Perfil Cordoba

Carzoglio agradeció el apoyo de sus allegados

- CECILIA DEVANNA

El juez de Garantías de Avellaneda Luis Carzoglio, quien en las últimas semanas rechazó el pedido de detener al sindicalis­ta Pablo Moyano y se enfrentó con el fiscal del caso, Sebastián Scalera, y el propio procurador bonaerense, Julio Conte Grand, envió un mensaje de agradecimi­ento a gente de su entorno y a quienes le brindaron apoyo.

Lo hizo en medio de sus vacaciones, que ya tenía programada­s, y que lo mantendrán fuera de su despacho hasta este jueves. “Gracias. Con esta simple palabra quiero, desde lo más profundo de mi corazón, expresar lo que siento frente a tantas demostraci­ones de apoyo y solidarida­d que, desde el pasado miércoles por la noche, vengo recibiendo, en especial de mi gente, la de Avellaneda”, sostuvo el magistrado, que a su regreso deberá enfrentar un complejo panorama judicial.

En diálogo con PERFIL, el magistrado explicó que envió el mensaje porque es lo que “correspond­e” ante “todo el apoyo” que recibió tras su fallo en la causa del club Independie­nte, en tanto que negó haber recibido nuevas amenazas.

En el mensaje de agradecimi­ento, que envió a través de WhatsApp, según sus propias palabras, “incluyo a autoridade­s, dirigentes, periodista­s,vecinos, colegas, compañeros, y todos en general”. A lo que poco después agregó que no le pregunten “sobre la razón de lo que ocurrió conmigo después del acto en celebració­n de los diez primeros años del Polo Judicial de Avellaneda”, en referencia a la conferenci­a de prensa que dio después de que se conociera su rechazo al pedido de detención de Moyano y donde habló de amenazas sufridas tras la filtración de su decisión y tensó su vínculo con la Procuració­n.

“Solo el corazón dolido y un sentimient­o a flor de piel lo podrían explicar”, graficó. Y completó: “Pero ellos no hablan, solamente se expresan como lo hice un día 16 de octubre de 2018 que será para mí inolvidabl­e”, sostuvo sobre el día en que enfrentó las cámaras para dar su versión sobre lo sucedido en las horas previas, donde se habían conocido las amenazas a su esposa.

“Todo lo ocurrido en la jornada, la repercusió­n, las muestras de adhesión, mi familia a mi alrededor. Más allá de lo que suceda conmigo, todo ello me fortalece y me impulsa en el camino que alguna vez elegí seguir, consciente de lo duro y difícil que sería”, sostuvo. “La historia continuará, como lo hará también la vida. Pero con Uds., mi familia y Dios, nada ni nadie podrá impedir que siga dejando huella en cumplimien­to de mi misión en la Tierra. Por eso, Dios los bendiga a todos, los abrazo desde el corazón, Gracias... (el 1º de noviembre vuelvo al Juzgado y, para los que uds. conocen, avísenles que son las vacaciones que suspendier­a para resolver en la causa que merecía enfrentar amenazas y presiones. La Justicia provincial lo requería, el cargo que ocupo también. La República? Fortalecid­a... Abrazo argentino…”, completó. —Cuando parecía que se le venía la noche, el Gobierno retomó la iniciativa en la calle –me dice Moira, mi secretaria, que vino a dejarme una invitación a mi escritorio y que de paso aprovecha para aportar a mi columna política.

—Debería enojarme por esa manía que tiene todo el mundo en esta oficina de meterse en mis asuntos, pero la verdad es que no se me ocurre nada y cualquier aporte me viene bien.

—¿Vos decís que lo que pasó con el presupuest­o es un triunfo para el Gobierno? –pregunto.

—¿Me estás jodiendo? –se enoja Moira–. ¡Obvio! Lograron aprobar la ley, arrastraro­n a una buena parte del peronismo a los brazos del christinel­agardismo, ¿qué más querían?

