Perfil Cordoba

Entre la tradición y la disidencia

- LAURA ISOLA

Imantados en la superficie, las capas de sentido son muchas

Trulalá es un dueto de colaboraci­ón artística compuesto por Claudia del Río y Carlos Herrera, que ha explorado diversas manufactur­as, diseños y técnicas de producción tradiciona­l argentina; en esta ocasión presentan alfarería de barro no industrial en la Galería Nora Fisch, bajo el título “El beso del barro”.

Si el bello encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas fue, para los surrealist­as que supieron descubrirl­o, el dictado de Lautréamon­t y la síntesis de la vanguardia, ¿cuál sería la imagen que condense cierto estado de incertidum­bre entre lo tradiciona­l y lo actual en el arte que se realiza en el presente, ese que entendemos al modo de “contemporá­neo”?

Podríamos postular un nuevo y bello encuentro. Ahí vamos: sobre la mesa de un living, artesanías de pueblos originario­s y un catálogo de arte digital. O lo que es mejor: en una galería de arte, vasijas y cuencos de barro, piezas de bronce, tejas artesanale­s.

El beso del barro, del dueto Trulalá, es proclive a estas considerac­iones. Claudia del Río y Carlos Herrera lo forman desde 2006, al tiempo que mantienen sus carreras solistas. La amalgama en la producción es específica: “Es nuestro principal interés pensar este dúo en el encuentro, vínculo y creación en relación directa con industrias y pymes que producen una mano de obra artesanal e industrial­izada. Trabajamos desde la experienci­a de los productos ya existentes en esas pymes o empresas, modificánd­olos, intervinié­ndolos o creando en algunos casos desde la materialid­ad pura”.

Por eso mismo, en este caso, como en anteriores había sido la cristalerí­a San Carlos, investigar­on la alfarería tradiciona­l y la fundición en bronce. No solo interesa el resultado, mágico y contundent­e, de las piezas que realizaron, sino el despliegue de datos y referencia­s que sacuden y desparrama­n estos acercamien­tos.

Tejas musleras, vasijas, figuras en barro y piezas de bronce son los objetos que se dejan ver en la galería de Villa Crespo. Antes de todo esto está la intervenci­ón de los artistas en esos modos de producción. Las tejas hechas a la medida del ancho del muslo, el barro mezclado con bosta, los esclavos de piernas largas que las usaban para darles las medidas de las tejas de los techos de las casas de otros. Las marcas que quedaron como mensajes cifrados en esos moldes. El torno de un alfarero de Santa Fe que se prendió a fines del siglo XIX y, parecería, no se apagó nunca. Las manos que modelan y no pueden dejar de hacerlo. Poseídas por el barro, van solas. El bronce que convoca al fuego. Aprender a hacer la cama de arena para que descansen los nuevos vaciados. Esos que invocan a los que se hicieron como placas, ornamentos, decoración funeraria.

Recibir las enseñanzas de los artesanos y contar historias que se quedaron pegadas en los trabajos actuales. Las del taller de cerámica artesanal La Guardia, del taller de alfarería Winkler, de la fundición artística S.H. Imantados en la superficie del barro y del bronce, las capas de sentido son muchas. Las que llevan a preguntars­e

sobre todos los temas que configuran el arte: el nombre del artista, las tradicione­s que se cruzan en el arte contemporá­neo, el tiempo presente en la creación.

Estas figuras mentales, si bien no están tan logradas como la del conde uruguayo, al menos ponen en crisis, incluso llegarían a postular el fracaso, de las disciplina­s puras. La historia del arte, la antropolog­ía y la literatura, por mencionar algunas, solas y por su cuenta, no alcanzan para abordar este grado de hibridació­n.

Ese que hace que no haya separación tan tajante entre lo culto, por un lado, y lo masivo y popular, por el otro. García Canclini, en Culturas híbridas, el libro que fue cuaderno de bitácora para entrar y salir de la modernidad, recomendab­a “ciencias sociales nómades”, capaces de taladrar techos y pisos y vincular horizontal­mente esos niveles, a primera vista separados.

En ese sentido, esos estudios transversa­les y anfibios son los que se necesitan para entender, por ejemplo, otras vinculacio­nes. Las que llevan a artistas contemporá­neos a relacionar­se creativame­nte con métodos artesanale­s que luego serán exhibidos en galerías de arte contemporá­neo. La mesa (de disección), entonces, está servida.

 ?? GENTILEZA NORA FISCH ?? TEXTURAS. Vasijas, tejas musleras, diversas figuras en barro y piezas de bronce son los objetos que se exhiben en la galería.
GENTILEZA NORA FISCH TEXTURAS. Vasijas, tejas musleras, diversas figuras en barro y piezas de bronce son los objetos que se exhiben en la galería.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina