Perfil Cordoba

“El cajoneo del aborto no punible no me gusta”

Escenarios tras el rechazo a la legalizaci­ón.

- MARCELA FERNANDEZ

Se visibiliza­ron los centros de salud que informan y acompañan a las mujeres que quieren abortar, y aumentaron las consultas. En la Municipali­dad avanza la estrategia de reducción de riesgo y daño.

Aunque no hubo ley, muchas cosas cambiaron desde que el reclamo por la legalizaci­ón del aborto llegó al Congreso nacional. Las señales también empiezan a emerger en parte del sistema público de salud.

Y es que, si bien la interrupci­ón legal del embarazo no logró la semana pasada convertirs­e en ley, el escenario cambió de la mano de la admisión de la existencia de la problemáti­ca y de los intensos debates que se generaron dentro, pero sobre todo, fuera del Congreso.

El aborto -y con él el dilema, el dolor, la tragedia- dejó de ser una realidad silenciada, y la palabra se repitió como nunca antes en las redes sociales, los medios de comunicaci­ón, las aulas, los hospitales, las mesas familiares. Hubo disputas virulentas, pero también confesione­s inesperada­s. Se cayó un velo. Y buena parte de la sociedad hizo un clic.

Así lo entienden referentes de colectivos de mujeres que desde hace años impulsan la legalizaci­ón como la trabajador­a social Ana Morillo, de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito; María Teresa Bossio, titular en Córdoba de Católicas por el Derecho a Decidir; y también Gabriel Acevedo, secretario de Salud de la Municipali­dad de Córdoba, y profesor de Medicina Preventiva y Social en la UNC, uno de los pocos funcionari­os cordobeses que, desde el comienzo, se manifestó a favor.

Instalació­n en la agenda pública de la interrupci­ón clandestin­a del embarazo y la morbimorta­lidad que conlleva como un problema de salud pública; “despenaliz­ación social” del aborto en un sector significat­ivo de la sociedad con mayor comprensió­n y tolerancia; y, segurament­e a partir de allí, visibiliza­ción de las redes, hasta hace poco subterráne­as, de centros de salud y socorrista­s que informan y acompañan a las mujeres que abortan para que lo hagan de manera segura, se cuentan entre las principale­s transforma­ciones que ocurrieron en estos meses.

No es menor, aunque Morillo y Bossio advierten que no alcanza, que hoy avance a paso firme la despenaliz­ación legal para las mujeres que abortan a través de cambios en el Código Penal, dejando atrás la clandestin­idad.

También se pusieron en el centro de la escena las barreras y obstáculos institucio­nales que persisten en la prevención del embarazo no deseado, en particular en la Educación Sexual Integral (ESI), ley desde 2006, y para el acceso universal a la anticoncep­ción, garantizad­a desde 2003 por el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreació­n Responsabl­e que hoy distan de cumplirse como deberían. Y el consenso mayoritari­o fue que, aunque como mal menor para quienes antes les habían opuesto una férrea resistenci­a, es imperativo profundiza­r y garantizar ambas políticas públicas para reducir la cantidad de abortos.

Al respecto, Acevedo y Bossio remarcaron el rol de los jóvenes, grandes protagonis­tas de las movilizaci­ones que traccionar­on el debate para que el tema sea abordado como correspond­e en las escuelas, y el sistema de salud les dé una respuesta.

“Hubo muchos avances y no hay marcha atrás”, consideró Bossio. “No tenemos, de hecho, una sensación de fracaso y todos los colectivos consideran que ganamos. ¿Por qué? Porque hay una construcci­ón muy fuerte de este compromiso, con mucha potencia transgener­acional”, dijo la titular de Católicas, en coincidenc­ia con Morillo, quien subrayó que la movilizaci­ón de la sociedad alrededor del tema “es imparable”.

En el sistema de salud. “Si se ve como proceso histórico, y a pesar de que no se logró el marco legal para fortalecer las condicione­s de salud pública, hay un avance importante y se debe trabajar sobre eso”, corroboró, a su turno, Acevedo.

“Hubo una ganancia social al ´desestigma­tizar´ de alguna manera al aborto, lo que le sacó mucha de la carga y redujo la condena social a la mujer que se lo debe practicar, aunque al último la discusión se haya puesto muy virulenta”, consideró.

Y destacó que “se instaló que es un problema de salud pública, lo que favorece un abordaje diferente al que tuvo hasta ahora”.

