UNA JOVEN DESBANCO A SERENA
La japonesa Naomi Osaka se consagró ayer campeona del Abierto de Tenis de Estados Unidos al vencer a la estadounidense Serena Williams por 6-2 y 6-4 en un partido cargado de polémica por un duro cruce entre la ex número uno del mundo y el árbitro portugués Carlos Ramos.
De esta manera, Osaka logró su primer título de Grand Slam con solo 20 años e impidió que su gran ídola igualara la marca de la australiana Margaret Court, dueña de 24 trofeos grandes. El final, con Williams desencajada por su discusión con el árbitro, le quitó brillo al título de la joven nipona.
Ya desde los primeros puntos quedó claro que la japonesa no iba a respetar los pergaminos de su gran ídola y que iba a jugar para ganarle.
Con determinación y sin temores, la tenista de padre haitiano, madre nipona y criada en Estados Unidos se plantó en el duelo de intercambios de potencia con Serena y se mostró mucho más inteligente para modificar velocidades y alturas, para provocar los errores de la ex número uno del mundo.
La diferencia entre las 30 finales de Grand Slam de la estaounidense y el debut en una definición de un grande no parecía existir en ese inicio.
En el game inicial, Osaka ya insinuó de lo que podía ser capaz forzando a la campeona de 23 Grand Slams a sostener el saque después de llegar a la ventaja iguales.
Nublada por el mejor y más variado juego de la nipona, Williams apostaba a pegarle cada vez más fuerte a la bola. Pero esa búsqueda provocaba más equivocaciones. Tan confundida lucía la ex número uno del mundo que, en el inicio del segundo set, le cantaron una advertencia por recibir indicaciones de su entrenador, Patrick Mouratoglou.
Tras otra discusión por revolear la raqueta, perdió el siguiente punto y se inició una nueva discusión que determinó que perdiera el siguiente game. Ya con el juego desvirtuado, Osaka y Serena volvieron a la pista, aunque el juego había pasado a un segundo plano. Con su saque, la japonesa cerró el partido y se coronó por primera vez en un Grand Slam.