Aplausos a ‘La Nación’
cierto que verdadero es aquello que es resultado de vidas compartidas en el seno de un grupo y va invariablemente unido a una tradición de valores: por ejemplo, considerar pecado la especulación financiera. Pero recibir decenas de millones de dólares de coimas está más allá de la interpretación.
De la misma forma que también es cierto que, al suceder muchas cosas al mismo tiempo, la sola elección de qué hechos reportar implica una posición,
pero no hay hechos que por su importancia son noticia para todos los grupos de afinidad. Por ejemplo, una gran batalla que atañe a todos los vecinos y el reporte en el que se informe tanto la fecha, hora y lugar donde se produjo, como la cantidad de muertos, de prisioneros y saldos materiales.
Eso es lo que hizo el chofer Oscar Centeno y de forma ampliada el diario el positivismo de los hechos que son objetivos en tanto son independientes de los sujetos y de la relación que los sujetos establezcan con ellos.
Esa realidad existente con independencia de los sujetos es objeto de la física y la matemática, son las propiedades primarias como el movimiento, la extensión y el volumen, y no las secundarias como los colores, olores, sabores, gustos y preferencias, que sí dependen de los sujetos. Los cuadernos de la corrupción produjeron impacto porque la mayoría de las anotaciones del chofer Centeno se refieren a esas propiedades primarias asociadas a la concepción absoluta de la objetividad, por ser afirmaciones que son independientes de la mente, de los sujetos, de sus lenguajes y de sus culturas. Hechos objetivos para cualquiera y no para un grupo de sujetos en particular que legítimamente se enfrenten en una discusión sin fin, ni una sola verdad a la que pueda aplide
cársele la ironía de Leibniz, cuando para mostrar la diferencia entre el campo de universal y lo particular dijo: ¡Basta de disputa! Calculemos quién tiene razón”.
El contenido de los cuadernos de la corrupción sí es del orden de lo calculable en datos puros y contrario a la intencionalidad, que es del orden de la ideología. Para Foucault, cada grupo tiene su régimen de verdad y los tipos de discurso que acoge y hace funcionar como verdaderos, un ejemplo es quienes consideran que la especulación financiera es una forma de robo y que los dólares que el Banco Central cambió por pesos durante la corrida cambiaria “se los robaron”. El gran aporte de
y Diego Cabot al periodismo fue exponer de manera contundente la diferencia entre datos puros e interpretaciones, trayendo al presente la vieja forma de reporte militar, sin adjetivos, órdenes de causalidad ni porqués. Y no se trata de un trabajo aislado porque viene acumulando este tipo de aciertos con los trabajos de Alconada Mon entre otros.
Aplausos a Los merece de todo el periodismo argentino, al que engrandeció. Y una reflexión final sobre las organizaciones periodísticas tradicionales: pasan las décadas y siempre son las mismas empresas (“la corpo” en el lenguaje despectivo del kirchnerismo) desde donde se generan las grandes revelaciones que en cada momento conmovieron al país.