Un Papa muy informado sobre la Argentina pero que no da instrucciones
El papa Francisco sorprendió a varios interlocutores con detalles sobre la situación política, económica y social en la Argentina. Diversas fuentes, laicas y eclesiásticas, coincidieron en señalar que se mantiene muy informado sobre lo que ocurre en la Argentina a través de múltiples canales. Su tarea, de alcance mundial, no le impide conocer los principales eventos políticos del país o las acciones de la Iglesia argentina.
Por esta razón es casi inverosímil que no supiera que se realizaría una misa sindical en Luján. Numerosas fuentes que han tenido contacto con él en los últimos tiempos confirmaron que se mantiene informado con contactos oficiales, pastorales e informales. Hay llamadas y reuniones. Así, parece difícil creer que no sabía con antelación de un acto religioso de alto voltaje político.
Sin embargo, los obispos designados por Francisco y la propia Conferencia Episcopal insisten en que el Pontífice no es consultado sobre el día a día. Uno de los últimos obispos que designó le indicó a este medio que, ante una consulta sobre la orientación que debía dar a su trabajo en el nuevo cargo, obtuvo como única respuesta: “Sé vos mismo”. Otro hombre de extrema cercanía indicó que suele recibir respuestas del estilo “Ustedes saben qué hacer”.
Sin embargo, su influencia en los pasos que da la Iglesia argentina no deja de ser muy profunda. La clave está en las designaciones antes que en las instrucciones. Como nunca antes, las autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina están integradas por personas cercanas y afines a las ideas del ex cardenal Jorge Bergoglio. Una semana antes de que fuera elegido Oscar Ojea, Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y candidato natural al cargo, había sido citado por Francisco en el Vaticano. A su vuelta, declinó el cargo y abrió el camino a la designación de Ojea.
Además de su influencia en la elección de las autoridades episcopales, el Papa designó a 11 nuevos obispos y promovió al ex obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, como arzobispo de Mendoza. El perfil de cada uno de los elegidos marca una tendencia clara por tratarse de clérigos que se habían caracterizado por la acción social y la cercanía a los problemas de los más relegados.
El caso más claro es el de los primeros curas villeros, Jorge García Cuerva –obispo auxiliar de Lomas de Zamora– y Gustavo Carrara –auxiliar en Buenos Aires–. Con todos ellos, Francisco compartió una cena en el Vaticano hace tres semanas cuando realizaban un curso que deben hacer en septiembre todos los nuevos obispos del mundo. La foto, que ilustra esta nota, habla por sí sola.
La influencia de Francisco está en las designaciones antes que en las
órdenes