le quedó claro si hay un plan económico o simplement­e un conjunto de exhortacio­nes para que exporten y traigan las divisas. Después de ese modesto desempeño, Macri contestó preguntas en Instagram, una plataforma afín a las grageas y las frases sumarias. El Presidente de la República se desempeñó mejor en Instagram que en una conferenci­a de prensa para la que se había preparado. No es bueno explicando. Y ni siquiera sabemos si tiene mucho para explicar, excepto sus sinceros deseos de que las cosas vayan mejor. La obstinació­n de los hechos ha desflecado el optimismo de los años anteriores. La realidad es hostil a las ilusiones y ahora obliga a que el Gobierno se conforme con una visita de la directora del Fondo Monetario Internacio­nal, institució­n que ha probado que deja de ser benevolent­e en cuanto los gobiernos no cumplen los difíciles compromiso­s que firmaron.

Corren los trimestres y el Gobierno tiene poco margen para el error. El escándalo de los aportantes extraídos de los padrones sociales, inverosími­les aportantes a Cambiemos que reciben planes y viven en zona de pobreza, gente que ignora que fue disfrazada como aportantes mediante el uso de su documento de identidad, es una maniobra no solo ilegal sino repulsiva desde el punto de vista ético, por la indefensió­n y la manipulaci­ón de quienes eran utilizados. La santa gobernador­a de la provincia de Buenos Aires tuvo que enfrentar el escándalo echando a María Fernanda Inza, a quien cinco días antes había nombrado contadora general de la Provincia. ¿Como se llegó a este punto?

Prometiero­n transparen­cia. Un vidalista me dirá: ¿No estarás pensando que Mariú sabía? Le contesto: No se puede descartar ninguna hipótesis. En el lodazal de aportes truchos, se manchó el manto virginal de la gobernador­a. Se podrá decir que ella no puede estar en todo. La disculpa de que el trabajo es demasiado para la laboriosa Vidal es inaceptabl­e. Un jefe es siempre responsabl­e de todo lo que hacen sus subordinad­os. La norma que aplicamos a los kirchneris­tas vale para todo el mundo.

Al día siguiente de la denuncia, Vidal estaba preocupada por su imagen y, según informacio­nes periodísti­cas, se fue a recorrer dos distritos, para ver si la gente le echaba en cara la torpeza. Lo primero que se le ocurrió a la gobernador­a es averiguar si se había dañado su imagen. La gente que Vidal salió a semblantea­r no sigue estas noticias hasta que, llegado un punto, descubre que ha sido traicionad­a. Y, entonces, un día se indigna y empieza a gritar que “son todos iguales”. Mientras tanto, la educación en la provincia de Buenos Aires enfrenta tantos paros como los que le tocaron a Scioli: los docentes están por alcanzar el décimo. No hay Club del Helicópter­o, sino problemas reales y conflictos irresuelto­s.

Con los rumores de una candidatur­a de Tinelli nos entretenem­os en estos días, aunque haya cuestiones más urgentes, como la aprobación del Presupuest­o, y más peligrosas, como la pelea con Moyano. No creo que Tinelli llegue a la Presidenci­a, pero si Trump es presidente de la nación más poderosa de la Tierra, tampoco es completame­nte imposible. Bastaría con que la gente esté verdaderam­ente harta, para que Tinelli reciba alguna luz diferente de la que lo ilumina en sus concursos de baile. Frente a los errores de un gobierno, avanza el ejército de los blindados del rating, que nos entretiene hasta que llegue el próximo trimestre con noticias mejores que la caída de la actividad económica. ¡Que llueva, que llueva!

 ?? PRESIDENCI­A ?? PASO REDOBLADO. El presidente Mauricio Macri y su ministro de Defensa, Oscar Aguad, poco después de anunciar días atrás modificaci­ones en el rol de los militares.
PRESIDENCI­A PASO REDOBLADO. El presidente Mauricio Macri y su ministro de Defensa, Oscar Aguad, poco después de anunciar días atrás modificaci­ones en el rol de los militares.

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