Opinión pública ante el tema militar: una grieta que se extiende también a los cuarteles
A finales de mayo trascendió que el gobierno nacional estaba evaluando derogar el decreto 727 de Nilda Garré, ex ministra de Seguridad del entonces presidente Néstor Kirchner, que limita a las Fuerzas Armadas únicamente a conflictos con otros países. Esta resolución del anterior
gobierno era un gesto que confirmaba su compromiso con el Nunca Más: las Fuerzas Armadas estaban impedidas de cualquier intervención en los conflictos internos de la Argentina.
Desde 2006, año en que se lanzó el decreto, a la fecha han cambiado algunas cosas. En principio, la idiosincrasia de gobierno. Para Mauricio Macri, para la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y para el ministro de defensa Oscar Aguad, estas limitaciones le sacan al Estado un recurso (hoy por hoy, ocioso) que es vital para un elemento clave de su programa político: la lucha contra el narcotráfico.
Considerando que el gobierno nacional ha sufrido en lo que va del año el mayor declive en su imagen y aceptación públicas de su mandato debido a los aumentos de tarifas y a las controversias ligadas a funcionarios, este dato no es menor. Reducción del gasto público, pobreza cero, gestión transparente y lucha contra el narcotráfico fueron los grandes caballitos de batalla electorales de Cambiemos en 2015. Tres de esos cuatro pilares hoy tambalean.
Para Macri, limitar las Fuerzas Armadas a conflictos con otros países le saca al Estado un recurso vital para la lucha contra el narcotráfico
La propuesta de llevar las Fuerzas Armadas a los conflictos internos del país apunta, desde los argumentos oficiales, también a la inseguridad, una problemática que si bien ha sido opacada por