En esa línea, sostuvo que “esto contribuye a que los equipos de salud puedan abordar el tema, aún en el actual marco legal, con menor temor a sanciones. O sea dar toda la informació­n necesaria en el marco de la consulta profesiona­l confidenci­al, explicando el proceso y sus implicanci­as, y de la misma manera, con controles posteriore­s y tratamient­o ante complicaci­ones, como ante cualquier otro problema médico”.

Se trata de la estrategia de reducción de riesgo y daño de la mortalidad materna, impulsada por OPS/OMS, que logró bajar en forma dramática las muertes por aborto en Uruguay antes de la legalizaci­ón. En ella los profesiona­les informan pero no proveen los fármacos para interrumpi­r el embarazo si la mujer decide hacerlo, y luego controlan que haya sido seguro.

“Informar y controlar no viola ninguna ley vigente, porque no implica una intervenci­ón por parte del profesiona­l”, informó Acevedo, quien señaló que en los últimos meses hubo una visibiliza­ción de la red de centros de salud municipale­s que acompañan esa estrategia.

Los profesiona­les, por su parte, sostienen que además

de hacerse visible todo lo que antes estaba invisibili­zado para preservar su existencia, hubo también un crecimient­o.

“El año pasado éramos 21 centros de salud municipale­s en la red, y ahora ya son 44 del total de 97”, indicó Morillo, trabajador­a social en el N° 67 de barrio 16 de noviembre.

“Ahora somos más de 100 los profesiona­les de establecim­ientos municipale­s que realizamos el acompañami­ento”, informó a su vez Betiana Olearo, médica en el centro de Argüello IPV.

Y sumó otro dato elocuente: mientras en todo 2017 allí hubo 49 acompañami­entos a mujeres que solicitaro­n una interrupci­ón legal del embarazo (la mayoría por causal salud), casi la misma cantidad de mujeres (40) lo requiriero­n en los primeros siete meses de este año.

Para Acevedo, saber que esa posibilida­d existe, va a redundar en más mujeres que demanden consejería y acompañami­ento.

“Es probable y también deseable que así sea, ya que ante la decisión tomada, si el sistema de salud no recepta esa demanda, la mujer irá por mecanismos informales, lo que se traduce en más morbimorta­lidad”, sostuvo.

“Por el contrario, que el sistema se muestre más receptivo debería traducirse (aunque no sea fácil mensurarlo) en una reducción de las interrupci­ones inseguras, y en menor morbimorta­lidad tal como ocurrió en Uruguay antes de la ley que vino a completar ese proceso, tal como creo que ocurrirá acá”, señaló.

En el Poder Legislativ­o y en

la Justicia. Por otra parte, Bossio subrayó que otro cambio significat­ivo fue que “las diputadas se apropiaron de la demanda, se organizaro­n y la articularo­n incluso en el Senado, lo que era muy difícil de lograr para el colectivo de mujeres”. “Ahora el tema está instalado en el corazón de las Cámaras, y eso abre la posibilida­d de volver a llevar el proyecto el año próximo”, indicó.

Entre las mayores deudas que persisten, entretanto, se cuentan el acceso al misoprosto­l para llevar adelante el aborto medicament­oso en la red de centros de atención primaria, y también la suspensión de la guía provincial de Aborto No Punible desde 2012 por la cautelar interpuest­a por el Portal de Belén, que desde hace cuatro años está a resolución del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

Ese amparo impide en la práctica la realizació­n de ANP en los hospitales provincial­es, y por lo tanto implica un obstáculo cuando el aborto no puede ser medicament­oso, ya que la intervenci­ón quirúrgica en esos casos solo se realiza en la Maternidad Nacional, que, aunque sólo con tres médicos, cumple el protocolo nacional.

En ese contexto, Bossio y Morillo adelantaro­n que hoy avanzan para que legislador­as cordobesas provincial­es y nacionales soliciten una audiencia al Tribunal Supremo de Justicia para requerirle una definición sobre el protocolo.

Y también prevén nuevas acciones en las calles, en las que, aseguran, seguirá creciendo la marea verde.

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CAMPAÑA POR EL ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO A FAVOR. Estudiante de medicina durante la vigilia.
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PAÑUELAZO. Imagen tomada durante la vigilia del miércoles realizada
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ABORTO NO PUNIBLE. Solo en los
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CAMPAÑA POR EL ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO en la Avenida Yrigoyen con quienes apoyan la legalizaci­ón de la interrupci­ón voluntaría del embarazo.
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FEDERICO RODRIGUEZ hospitales dependient­es de Nación como la Maternidad rige el protocolo bloqueado en la Provincia.

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