Sangrienta jornada electoral en Afganistán: 36 muertos
Afganistán comenzó el escrutinio de los votos tras finalizar ayer una jornada de elecciones legislativas marcada por la violencia que dejó 36 muertos, y el caos en la gestión que impidió a muchos electores expresarse.
Sin embargo, la votación concluirá solo hoy, ya que 371 colegios electorales no pudieron abrir por distintas razones, en especial fallas en los dispositivos biométricos para controlar las huellas dactilares de los votantes, utilizados por primera vez sin haber sido probados antes.
La votación en la provincia de Kandahar se postergó hasta el próximo sábado después de que un ataque de talibanes diezmara a la mayoría del personal de seguridad provincial.
Más de 2.500 candidatos, entre ellos unas 400 mujeres, se disputan los 250 escaños del “Wolesi Jirga” (Casa del Pueblo). Las elecciones llegan con un retraso de tres años, después de que tuvieran que ser aplazadas una y otra vez debido a la reforma del derecho electoral.
La composición del nuevo Parlamento se conocerá el 10 de noviembre.
El viceministro del Interior, Akhtar Mohammad Ibrahimi, señaló en una conferencia de prensa que murieron 36 personas, de las cuales 27 eran civiles, y se registraron en 193 incidentes en todo el país.
También unos cien civiles resultaron heridos en ataques armados en cinco colegios electorales, y hubo más de setenta ataques con cohetes y un número todavía desconocido de explosiones de artefactos caseros.
Al final de la jornada, se produjo un atentado suicida en Kabul en el que murieron por lo menos 15 personas.
No obstante, Ibrahimi señaló con satisfacción que, según investigaciones, se produjeron un “50% menos de ataques que en las elecciones presidenciales de 2014”, en las cuales “se registraron más de 400 incidentes” de violencia.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid, quien por la mañana nuevamente había instado a los ciudadanos a “abstenerse de participar en este proceso teatral para proteger sus propias vidas”, dijo que efectuaron “407 ataques” y, según él, hicieron “fracasar la elección”.
Durante la campaña para estas elecciones centenares de personas murieron o resultaron heridas en actos violentos relacionados con los comicios. Y al menos diez candidatos de los 2.500 fueron asesinados.