—¿No te parece que les están poniendo muchas piedras en el camino?

—Las piedras más bien estuvieron volando por los aires. Y por lo que se vio, estuvo todo armado desde el operativo de seguridad. ¿No viste las imágenes?

—Sí, pero sigo sin estar convencido –opino–. ¿Por qué el Gobierno iba a tener que recurrir a tirar piedras a los manifestan­tes?

—Por las grandes ausencias que tuvo en las calles –responde Moira–. Le faltaron algunos baluartes que habían ayudado al oficialism­o en la movilizaci­ón por la reforma previsiona­l.

—¿Quiénes? –pregunto sorprendid­o–. No recuerdo a nadie que haya apoyado al Gobierno en la calle…

—El Gordo Mortero, por ejemplo. Sin él, la movilizaci­ón del otro día no fue la misma.

—En ese momento entra Carla, mi asesora de imagen, con la vista clavada en su iPad, donde está mirando encuestas.

—Alerta, alerta, alerta que camina/ el gordomorte­rismo por América Latina –canta Carla.

—Me parece que estás exagerando… –la interrumpo.

—Para nada –dice Carla, siempre con la vista clavada en su iPad–. El Gordo Mortero es el Tambor de Tacuarí del trotskismo del siglo XXI.

—Y es también el prófugo más escurridiz­o del país –agrega Moira–. Es más difícil de atrapar que Osama Bin Laden. Es más difícil atrapar al Gordo Mortero que lograr la unidad del peronismo.

—Bueno, pero que atrapen o no al Gordo Mortero me parece un poco irrelevant­e – digo.

—Habría que ver las encuestas –afirma Carla–. Si el Gobierno sigue en problemas, es probable que lo mande a Bonadio a allanar la casa del Gordo Mortero. Hasta existe la posibilida­d de que le incauten un armario lleno de morteros y su colección de pelucas con rastas.

—No se puede descartar nada –reconoce Moira–. Pero creo que hoy la principal preocupaci­ón pasa más por el peronismo que por el Gordo Mortero. Por ahora, ojo. —¿Cristina va a ser candidata? –pregunto. —Cristina no sé, pero Christine seguro que no –dice Moira.

—Obvio, no puede, es francesa – observo.

—No es eso, Christine no va a ser candidata porque sigue la lógica de Margarita Stolbizer.

—¿Aliarse con Sergio Massa? – pregunto.

—No, lo digo por el “yo ya gané” – responde Carla.

—¿Vos creés que es imposible que el peronismo logre encontrar un candidato de unidad? –pregunto.

—La palabra “imposible” no existe en política –contesta Carla–. Pero eso sí, debería ser un candidato que tenga un gran nivel de consenso, alguien que sea respetado por igual por kirchneris­tas y antikirchn­eristas, que tenga vínculos con el sindicalis­mo, que tenga buena imagen en el exterior, que sea de raíz indudablem­ente peronista pero que lo quiera la gente que no es peronista.

—¡Esa persona no existe! –exclamo. —¿Cómo que no? –dice Carla–. Existe, sí. Ahora, que el papa Francisco acepte o no es otra cosa.

—¿Y Cristina? –pregunto.

—Cristina tiene mucha intención de voto y sigue siendo una opción importante –dice Carla.

—Pero Cristina no logra unir a la oposición…

—Por eso, es una opción importante… para el Gobierno. Te diría que es la segunda opción que maneja el Gobierno para liderar la oposición.

—¿Cristina es la segunda opción? –pregunto–. ¿Por qué la segunda?

—Porque el Gobierno va a apuntar a que Cristina sea la candidata de la oposición – concluye Carla–. Siempre y cuando el Gordo Mortero diga que no.

“La República? Fortalecid­a...

Abrazo argentino”, cerró

el magistrado

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NA JUEZ. Cobró notoriedad al oponerse a encarcelar a Pablo Moyano.
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PABLO CUARTEROLO
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PABLO MARCHETTI

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