¿Cuántas barreras falta romper?
y los estereotipos son los factores que más influyen en el desarrollo profesional de la mujer.
En el debe, tenemos este “techo de cristal” como una realidad en nuestra región. Seis de cada diez ejecutivos argentinos admiten que la brecha salarial por cuestiones de género es una realidad, y los países con diferencias salariales relativamente pequeñas, a nivel de empleados, pueden tener desigualdades mayores cuando se miden los niveles gerenciales. Además, el 84% cree que la maternidad es vista como una dificultad en el desarrollo de carrera de la mujer.
En la columna del haber, en cambio, se detecta un incremento de la presencia femenina en gerencias operativas, como en la investigación y el desarrollo de productos, operaciones y administración, a las que solo accedían los hombres en el pasado. Además, hay optimismo con respecto a que la equidad de género en el mundo laboral mejorará en el mediano plazo, en la opinión de mujeres y hombres.
Una de las condiciones necesarias para garantizar el equilibrio es promover, a la vez, un balance entre la vida laboral y la vida personal que permita que ambas se concilien. El sector privado debe mejorar la manera en que aborda la equidad de género como una cuestión estratégica, principalmente en los rubros industriales y de servicios.
Creemos que la igualdad de oportunidades y la no discriminación, además de mejorar los procesos empresariales, su competitividad y las condiciones de trabajo, contribuyen a una mayor integración social.