En 17 años, Electroingeniería facturó US$1.000M con obra pública cordobesa
Si se prorratea la facturación anual del período, significó aproximadamente el 1% del presupuesto total de la provincia de cada ejercicio. ¿Cómo fue el mecanismo para lograr ese desempeño?
Electroingeniería SA, fundada en 1977, es hoy solo una de las empresas del megaemporio multilatino de origen cordobés que significa Grupo Eling, creado en 2009.
Desde la pyme que fundó Osvaldo Antenor Acosta, en Córdoba, en la década de 1970 para fabricar celdas y tableros eléctricos, hasta el holding que logró presencia en ocho países, pasó de todo. Pero, en particular, a partir de 1982 cuando Acosta le ofreció trabajo a su excompañero de universidad, Gerardo Luis Ferreyra.
Con Acosta desde Córdoba ejerciendo como presidente de la empresa y Ferreyra instalado en la sucursal de Buenos Aires como vicepresidente, Electroingeniería mutó de una empresa especialista en temas eléctricos a una constructora de obra pública.
Durante ese derrotero, la habilidad estratégica de Ferreyra para leer escenarios políticos (es un ex militante del PRT con nueve años de prisión a cuestas) permitió a la empresa entablar una fuerte alianza con dos ejes de poder, supuestamente enfrentados en su momento: el delasotismo en Córdoba y el kirchnerismo en el puerto. La propia evolución de los negocios de la empresa es un fiel reflejo de esa táctica.
En efecto, la plataforma de acumulación que consiguió Electroingeniería con las obras realizadas en la provincia entre 2001 y 2005 le sirvió para dar el salto a la red de negocios de la era K y a la vertiginosa expansión que tuvo a partir de 2009.
En ese año, la dupla Acosta-Ferreyra se vio obligada a crear Grupo Eling como holding inversor, propietario de acciones en 18 diferentes empresas y cinco participaciones societarias, de rubros tan disímiles como construcción, inmobiliario, energía, comunicaciones y agroindustria (ver recuadro).
Escuelas como palanca. Todo arrancó con las aulas en 2001 de la mano del por entonces gobernador José Manuel De la Sota y del viceministro de Educación, Ricardo Jaime. Fue entonces que la empresa de Acosta y Ferreyra, a través de una UTE que crearon con la firma CPC, logró su primera plata grande en la obra pública, al construir 127 escuelas financiadas por el BID.
Ganaron $ 99 millones (US$ 28,3 millones), a los que se agregaron el año siguiente otros $93,4 millones (US$ 23,9 millones) por un segundo lote de 110 establecimientos, que construyeron en asociación con Iecsa. Aún hoy algunos empresarios del sector recuerdan que este último contrato le hubiera correspondido a la española Obrascón Huarte Laín por una oferta más baja, pero el Gobierno la marginó por “objeciones técnicas” y favoreció a la empresa cordobesa.
Con ese debut en la obra pública, Electroingeniería se convirtió en la preferida del Presupuesto provincial para infraestructura de los gobiernos de UPC. En su portafolio de obras realizadas en Córdoba figuran: la Central Termoeléctrica de Ciclo Combinado Bicentenario (US$ 549,25 millones); la Estación Transformadora Arroyo Cabral (US$ 27 millones), la sede gubernamental El Panal (US$ 85 millones), la Cloaca Máxima Sur que une barrio San Vicente hasta la Planta de Bajo Grande (US$ 17 millones), el Nudo Vial El Tropezón, en UTE con Roggio (US$ 48,84 millones); un tramo de gasoducto (US$ 48 millones) y la participación junto a otras siete empresas del proyecto de Extensión de Vida útil de la Central de Embalse (US$173 millones). En unos 17 años significaron alrededor de US$1.000 millones que, solo en Córdoba y desde el presupuesto público, nutrieron sus arcas.
El mecanismo. El éxito de Electroingeniería se basó en cuatro vértices que ahora emergen del devenir de su historia: vínculos políticos que trascienden el partidismo de la coyuntura y se apoyan en una vieja ideología y camaradería compartida; apoyo en empresas constructoras de trayectoria para transitar proyectos que excedían su capacidad operativa; redeterminaciones de precios de la obra pública y priorización en las licitaciones públicas a partir de artilugios de diferente naturaleza, operados desde el poder.
Libros y reportes periodísticos actualizaron incesantemente esta semana los años de cárcel compartidos entre Ferreyra, Carlos Zannini y el actual ministro de Obras Públicas y Financiamiento de Córdoba, Ricardo Sosa, durante la dictadura. En este