En qué Macri fue exitoso en economía
Néstor Kirchner, que se encontró con un país sin el problema de desempleo de Menem, pero con los sueldos bajos de la devaluación de Duhalde, decidió apostar al gasto consumiéndose todos los capitales acumulados naturales y de producción que pudiera para aumentar los sueldos. Macri, que se encontró ya sin el problema del desempleo de Menem ni el de los sueldos bajos de Duhalde, pero sí con el agotamiento de los recursos
naturales no renovables y el desgaste de la infraestructura sin renovación del kirchnerismo, apostó al endeudamiento externo para reconstruir el capital natural y de producción consumido en los 12 años anteriores con deuda externa para no tener que bajar los sueldos. Pero la última devaluación finalmente hizo que se terminaran bajando los sueldos (parcialmente, porque aunque corran atrasadas, hay paritarias) rompiendo el idilio de Macri con la sociedad basado en sustituir ahorro externo (deuda) por ahorro interno (menos consumo) para reconstruir el capital natural y de infraestructura imprescindible para que el país continúe.
El despropósito de que los consumidores pagaran en cuotas las actualizaciones por devaluación de facturas ya consumidas de gas, que generó todo tipo de bromas sobre que todo el mundo iba a querer cobrar la actualización de lo que hubiera entregado en pesos a la nueva cotización del dólar, lo asumió Iguacel, pero representa el pensamiento de Macri y su principal estrategia: crear en Vaca Muerta otro polo exportador equivalente a la soja. Iba camino a lograrlo, pero la devaluación no solo hizo que bajaran los sueldos sino que dejó a mitad de camino la recuperación de las tarifas, pues al ser el petróleo y el gas productos de compraventa internacional, aun con los aumentos acumulados en pesos volvieron a quedar atrasados en dólares.
Néstor Kirchner pensaba
como un especulador financiero, su largo plazo era un mes y su corto se medía en horas; solo existía el presente inmediato y así actuaba en economía, siendo un cazador depredador más que un agricultor. Macri, al revés, piensa como un empresario: toma deuda para invertir en bienes de capital cuyo producido permita pagar los intereses y dejen ganancia gracias al aumento de la producción. No hay capital sin financiación porque una máquina o una obra de infraestructura se paga en el momento de hacerse y se la utiliza décadas.
Definido cada uno de los modelos, exageradamente el de consumo sin futuro versus el de ahorro para el futuro, la pregunta es si Macri logró o no que crezca la riqueza total en la Argentina, o sea su capital, independientemente de que no hayan crecido el consumo ni el producto bruto. Y uno de los problemas de los CEOs en la administración pública es que la métrica que se utiliza en las empresas para medir su valor no es el balance pasado o del año sino el del futuro, proyectando cuánto puede ganar en los años por venir en función de lo que puede producir el tipo de capital que cuenta. Y, por ejemplo, de la inversión en Vaca Muerta solo aparece en el producto bruto la inversión realizada y el producido del año, pero no permite, como sí en una empresa, valorizar cuánto producirá en el futuro ese capital invertido,