El No al proyecto está arriba por dos votos y quedan nueve indecisos
La proximidad de la sesión parlamentaria prevista para el 8 de agosto para tratar la interrupción voluntaria del embarazo activó, por un lado, la logística de los dos bandos para la jornada en la que podría convertirse en ley y, por el otro, las presiones de último momento para fijar postura y convencer a indecisos.
De acuerdo con el conteo realizado por PERFIL, a diez días de la votación, 32 senadores se ubican en el grupo de los que rechazarán el proyecto que cuenta con media sanción, mientras que unos treinta son los que están a favor, explorando distintas alternativas de cambios en el texto original para intentar superar esa barrera. Y hay nueve indecisos.
Desde la Campaña Nacional por el Aborto Legal, iniciaron en los últimos días una movida para “convencer” a un amigo o conocido que no haya asistido a la marcha del 13 de junio para lograr duplicar la cifra de movilizados y llegar a dos millones de personas. Sin embargo, hicieron trascender sus quejas porque el Gobierno de la Ciudad todavía no dio curso a sus pedidos de reuniones para diagramar cómo será el operativo de seguridad para la vigilia del 8 de agosto.
Quienes rechazan el proyecto también tienen previsto marchar al Congreso ese día, pero habrá una previa al Obelisco el sábado 4 de agosto por la tarde, donde intentarán reforzar el mensaje a los senadores. Este sector fue el que recientemente desplegó la estrategia más dura, que incluyó una polémica carta de los obispos de Córdoba dirigida a los tres senadores de la provincia. “Nos parecería desacertado el voto de los senadores aprobando el proyecto. Consideramos que no expresa ni el sentir de muchos cordobeses ni el rico cimiento jurídico a favor de la vida de nuestra Constitución provincial”, dice la carta, que fue vista como una intimidación a nivel parlamentario. En esa provincia se activó además una iniciativa en la Legislatura para “instruir” a los senadores nacionales acerca de la conveniencia del voto en contra de la norma. Después de una intensa jornada de debate, cuatro de los cinco gremios docentes de la provincia de Buenos Aires decidieron acatar ayer la conciliación obligatoria que dispuso el gobierno de María Eugenia Vidal y suspender el paro de 72 horas que se iniciaba mañana. Quienes suspendieron las medidas de protesta en las aulas bonaerenses son los sindicatos FEB, Udocba, Amet y Sadop. Sin embargo, el Frente Gremial Docente tendrá un sindicato que no volverá a clases tras el receso de las vacaciones de invierno ya que Suteba, que lidera Roberto Baradel y es el gremio con mayor representatividad en el territorio gobernado por Vidal, decidió adherirse a la jornada nacional de protesta de 48 horas, que fue convocada ayer por los dirigentes de Ctera.