Sobrevivientes de la polio piden vacunar a los chicos para erradicar la enfermedad
Mario Sackmann nació en 1951 y se enfermó de poliomielitis a los dos años. “Estuve un año en cama. Cuando empecé la rehabilitación me habían puesto aparatos ortopédicos en las piernas, lo que se llamaba un cinturón pélvico y un corsé. Solo podía mover los brazos y la cabeza”, recuerda. Estela Centurión sufrió poliomielitis a los 10 meses de vida, durante la epidemia que se extendió por la Argentina en 1956. “Comenzó como una gripe, después tuve dificultades respiratorias y no movía ninguna parte del cuerpo. Fue ahí que el médico dijo: ‘Esto es una poliomielitis severa’, porque tuve no solamente un ataque a la médula espinal, sino también a la parte encefálica”.
A pesar de los problemas de movilidad, gracias al apoyo de médicos y sus respectivas familias, ambos pudieron llevar adelante una vida “normal” y realizarse profesionalmente: Mario es ingeniero y Estela, médica neuróloga. Reunidos en una campaña de concientización elaborada por Funcei y el laboratorio Sanofi-Pasteur, estos dos sobrevivientes de la polio llamaron a “no bajar los brazos y seguir vacunando a los chicos para erradicar la enfermedad del mundo”.
Es que a pesar de que la incidencia global de poliomielitis se ha reducido en más de un 99% –al pasar de más de 350 mil casos en 1988 a apenas 19 casos notificados en octubre de 2018 en dos países (Afganistán y Pakistán)–, “mientras exista un solo caso en cualquier parte del mundo, el riesgo persiste”, advirtieron expertos reunidos en el Seminario de Actualización sobre el Valor de la Vacunación en Latinoamérica del que participó PERFIL invitado por Sanofi.
La poliomielitis es una enfermedad muy contagiosa causada por un virus que invade el sistema nervioso, lo que puede causar parálisis en cuestión de horas. Afecta principalmente a los menores de 5 años. “Se adquiere por inhalar el virus, que es la forma menos frecuente, o por vía oral. La mayoría de las personas no tienen síntomas pero están excretando el virus. Uno de cada cuatro tiene una especie de gripe. Del 5 al 10% de las personas que presentan síntomas pueden desarrollar la forma que invade el sistema nervioso central”, explicó Abiel Mascareñas, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica. “El problema es que muchos años después se puede presentar una forma paralítica que se llama síndrome pospolio. Esto afecta al 80% de los sobrevivientes a la polio”, agregó.
El último caso de poliomielitis por virus salvaje en Argentina se registró en 1984, en Colonia Santa Rosa, Orán, Salta. En la región de las Américas, fue en 1991 en Perú. En 1994 fue certificada la eliminación de la poliomielitis por virus salvaje en las Américas. Pero para que la región continúe siendo libre de polio se debe mantener una alta tasa de cobertura de la vacunación y reforzar la vigilancia epidemiológica. Es que el poliovirus puede importarse fácilmente a un país libre de polio y puede propagarse con rapidez entre los no inmunizados.
“Para lograr la erradicación global de la poliomielitis es necesario dejar de utilizar la vacuna oral (OPV) y reemplazarla gradualmente por la vacuna inactivada inyectable (IPV)”, señaló Daniel Stamboulian, presidente de Funcei. En Argentina, el Calendario Nacional de Vacunación incluye cinco dosis. Las dos primeras, a los 2 y a los 4 meses, con la IPV (no conlleva riesgo de parálisis asociada a la vacuna), una tercera dosis a los 6 meses con la OPV y dos refuerzos a los 15-18 meses y a los 5-6 años con la OPV. “La polio todavía existe, hay muy pocos casos pero los suficientes como para que sigamos recomendando la vacunación. Ojalá pronto podamos decir que se ha erradicado”, concluyó Stamboulian.