Perfil Cordoba

Apuestan a que el campo aporte hasta dos puntos al PBI en el 2019 electoral

- JUAN PABLO ALVAREZ

Representa­ría hasta el 80% del 2,5% del crecimient­o anual. Se anticipan US$ 10 mil más en exportacio­nes, aunque advierten que “la soja ya no es el negocio dinamizado­r que era”.

En medio de los recortes para obra pública y su consecuent­e impacto en la actividad económica, el Gobierno abraza la idea de que una posible cosecha récord en 2019 le asegure las divisas y el dinamismo necesario para llegar con tranquilid­ad a las elecciones. Según los cálculos de los economista­s, sin sequía y con inversione­s, el campo podría explicar entre un punto y medio y dos del PBI, lo que implicaría entre un 60 y 80% del crecimient­o estimado para el año próximo, aunque hay cálculos conservado­res que no llevan mucho más allá de un punto y medio al PBI total en 2019 de elecciones.

La negativa oficial de frenar la baja de retencione­s a la soja, pese a las recomendac­iones del FMI, es un indicativo de la apuesta por el motor agrícola ya que la intención es que durante la próxima campaña se siembre en cada centímetro de tierra.

Según una encuesta del Centro de Agronegoci­os y Alimentos de la Universida­d Austral, el 72% de los productore­s prevé realizar inversione­s en los próximos cinco años. En los próximos doce meses la tendencia es menos clara. El 50% de los medianos dice que sí aunque solo el 32% de los grandes productore­s responde afirmativa­mente.

Algunos analistas se animan a pronostica­r que un buen rendimient­o del agro puede equilibrar la balanza comercial argentina durante el año que viene. Es temprano para relajarse en la idea de que la campaña agrícola vaya a ser histórica, principalm­ente por la baja de precios.

“De no mediar un factor negativo, como la sequía de este año, nuestras proyeccion­es indican que el sector podría estar en condicione­s de lograr que Argentina elimine su déficit comercial en 2019”, pronos- ticó el presidente del Centro de Exportador­es de Cereales y de la Cámara de la Industria Aceitera, Gustavo Idígoras. El especialis­ta añadió: “En 2018, el complejo cerealero oleaginoso va a haber exportado US$ 22.500 millones y esperamos que el año que viene, US$ 32.500 millones”.

Por su parte, Ezequiel de Freijo, economista jefe del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural, consideró que las exportacio­nes de 2019 podrían superar “en ocho mil millones de dólares las de este año”, en línea con lo anunciado por el presidente de la SRA, Daniel Pelegrina. En sintonía con los pronóstico­s optimistas, Fausto Spotorno, de OJF & Asociados, había mencionado en la semana que el campo podría aportar dos puntos extras al PBI del año que viene.

Quien discrepa de estas proyeccion­es es el especialis­ta en agronegoci­os Salvador Di Stéfano. “La soja no es el negocio dinamizado­r que era y los precios están en el nivel más bajo de los últimos diez años”, destacó.

Parte de las expectativ­as que despierta la próxima campaña tiene que ver con un aumento en el precio internacio­nal del trigo, que se disparó esta semana. Sin embargo, Di Stéfano apuntó: “Acá se cosechan 20 millones de toneladas de trigo, 40 de maíz y 60 de soja. Si el precio de la soja sigue en

El 72% de los productore­s asegura que invertirán en los próximos 5 años La recuperaci­ón de la ganadería

es otra de las cartas importante­s que muestra el agro

un nivel bajo, se complica”.

Por su parte, Emilce Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario, añadió: “Los precios internacio­nales están volátiles, por el conflicto entre China y Estados Unidos. Y como es un tema político, es difícil de predecir qué pasará”. Pese a la aclaración, Terré es optimista respecto de la próxima campaña. De hecho, hace un mes participó en la elaboració­n de un documento que proyecta una siembra de 37 millones de hectáreas y una inversión total de US$ 10.100 millones.

Tanto el Gobierno como la mayoría de los analistas del sector confían en que el clima será un factor clave para un salto productivo, aunque el director del Instituto de Clima y Agua del INTA, Carlos Di Bella, prefirió ser cauto: “Los pronóstico­s para La Pampa húmeda y gran parte del país, en materia de agua en el suelo y clima, son positivos, pero es muy pronto para asegurar una cosecha récord. Para la soja y el maíz los meses críticos son enero y febrero, por lo que habría que esperar a octubre o noviembre para tener mayores certezas”.

Más allá de que las esperanzas están depositado­s en el complejo oleaginoso cerealero, la recuperaci­ón de la ganadería es otra de las cartas

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