Obtener servicio de luz: más caro y con mayores retrasos
deseable. En ese resultado influyen, en particular, el costo del servicio, el tiempo de demora de la conexión y la deficiente información disponible para que los clientes puedan agilizar el proceso. El número de trámites, por el contrario, está dentro de los parámetros generales.
Según el Ipde, la web de EPEC no “detalla con claridad los procedimientos a seguir por Pymes y grandes usuarios para obtener el servicio, y tampoco da cuentas de los costos que le demandará”.
Los expertos que elaboraron el informe recomiendan a empresas con el desempeño de EPEC, “permitir la presentación conjunta de la documentación para la solicitud de factibilidad técnica y la solicitud de conexión comercial”. Esto eliminaría la necesidad de reiterar visitas y procesos en diferentes dependencias.
Los especialistas también ponen énfasis en la atención al cliente y la transparencia de la información. Empresas como EPEC necesitan “mejorar la atención incorporando, por ejemplo, una línea telefónica especializada para el asesoramiento de clientes corporativos. Las plataformas digitales deben detallar los trámites, los plazos y los costos que implican. Además, se deben publicar de forma clara los cuadros tarifarios vigentes, que incluyan los trabajos con cargo que son normalmente necesarios para el tipo de conexión eléctrica que requieren las empresas”.
VAD, la contracara. La radiografía realizada por el Informe Ipde deja claramente expuestos algunas de las fuentes de ineficiencia que persisten en las empresas energéticas provinciales y que terminan convirtiendo a la tarifa en un factor de distorsión sistémica. Distorsión que, cada día, se conoce mejor de dónde surge al promoverse un sinceramiento general de los precios de la energía.
Precisamente, el famoso Valor Agregado de Distribución (VAD) es una suerte de contracara de lo que el Ipde muestra de cada empresa provincial de energía porque, en efecto, tras el VAD se diluye buena parte de las ineficiencias de sus procesos. Según datos del Ministerio de Energía de la Nación, AMBA cobra un VAD de $124 (factura de 300 kwh); San Juan, $260; Santa Fe, $496 y Córdoba, $564.
“Hoy, para cubrir el costo de la energía, las pymes necesitaron vender hasta 14 veces más”, según un estudio de mayo de 2018, realizado por la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA). Es así como una empresa que necesitaba vender 20 litros de aceite hidráulico para pagar su factura de luz en el 2015, en el 2018 necesita vender 390 litros del mismo producto para poder cubrir el costo del servicio. Algo similar le sucede a una textil: si en 2015 necesitó vender 16.000 metros de tela tul para pagar su boleta, en 2018 los mismos KW le costaron la venta de 200.000 metros. En una economía que entró en recesión esto es cada vez más difícil.